¿Alguien recuerda cuando México era un pueblo armado?, cuando con orgullo se cantaba a voz en cuello , que dios a la patria …¡un soldado en cada hijo le dio?
Desde la independencia, a pesar de las constantes pugnas, asonadas y rebeliones, los liberales y conservadores consideraron fundamental la defensa de la soberanía, la paz social, la protección personal y la legítima defensa, así mismo estaban convencidos de que el pueblo tenía el derecho inalienable de darse el gobierno que su voluntad considerara conveniente o modificar el vigente en los mismos términos.
Estas consideraciones los llevaron a establecer como una garantía constitucional, igual que el derecho de reunión, el derecho de expresión, el derecho de tránsito y otras, el derecho del pueblo a mantenerse armado para su seguridad personal y legítima defensa, ubicando este derecho en el artículo 10 de la constitución de 1857.
Conservándose así establecido en un solo párrafo de 2 renglones, hasta que la oligarquía en el poder temerosa de que este pueblo armado utilizara sus fusiles - como lo estaba haciendo - para cambiar el tipo de gobierno, les conculco este concepto y derecho de pueblo armado, mediante la promulgación de una ley federal reglamentaria 115 años después, en 1972 para ser precisos, que en los hechos prohíbe y penaliza gravemente la posesión, y portación de armas para los ciudadanos, para el pueblo, con el argumento de combatir el "pistolerismo", al establecer tantos requisitos que los convierte en difíciles de cumplir, especialmente cuando se le otorgan facultades discrecionales a la secretaria de la defensa nacional (SEDENA) para otorgar o negar los permisos y autorizaciones para poseer armas y portarlas, de tal manera que solo los que el ejercito quiere pueden tener y estar armados.
Para todos los que vivieron los años 60´s y 70´s o estudiaron el periodo, sabrán que existían muchos grupos armados, especialmente de jóvenes, estudiantes y campesinos que buscaban cambiar el gobierno por medio de las armas.
Ante esto el gobierno reacciono convirtiendo en delitos graves la posesión, portación, fabricación, comercio, importación y exportación de armas y cartuchos.
Y fundamentalmente transformo a las fuerzas armadas nacionales surgidas de la revolución popular, en un ejército de ocupación con tareas que solo los invasores desempeñan, al asignarles tareas de control de armas, de control de población, y de represión generalizada al pueblo previamente desarmado.
Mediante el otorgamiento de facultades legales y extralegales para acabar por cualquier medio a los grupos y comunidades del pueblo que estén armadas y se resistan a la ocupación militar de sus territorios, sin importar la constitución, los derechos humanos, tanto de los combatientes armados como la población civil desarmada que los apoyaron.
Desde entonces el ejército mexicano dejo de ser una expresión del pueblo armado, para convertirse en las fuerzas armadas de un grupo político-ideológico que se había adueñado de las instituciones del estado y del gobierno en sus tres niveles ejecutivo, legislativo y judicial.
Desde entonces el ejército se comporta como un ejército invasor y estableció puestos de control militar de la población en todas las carreteras, caminos y veredas de acceso a los pueblos ubicados en las montañas del territorio nacional.
Contra la opinión de los intelectuales y académicos clase-medieros de las zonas urbanas que creen que el ejército federal es una institución respetada, en las zonas rurales, desde hace muchos años es temido, no es bien visto e incluso es odiado, ya que desde entonces estos pueblos han acumulado agravio tras agravio desde los leves hasta los graves, como lo son el decomiso de sus bebidas alcohólicas, sus gallinas, sus cosechas, su ganado y por supuesto sus armas, pasando por las detenciones arbitrarias, los golpes, las torturas, las desapariciones y homicidios.
Pocos saben que los encobijados es una "técnica" utilizada hace muchos años por el ejército en la sierra para estimular campesinos para que hablen utilizando agua, energía eléctrica y por supuesto una cobija.
El gobierno pensó que desarmando al pueblo y con un baño de sangre de la población inconforme, el temor y el terror arian el resto, solo fue necesario cubrir con el manto de la impunidad a los miembros y a las instituciones mismas, para mantener sumisa y obediente a toda la población pues el escarmiento fue brutal.
Nunca se imaginaron, que pasados los años la prepotencia y la impunidad se combinarían con el "lubricante del sistema" la corrupción para producir rendijas por donde se colaron las armas y los apoyos a grupos de inconformes con su pobreza que descubrieron o les enseñaron que los gringos tenían una sed insaciable de drogas y que estaban dispuestos a pagar mucho dinero por ellas, sirviendo a estos grupos de jóvenes inconformes, como el medio para escalar en la pirámide social y económica sustituyendo a la educación como el instrumento de permeabilidad de la sociedad.
Así, soterradamente, desde el gobierno fue prohijada, promovida, apoyada ilegalmente y cuando menos tolerado, dedicarse a la proveeduría de drogas para los gringos, integrándose una actividad económica que dejaba y deja riqueza para todos, productores, trasportadores, protectores, distribuidores, comercializadores, exportadores, y vendedores punto de venta que a decir de las propias instituciones que dicen que los combaten rondan el medio millón de personas involucradas en México en esta actividad y que solo el kilo de cannabis salpica 5000 dolares a lo largo de toda la cadena producción-consumo, mexico-usa.
Ahora el gobierno y sus fuerzas armadas son incapaces de impedir,-porque no les conviene-la producción, transporte, importación, exportación y comercialización de drogas gracias a la total impunidad y descomunal corrupción consustancial a sus policías, soldados agentes y funcionarios de diversos niveles y secretarias.
Por las mismas razones le es imposible detener la importación ilegal de armas de los estados unidos por la corrupción de las aduanas, de tal manera que la ley federal de armas de fuego y explosivos solo es capaz de aplicársela con saña, a los mansos, a los pacíficos, a los ciudadanos que tienen como vocación la paz.
Por tales motivos la solicitud de apoyo al gobierno de los estados unidos para que lo ayude a combatir el narcotráfico y para que frene el contrabando de armas es una actitud claudicante de una burocracia depredadora, ante el imperio de los negocios, pues olvida ( en realidad recuerda, y recuerda muy bien) que el principal beneficiario de el consumo y tráfico de drogas, así como del tráfico de armas, son empresarios de los estados unidos y el gobierno estadounidense nunca, pero nunca, coartara la "libertad de empresa" de estos para enriquecerse así sea a costa de su población adicta y de sus vecinos mexicanos.
La solución pasa por restituir la confianza en el pueblo de México, por ganarse el respeto del pueblo y por supuesto armar al pueblo, regresando al ejército a ser una expresión del pueblo armado y que deje de ser un ejército de ocupación y de control de la población pacifica, al servicio de un grupo político-ideologico con mentalidad facista.
La solución está en el cuerpo de guardias rurales y en el servicio militar.
Pero eso es tema de otro escrito.
Gracias
Fernando ochoa v.
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