martes, 29 de junio de 2010

Dame la Muerte Chiquita

Por Juan Pablo García Noriega

Finalmente conseguí la playera negra de la Selección Nacional. En buen momento para acudir al funeral del Tri.

No voy a hablar del partido, seguro mis compañeros de Fútbol y Sociedad lo harán. Pero voy a hablar del descaro de Aguirre al terminar el partido.  El ‘Vasco’ dijo: “Tenemos una gran generación de jóvenes que tenemos que arropar, ir cuidando entre todos…”. Yo me pregunto, ¿se refiere a Guille Franco? ¿A Cuauhtémoc? ¿Al Conejo? ¿O tal vez al Bofo?

¡Si, seguramente se refiere al Bofo! Porque NUNCA pensó en los jóvenes.

A  Guardado lo dejó en la banca, o peor, lo sacó cuando era el mejor jugador mexicano en la cancha. Al Chicharito lo sentó cuando debió iniciar. A Jona ni siquiera lo llevó, cuando lo convencieron de participar en partidos que no sirvieron para nada. Y ni hablar de Ochoa: todo México sabía que Sudáfrica era el Mundial de Ochoa. Bien Aguirre. ¡Qué extraordinaria forma de arropar a los jóvenes!

Durante todo el Mundial hice hincapié en la necedad de Aguirre y Carrillo. Hoy añado un nuevo calificativo para su dirección técnica: cobardía. ¡Fueron cobardes! Aceptaron la derrota cuando aún quedaba tiempo frente a Argentina. Volvieron a sacar a Guardado tratando de no llevarse una goleada cuando necesitaban goles para regresar al partido. Y por supuesto, al final entró Franco. Tenía que jugar; era el último partido en Sudáfrica.

Frente a Uruguay – el partido que México debió ganar -, Javier y Mario salieron a especular. Se conformaban con el empate. Sabían que estaban calificados y que si enfrentaban a Argentina tenían todo resuelto: si la albiceleste te gana, bueno, es Argentina. Si le ganas, das la campanada del Mundial. Situación ganar – ganar para la dupla patética.

Uruguay está en cuartos de final y con la mejor posibilidad de colarse a las semifinales al enfrentar a la selección de Ghana.

Ahora los mexicanos – que ahorraron durante cuatro años para poder ir al Mundial – regresan a casa con las maletas llenas de ilusiones rotas.

Aguirre regresa a Miami, o Europa, con sus millones de dólares.

¿Qué pasó señor Aguirre? ¿No que sí se podía?

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