viernes, 4 de diciembre de 2009

La prostitución de medios y comunicadores

Medios y comentaristas al servicio del poder, insisten en dar por extinguida a la Revolución Mexicana, así como de manera mentirosa el gobierno extinguió a Luz y Fuerza del Centro, mientras al Movimiento, conocido así el de López Obrador que aglutina los ideales que nos robó el fraude de 2006 que llevó a la presidencia a un usurpador, lo disminuyen hasta hacerlo casi invisible, lo que la terca realidad en ambos casos, se encarga de desmentir.

De esa realidad dan constancia programas como Primer Plano de Canal Once, donde participan algunos además de serios académicos patriotas como Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo Quezada, que a pesar de haber estado constantemente en los medios hasta antes de las fraudulentas elecciones, ahora no son llamados ni por equivocación, al referirse el pasado lunes a la gran concentración que el Movimiento realizó en el Zócalo capitalino, que culminó, dijo Lorenzo Meyer, “con la presentación de 10 puntos que van a servir de posible plataforma para la candidatura presidencial de Andrés Manuel en el 2012”.

Este decálogo por otra parte, ha servido de pitorreo a comunicadores que se comportan como señala Luis Hernández Navarro al referirse al libro La ficha de bronce: la prostitución del periodismo, de Upton Sinclair, aparecido originalmente en 1919, donde el autor “desarrolla una analogía entre los periodistas y las prostitutas, analizando la agenda, ideología y políticas de las elites que poseen y controlan los medios de comunicación”, pues “sostiene que la perversión de la prensa y la traición a la opinión pública no es casualidad, sino hechos deliberadamente planeados e instrumentados”.

Aunque se refiere al periodismo norteamericano, Hernández Navarro encuentra el trabajo de Sinclair, que The New York Times se negó a anunciar y tuvo que publicar por sus medios porque no pudo encontrar una editorial comercial que lo hiciera a pesar de que durante los primeros 10 años imprimió 150 mil ejemplares, de una actualidad tan estremecedora que podría explicar lo que sucede en México, pues “basta ver cómo se ha portado la mayoría de la prensa con los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para constatar que poco ha cambiado la práctica del periodismo”.

Dice el coordinador de opinión de La Jornada, que “de acuerdo con el escritor estadunidense, el periodismo sigue esta simple y elemental regla: si los huelguistas son violentos, los cables los registran, pero si los huelguistas no son violentos se quedan fuera de los cables, con este sencillo artificio se logra que las nueve décimas partes de las noticias telegráficas que se lean acerca de la huelga sean noticias de violencia, y, así se graba irrevocablemente en el cerebro la idea de la asociación entre ¡huelgas-violencia! violencia-huelgas”, como se ha hecho con el SME, concluye. http://www.jornada.unam.mx/2009/11/24/index.php?section=opinion&article=019a1pol

Quien escribe agregaría que igual pasa con el Movimiento, llegando a extremos como los que señala Martín Velez en “Cabecear con la cola”, en referencia a la actitud de Ciro Gómez y Carlos Marín, editores de Milenio, que ilustraron la nota de la reunión “con una gráfica en la que se observan sólo tres personas, sí, tres nada más”.

Volviendo a Primer Plano, señaló el Dr. Meyer: “Lo que quiero poner a discusión con mis colegas, es la posibilidad misma de que México cambie, y de que cambie por la vía de las elecciones como quiere Andrés Manuel, y como se supone que quieren muchos. Cambiar un proyecto ya completamente fracasado el que estamos viviendo, ahora a mi juicio. Lo digo esto porque hasta el propio Felipe Calderón propuso, no hace mucho, hace unos cuantos días, que en 2010 ahora sí, ahora sí se cambian las cosas. Se ha tardado tres años en pensar, pero ahora sí va a cambiar. Quiere decir que lo que tiene hasta ahora en su historia, en sus tres últimos años, pues no dan para mucho”.

Y cuestionó: “¿Se puede cambiar por la vía electoral, hay alguna posibilidad de cambio ahora? Ya lo ensayamos en el 2000, ¿cómo vamos a cambiar si todo nos indica que en el 2012 el aparato priista está listo para volver a tomar el poder? Y yo francamente a las elecciones ya no les veo muchas posibilidades, están muy manipuladas, y el resultado de ellas es que diputados, senadores no son más que representantes de los grupos de poder y no representantes de la nación; pero en fin, ahí está el tema”, tras lo que siguió el debate, cuyo video o versión estenográfica está en http://oncetv-ipn.net/primerplano/index.php?l=sintesis&f=2009-11-23

Deseaba exponer lo anterior porque tengo mi propia visión: Que Amlo tiene que apegarse a la teoría de la lucha electoral porque no le queda de otra, porque ni modo que impulse el cambio por medio de la violencia, pues como Meyer y otros no encuentro en la vía electoral la solución de los problemas de México, pero también como muchos no veo la posibilidad de una revolución armada, a la que nadie se quiere referir por no ser políticamente correcto sino como ¨el estallido social”, encontrándome al analizarlo con algo peor, basado en lo que ha ocurrido a nivel mundial, donde ante la imposibilidad de detener los abusos de los países poderosos contra los débiles, surgió el terrorismo. No, no se asuste, porque a pesar de que muchos tampoco lo queramos, por ese camino vamos, y lo tenemos que tener en cuenta desde ahora para que si lamentablemente llegara a ocurrir así, no nos creamos de la ruptura de vestiduras de quienes serían los responsables de ello.

Lo alimentan sus actitudes desde los puestos donde dicen gobernar aunque lo que hagan es sembrar odios, el cerrar el paso a todas las posibilidades legales que den solución a los problemas de México, así como las mentiras que no han podido hacer que la justicia llegue a las víctimas de Chiapas, Oaxaca, Cd. Juárez, y tantas que son incontables, a las que se sumaron los trabajadores del SME, que lo fueron además del maniobrar del PRI para escamotearles la presentación de una controversia constitucional, lo que sorprendió a un comunicador tan independiente como Javier Solórzano, quien en los días de su manifestación mostró asombro por el enojo que se veía en los manifestantes, y la falta de respeto a toda autoridad en sus ofensivos mensajes.

Por lo que respecta a la Revolución cómo darla por extinguida si sólo se hicieron realidad unos cuantos logros de los muchos que consiguió, si por más de 70 años, a partir de que el General Lázaro Cárdenas dejó la presidencia, sólo se ha atentado contra ella. Cómo pues dar por finalizado algo que ni siguiera se probó, si hasta el panista José Francisco Paoli Bolio dijo: “Yo no estoy de acuerdo en que hay que enterrar, en ningún sentido, la Revolución Mexicana; yo creo que hay que ventilarla, no hay que inhumarla, hay que sacarla a la luz, hay que mostrar cuáles fueron sus avances, cuáles fueron sus propuestas, qué logró para el conjunto de los mexicanos en materia de educación, de caminos, de transportes, de salud, etcétera, de alfabetización”.

Y Sergio Aguayo: “Ahora, hay un punto que me llamó la atención del viernes 20 que era el 99 aniversario del Plan de San Luis. Fue la ausencia a cualquier referencia que esa revolución nace de un fraude electoral. De hecho el Plan de San Luis está anclado sobre una, la primera elección moderna de la historia de México, y yo diría: por tanto el primer fraude moderno de nuestra historia”.

Y finalmente Lorenzo Meyer: “Sí se dice: olvidémonos de la Revolución. ¿Por qué no también nos olvidamos de la Independencia? Total, no tenemos independencia, seguimos atados, y ahora lo vemos, estamos atados como pocos países en el mundo a los Estados Unidos”. (…). A mí lo que me preocupa ahora es que la Revolución también ha sido ya superada, es que no veo, vuelvo a mi punto anterior y con esto concluyo, no veo dónde está la posibilidad de cambio de México. Los intereses que ya están tan bien cimentados en México para impedir el cambio, que la vía electoral que ensayamos en el 2009 nos tiene en una de las peores crisis económicas, políticas, y yo diría hasta morales en el 2009”.

En contra de la opinión de medios y comunicadores prostituidos, ésta la de estos patriotas, por lo que concluyo: Cómo dar por finalizado algo que ni siguiera se probó, que equivaldría a no volver a comer lo que el cocinero preparó sin seguir la receta que en vez del sabor desagradable que nos dejó, nos hubiera dejado la satisfacción plena de haber degustado algo delicioso.

Hermosillo, Son., noviembre 26 de 2009.

Antonio Hernández M.

anthdez83@hotmail.com

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