Enrique Galván Ochoa (La Jornada)
Uno de los grandes bancos rescatados por el gobierno de Estados Unidos, el Bank of America, con presencia en México, reporta que su situación ha mejorado a lo largo del año; está en vísperas de levantar capital fresco por 20 mil millones de dólares y podrá devolver a la Tesorería el préstamo de 45 mil millones que recibió cuando la crisis lo hizo resbalar. Aun después de haber cubierto el pago, seguirá obligado por los warrants incluidos en el esquema del rescate. Los warrants –valga una definición esquemática– son derechos del gobierno a comprar acciones en el futuro a un precio determinado. Está funcionando el Fobaproa americano. El entonces presidente Bush reunió a los aspirantes a sucederlo, los senadores McCain y Obama, y se pusieron de acuerdo en un punto: no se regalaría un solo dólar a los bancos rescatados. El dinero de los contribuyentes sería recuperado con una utilidad. El Fobaproa mexicano de Guillermo Ortiz, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Fernández de Cevallos y Felipe Calderón ha venido operando en sentido opuesto: no se recuperará un solo centavo de los contribuyentes, el dinero empleado en el rescate fue un regalo para los banqueros. Negocio aparte constituyó la venta de los bienes que se quitaron a empresas y familias.
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