“Pero estos analistas parecen ignorar una de las fallas metodológicas más importantes con todas las encuestas electorales que se levantan en el país: la tasa de ‘rechazo’ -dice Ackerman-.
“Para la mayor parte de las encuestas, esta cifra es sumamente elevada. Para Mitofsky, por ejemplo, es de 60%”, publica el investigador en su texto llamado “El viacrucis de Peña Nieto”.
Ackerman añade que los ocupantes de 6 de cada 10 viviendas visitadas por los encuestadores no son localizables o se niegan a responder al cuestionario. “Asimismo, aproximadamente 25% de los que sí contestan se niegan a expresar una preferencia por algún candidato”, dijo.
Explica que los encuestadores sólo alcanzan a captar la intención de voto de 3 de cada 10 viviendas visitadas. A continuación un fragmento:
“Este grupo minoritario es sesgado de origen porque se encuentra conformado exclusivamente por personas a quienes les parece conveniente publicitar su preferencia electoral a un encuestador extraño. Se quedan fuera todos los ciudadanos que piensan que externar su preferencia electoral podría generarles más problemas que beneficios. Simplemente no sabemos entonces qué opina ni como votará el otro 70% más discreto de la población. Aunque por los acontecimientos recientes no sería demasiado atrevido afirmar que una gran parte de esta ‘cifra negra’ seguramente piensa votar en contra de Peña Nieto”.
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