Fidel Samaniego
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Y César Nava no llegó, no dio la cara. Pero la piñata dedicada a él con la figura de pinocho sí estuvo en el Salón de Sesiones.
"Lástima que no esté aquí, me encantaría tener un debate con él" dijo desde su lugar Beatriz Paredes. Eufóricos, los suyos la aclamaron. Los panistas seguían de mudados.
En esos momentos, cuando desde la tribuna unos y otros se recriminaban, intentaban justificarse, interpretaba cada cual a su manera el ya celebérrimo convenio de Bucareli, en la parte trasera del Salón de Sesiones, José Ramón Martell, diputado priísta preguntaba a uno de los colaboradores más cercanos de Josefina Vázquez Mota:
"¿Y César dónde está?". La respuesta era inmediata: "ya viene para acá, ¡qué suba él a defenderse, que no la friegue!".
Minutos antes, cuando de manera inesperada Beatriz Paredes pidió la palabra, dijo que tiene la conciencia tranquila porque hace política con altura de miras y solicitó se leyera el pacto que firmó con Nava, la coordinadora de la bancada del PAN buscó al presidente de su partido, éste fue informado de lo que ocurría, y no les quedó más que esperar que apareciera por San Lázaro.
Temprano, la cúpula de la fracción del PAN preguntó a Francisco Rojas si había garantías de que el trámite para dar licencia a Nava saldría sin problemas.
El coordinador del PRI aseveró que no, que había molestia entre sus compañeros. Gil decidió entonces que el asunto no se incluiría en el orden del día.
Después unos y otros se fueron a sus reuniones previas.
fml
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