LILIANA DÍAZ DE LEÓN ZAPATA
¿Alguna vez han escuchado a alguien decir que “sólo los pobres van a la cárcel”?. Pues en efecto, en México es muy común encontrar que la mayor parte de la población penitenciaria está compuesta por personas de escasos recursos.
En fechas reciente, el controvertido Documental “Presunto Culpable” logró dejar al desnudo la notable ineficacia del sistema de impartición de justicia penal en México. Efectivamente, los creadores de este documental tenían como objetivo demostrar que en la actualidad, la justicia penal no satisface a ninguno de los operadores del sistema: a la víctima del delito no se le repara el daño, el delincuente es estigmatizado en vez de ser reinsertado a la sociedad y el Estado hace un gasto impresionante en mantener el sistema carcelario.
El documental logró exponer de una manera bastante emotiva las injusticias que pueden llegar a cometerse en contra de los presuntos delincuentes, y de cierta forma, dejó entrever como los delitos quedan impunes, sin que a la víctima le sea reparado el daño. Sin embargo, a mi parecer, el documental no logró dimensionar el tercero de los problemas generados por la ineficacia del sistema penal: lo costoso que resulta mantener el sistema carcelario.
Uno de los factores que genera el elevado costo del sistema carcelario mexicano, radica en lo que se conoce como prisión preventiva. Esta consiste en una medida cautelar que afecta la libertad del imputado a fin de garantizar su presencia durante el proceso, lo que implica que esta persona se encuentre en prisión sin que se le haya juzgado y dictado sentencia. Sin embargo, en México se ha abusado de esta medida al grado de convertirla en algo considerablemente injusto. En vez de utilizarla como un instrumento para garantizar la comparecencia, se utiliza como una anticipación de la pena para los inculpados, que muchas veces ni siquiera son culpables.
De acuerdo con el último informe rendido por parte de la Secretaría de Seguridad Pública, el total de la población penitenciaria en México asciende a 222 330 personas. De este total, el 42%, es decir, más de 90 mil personas, corresponde a aquellas que se encuentran en prisión preventiva, lo que significa que están privadas de su libertad sin que se les haya dictado sentencia condenatoria. Muchas de estas personas podrían acceder al beneficio de libertad bajo caución (fianza), toda vez que en su mayoría, se trata de delitos no graves y de baja relevancia; sin embargo, no hacen el pago de la fianza porque no tienen los recursos económicos suficientes.
¿Tienen idea de cuanto cuesta mantener en prisión a estas personas que aún no han sido condenadas? Mucho. El costo diario de una sola persona equivale a $140 pesos, si estamos hablando de 93 378 reclusos, el costo diario asciende a $ 13,072,920.00; que al año se traducen en $ 4,771,615,800.00. Y eso es lo que nos cuesta a los mexicanos mantener en la cárcel a gente que ni siquiera tiene una sentencia condenatoria dictada en su contra.
El motivo por el cual explico todo esto consiste en que hoy me enteré de que la Fundación Telmex cuenta con un programa llamado Fianzas Sociales. Este programa consiste en apoyar a personas de escasos recursos económicos que, acusadas de haber cometido un ilícito, se encuentran privadas de su libertad en los distintos centros penitenciarios del país, y que aun teniendo el derecho a su libertad mediante el pago de una fianza, no pueden acceder a ella por no contar con los recursos necesarios. Esto no quiere decir que a cualquiera que lo solicite se le proporciona el dinero, ya que para otorgar el apoyo, los solicitantes deben de reunir una serie de requisitos como ser primodelincuentes, que se trate de delitos no graves, que el monto de la fianza sea máximo de $10,000.00, que la familia se responsabilice junto con el interno en el proceso de cambio, el interno este dispuesto a colaborar en su proceso de readaptación y de cambio de conducta y que la persona carezca de recursos económicos.
Honestamente, yo no tenía ni idea de que Fundación Telmex contara con este programa, el cual realmente beneficia a la persona que está siendo procesada, como a su familia, y de manera indirecta, a la sociedad en general, toda vez que el Estado se ahorra una cantidad significativa de recursos para que pueda ser invertida en otros ámbitos de seguridad pública.
¿Se han preguntado como es que año con año, el gobierno federal destina cantidades más grandes al presupuesto en seguridad pública, y los índices de criminalidad en vez de disminuir, aumentan? Pues esto tiene que ver con el hecho de que el 62% del presupuesto federal en seguridad pública se invierte en la prisión preventiva. Así es, el gobierno federal está invirtiendo el 62% de ese presupuesto para mantener en la cárcel a “presuntos culpables” (en su mayoría por delitos menores) que aún no han sido juzgados. Con razón estamos como estamos.
Ahí radica la importancia de la labor que está llevando a cabo Fundación Telmex con su programa de Fianzas Sociales, que paga cada año alrededor de 8.000 fianzas a pequeños delincuentes sin antecedentes judiciales que están en la cárcel "por pobres". Entre 1996 a 2010, ha pagado un total de 85 616 fianzas, y en lo que va del gobierno de Felipe Calderón, ha pagado 33 668 fianzas. Esto significa (considerando el costo de $140.00 diarios, y utilizando como promedio 180 días, como lapso de duración del proceso penal), que Fundación Telmex le ha ahorrado alrededor de $ 848,433,600.00 al gobierno de Felipe Calderón, en el mantenimiento del sistema carcelario.
Está bien, esta cantidad de dinero no es nada en comparación con la fortuna de Carlos Slim, sin embargo, su labor se merece un reconocimiento ya que lleva a cabo acciones que en verdad apoyan a los sectores de la sociedad que realmente lo necesitan, y esto lo realiza sin la necesidad de hacer un escándalo y un show mediático, ocasionando lástima y compasión, para que la sociedad mexicana (que en muchas ocasiones no tiene ni para mantenerse a sí misma) haga donaciones para la causa –cualquier parecido con el TELETÓN es mera coincidencia-. Es decir, Fundación Telmex hace buenas obras sin la necesidad de sacar provecho de ello, haciendo caso a aquél refrán mexicano que señala “que tu mano izquierda no se entere de lo que haga la derecha”.
Por ultimo resulta adecuado (al tema y a la realidad violenta que vive México) hacer referencia a una frase del Investigador Guillermo Zepeda Lecona: “Estamos desesperados por la inseguridad, pero llenar la cárcel de personas de baja peligrosidad no es una solución, al contrario, le está quitando recursos a otras áreas estratégicas y por eso creo que es necesario que hagamos de la presunción de inocencia un valor, y si no son suficientes los argumentos humanitarios; hay que sumar los costos”.
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