Me acuerdo del chiste absurdo que intercalaba Tin Tan en una de sus canciones: “Hay chivos que tienen tubo, pero éste ni tubo tuvo”.
Algunos creen que el Monumento al Tubo lo patrocina cierto candidato a presidente municipal que suele ir a casas de cita donde mujeres desnudas bailan colgándose en un tubo.
Que costó 7 millones de pesos, dice un vocero oficial. Los que trabajaron ahí sonríen con malicia. El Monumento al Tubo es un pretexto para clavarse parte del dinero que sale del presupuesto. La mordida fluctúa, lo saben bien los constructores, entre 15 y 30 por ciento del total. Y no hay remordimientos, pues la cantidad sale de los impuestos que paga la gente.
La ley prohíbe a los gobiernos promover la obra pública en las elecciones. A Padrés le importa un pito la ley. Lo convencieron de que la estúpida idea del monumento es una genialidad.
Es el monumento al desacato a resoluciones de jueces federales.
¿Cuántos kilómetros de redes se habrían ampliado con lo que ahí se gastó a lo tonto? ¿Cuántos sanitarios de las escuelas se hubieran reparado?
Bajo este gobierno, los héroes de la patria son escondidos, escarnecidos. Nadie sabe por qué sigue olvidado en un llano, orinado por gatos y perros, el monumento a Carranza. El monumento a Juárez que estaba en el jardín de su nombre anda quién sabe dónde. Lo que manda es el Monumento al Tubo.
Se escandalizarán si una de estas mañanas, amanece lleno de caca. Pero no habrá motivo para quejarse: el Monumento al Tubo es, por sí mismo, caca.
Se negaron recursos para construir un monumento en memoria de los niños muertos el 5 de junio. Los soltaron para exhibir la idiotez insultante que sólo sirve para choteos.
Que lo promueva turismo: Hermosillo es el único sitio del mundo que tiene un Monumento a la Pendejez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario