Fernando Valencia
La historia se repitió y nuevamente Argentina nos mandó a casa. Que si el arbitraje nos robó el partido, que si se jugó mejor que el rival, que si merecimos haber obtenido un mejor resultado... Muchas cosas se podrán decir, lo cierto es que si esperábamos dar el gran salto, este no era posible debido a lo viciado que está el futbol en nuestro país.
Cuatro o cinco meses antes de que iniciase la justa mundialista, las televisoras nos empezaron a bombardear con publicidad patriótica y de aliento hacia la selección nacional. Con frases como "ponte la verde" o "apoyemos al tri de mi corazón", las dos principales cadenas de México, nos vendieron (me incluyo) el sueño de ver a nuestro país trascender a nivel mundial en el plano futbolístico. Hoy que no es así, los aficionados estamos sobrellevando la carga del trago amargo mientras los de Chapultepec 18 y los del Ajusco ya hicieron su agosto en pleno junio.
No le podríamos cargar la mano solo a los medios de comunicación por el desempeño del tricolor, sin embargo, tampoco debemos pasar por alto el secreto a voces de que son las principales televisoras de México las que tienen secuestrado nuestro futbol, sus intereses mandan aun por encima de los dueños, directivos de la federación y principalmente de los de la afición. El discurso que oigo de los medios es el de la justificación, que de nada sirve si al final los resultados mandan y para México estos no se dieron de forma positiva.
Lo del arbitraje es punto y aparte, además es una situación que no es nada ajena al futbol y mucho menos en torneos tan importantes como este. No podemos olvidar, por ejemplo, que justo en esta misma jornada sabatina el arbitraje sin duda influyó en el accionar del Inglaterra--Alemania, en el que no se contó un gol clarísimo a favor de los de la selección de la rosa; de haberse marcado, es muy probable que el desarrollo del partido fuese diferente. Recordemos también que en el México--Francia por el grupo A, fuimos favorecidos con un gol en fuera de lugar y otro producto de un dudoso penal. Está el asunto de la mano de Luis Fabiano en el Brasil--Costa De Marfil, mano que influyó en la consecución de un gol que debió haberse marcado como ilegítimo.
Situaciones de errores arbitrales hay varias y las seguirán habiendo. Aun con ello, no podemos como aficionados justificar la derrota; hoy, a diferencia de lo que se pueda decir, fuimos superados de manera justa y trepidante. El cuadro mexicano pecó al por mayor de no ser contundente al ataque y de estar errante en defensiva, y no lo digo solo por el partido de hoy, lo vimos ante Sudáfrica, Francia y Uruguay, y ya desde los partidos de preparación en la gira europea se veía venir este tipo de debilidades. No es posible que te haya costado tanto trabajo llegar a un Mundial y te la pases desparramando pifias tanto colectivas como individuales ya en la Copa del Mundo.
CONTUNDENCIA, si tienes cinco chances claras y manifiestas de gol, tienes que meter por lo menos cuatro, por lo menos; Carlos Vela, Guillermo Franco, incluso Javier Hernández, se dieron el lujo de fallar en varias oportunidades de cara al arco. Ese es el tema en el que deben trabajar las futuras generaciones, NO ERRAR tan groseramente frente a la portería.
CONCENTRACION, otro factor clave. Más allá de decisiones arbitrales polémicas, no puedes perder tan fácilmente el objetivo. Sobre todo en zona defensiva el jugador mexicano no tiene que perder el piso. Estar concentrados para los defensores implica el no perder la marca, no regalar espacios, no cometer faltas absurdas en territorio propio. En jugadas a balón parado no dejar respirar al rival y por sobre cualquier cosa NUNCA DEJAR DE VER el balón.
En un torneo tan corto como este, no te puedes dar el lujo de ser irregular en este tipo de cuestiones tan vitales. Si muestras, como México, algún tipo de deficiencia, tienes de igual forma que pagar cara la factura y regresar a casa no solo con el orgullo herido de los propios jugadores, también con el dolor de un país de más de cien millones de habitantes que por apoyo no se les podría exigir más.
Es tiempo de un cambio profundo en todos los ámbitos. Los medios de comunicación tienen que ejercer hasta donde su actuar se los permite, NO MAS ALLÁ; con esto, las televisoras deben de dejar de influir y ejercer su poder en las altas esferas del futbol. Los federativos tienen que ponerse a trabajar en serio, dejar de ser peleles de directivos, medios de comunicación y patrocinadores.
Esos aires de divas entre los futbolistas deben de desaparecer, tiene que haber un mayor compromiso de su parte en pro de la consecución de los objetivos. El aficionado tiene que erradicar ese pesimismo característico de nuestro pueblo, de igual forma no se deben buscar excusas ni justificar resultados. Debe existir una crítica objetiva, fría, realista. Empecemos ya a analizar que es lo que se ha hecho mal y trabajemos en ello.
Hoy México sucumbió ante un rival que en el plano es favorito para llevarse la copa y que además ganó merecidamente. La revancha no se nos dio, pero lo más importante es ver que tan rápido te puedes levantar de un descalabro como este en un país, en donde, de no ser que se cambien a fondo las formas, es difícil que se pueda de igual forma cambiar la historia y trascender en el futuro próximo.
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