Por Rafael Cano Franco
No recuerdo, desde que Abel Murrieta es procurador General de Justicia en Sonora, que se hubiera reunido para platicar ampliamente y sin tapujos con periodistas. Ayer lo hizo con el grupo Compacto (Feliciano Guirado, Francisco Rodríguez, Francisco Javier Ruiz Quirrín, Ernesto Gutiérrez Ayala, Martín Romo y este Juglar).
Fue una larga charla que culminó justamente cuando le informaron del asesinato del abogado, Juan Antonio Contreras Domínguez, conocido en el argot policiaco como “Tony Paquetes”.
Una frase define lo que piensa el Procurador de su trabajo y de los resultados que ha entregado en el cargo a sus jefes: “Desgraciadamente siempre se nos va a calificar en base a lo que sucede y no a lo que evitamos”.
Acepta de entrada que aunque los índices de seguridad pública manifiestan una evolución positiva, con casos resueltos, disminución en los secuestros y en los asaltos, no son los óptimos pero tampoco son los más altos comparativamente con otras entidades.
Considera que Sonora no ha sufrido la embestida del crimen organizado como ha pasado en los tres estados vecinos: Chihuahua, Sinaloa y Baja California, pero deja claro que los 160 muertos tampoco es una cifra para presumir.
Sin embargo precisa, “ya quisiera el Procurador de otra entidad vecina poder estar sentado así con un grupo de periodistas, esto es impensable” (La reunión se llevó a cabo en la terraza del Hotel Bugambilias, teniendo como frente el tráfico del bulevar ).
Sin embargo, cuando se le cuestiona si puede enviar un mensaje a los ciudadanos para que disfruten el próximo periodo vacacional de Semana Santa sin preocupaciones o miedo, la respuesta es negativa.
“Los riesgos están presentes en todo el estado” y desde esa postura recomienda extremar precauciones como viajar de día, acompañados y a lugares donde el crimen organizado no manifiesta una presencia violenta.
Pero paradójicamente también recomienda “hacer nuestra vida lo más normal que se pueda”.
Acepta de nuevo que la presencia de las fuerzas federales no es suficiente y concluye diciendo que los espacios que se dejan son ocupados por los grupos del crimen organizado.
Sobre la posibilidad de que se legalicen las drogas, considera que eso no resuelve el problema de narcotráfico: “se habla de legalizar la mariguana, pero no creo que legalicen el crystal o la heroína”, dice a manera de argumento.
También se abordó la propuesta que presentó el gobernador Guillermo Padrés en la Conago, de unificar las policías del país. En ese punto Abel Murrieta explica que es una propuesta que viene manejado el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y precisa que no se trata de un único mando, si una coordinación en materia de capacitación y operación.
Ejemplifica: “debe existir la posibilidad de que si en una región determinada de Sonora se requiere atender una situación de coyuntura, tengamos las facultades para movilizar elementos de seguridad pública municipal de cualquier lugar”.
No deja pasar la oportunidad para presumir logros: “detuvimos a los que asaltaron el antro del hotel, a los que robaron dos trailers con camarón; hicimos un fuerte operativo para capturar a quienes mataron al comandante Ontamucha; desde que llegamos a Nogales se han reducido los índices de violencia, hemos dado golpes espectaculares”.
Pero acepta que en el caso de los sicarios que atacaron a los transportistas en Vícam, asesinando a tres de ellos, no pudieron capturarlos porque les falló la comunicación “y aunque los tuvimos a la vista, no pudimos coordinarnos para atraparlos porque no funcionaban los sistemas de comunicación”.
Y justamente cuando nos estabamos despidiendo, luego de dos hora de plática, le informaron del asesinato del abogado Contreras Domínguez, ya por la tarde el saldo total del día arrojó tres asesinatos (en Nogales, Cajeme y Hermosillo) y dos heridos por disparos de arma de fuego.
Seguramente al ver los periódicos de este miércoles reafirmará su convicción de que se le seguirá juzgando por lo que sucede y no por aquello que logran evitar.
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