miércoles, 17 de junio de 2009

La guardería de México tenía materiales tóxicos y puertas de emergencia clausuradas

Publicado en el diario español ABC
La Fiscalía del estado mexicano de Sonora apuntó hoy a la "negligencia" como causa del incendio el pasado viernes en una guardería de la ciudad de Hermosillo, que se cobrado la vida de 44 niños menores de cuatro años.
«Vamos a actuar responsablemente para que si hay personas que, por negligencia, hayan podido ocasionar esto paguen la responsabilidad que les corresponde», declaró en rueda de prensa el procurador (fiscal) de Justicia del estado, Abel Murrieta.
Materiales tóxicos, puertas de emergencia clausuradas, falsos techos y tabiques endebles junto con instalaciones eléctricas defectuosas fueron la combinación fatal en el incendio de la guardería "ABC" del Instituto Mexicano del Seguro Social que regentaban unos particulares.
El pasado sábado, el director general del Seguro Social, Daniel Karam, afirmó que la inspección de la guardería efectuada el pasado 26 de mayo indicó que cumplía todos los requisitos de seguridad.
Apoyándose en documentos, fotografías y vídeos de los peritos que llevan a cabo la investigación, el procurador explicó hoy a los medios de comunicación cómo se produjo el incendio en una bodega de la Secretaría de Hacienda de Sonora y por qué el fuego se propagó de manera fulminante al jardín de infancia.
Una misma nave industrialLa guardería y la bodega realmente formaban parte de la misma nave industrial y estaban separadas por un tabique de poliuretano que difícilmente podía contener el fuego.
"La construcción es la misma, la pared que divide la guardería del almacén donde se inició el fuego es una sola; éste es un punto fundamental en la rapidez con que se extendió el fuego", detalló el fiscal.
Por su parte, los peritos que investigan las circunstancias que provocaron el incendio, dijeron que "no siempre que se incendia una casa, se quema la del vecino".
Un techo falso y peligrosoEl techo de la guardería no estaba sellado, era falso, tenía además una lona y estaba construido con un material que ya no se emplea precisamente por su peligrosidad en caso de incendio.
Esta circunstancia originó que el humo procedente de la bodega formara una bolsa, pero no se activaron las detectores porque éstos habían sido instalados en la parte inferior de la guardería.
Los expertos de las fiscalías federal y estatal coinciden en que el origen del incendio fue un refrigerador de aire que había en el almacén.
Una de las hipótesis es que el calentamiento del ventilador provocó que se derritieran sus partes, que cayeron sobre la papelería que había en el lugar iniciando el fuego, agregaron.
"Pero también pudo ser un cortocircuito" porque tenía "unas instalaciones (eléctricas) improvisadas, como las que desafortunadamente muchas veces hacemos todos en nuestras casas", reconoció el procurador de Sonora.
Murrieta aclaró por qué las personas que acudieron en auxilio de los niños tuvieron que abrir tres agujeros en la pared exterior a mazazos y estrellando sus vehículos para iniciar la evacuación de los pequeños.
A la primera de las salidas de emergencia se accedía después de atravesar un salón de clases que tenía otra puerta de 80 centímetros de ancha y que tenía una cerradura de seguridad.
La segunda, de las mismas características y ubicada junto a la cocina de la guardería, tuvo que ser abierta a la fuerza desde el exterior por los bomberos.
Un portón selladoDesde el exterior de la guardería se aprecia un portón que tampoco se abrió. La explicación del fiscal fue clara: "el portón era falso, por dentro se encontraba sellado".
"Tenemos que buscar un responsable de las instalaciones y del fuego que se inicia, pero tenemos que buscar también por qué se da este resultado tan negativo", comentó el fiscal en alusión al elevado número de víctimas.
En la guardería había inscritos más de 200 niños, pero cuando ocurrió el siniestro muchos de ellos ya habían sido recogidos por sus familiares.
Según las investigaciones preliminares, el incendio sorprendió a 141 niños que a esa hora dormían la siesta, de los cuales 44 ha muerto, 22 permanecen hospitalizados en centros especializados de México y Estados Unidos y otros 10 ya fueron dados de alta.
El inmueble funcionaba como jardín infantil desde 2001, y la alcaldía de Hermosillo ese año le otorgó el permiso de funcionamiento.

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