Julio Hernández (La Jornada)
Los sueños pinoleros de salvación del mundo están en riesgo de quedar reducidos a un típico acto de corrupción trasnacional farmacéutica, que habríapresionado
a la supuestamente beatífica Organización Mundial de la Salud (OMS) para que exagerara los riesgos de la influenza ahora llamada A/H1N1 y empujara a los políticos de la mayoría de los países a reaccionar inmediatamente y firmar acuerdos comerciales para adquirir vacunas contra la nueva gripe y gastar millones de dólares para responder
.
La confirmación preventiva de las extendidas dudas de los mexicanos respecto a las extremosas políticas sanitarias ordenadas por la administración calderónica ha sido hecha por el presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg (epidemiólogo especializado en enfermedades pulmonares y en medicina ambiental), quien ha promovido una moción, luego aprobada por unanimidad, para que la OMS explique lo que es considerado como uno de los mayores escándalos médicos del siglo
, pues se estima que la citada organización sanitaria global cooperó
con grandes firmas farmacéuticas para redefinir el nivel pandémico y reducir el umbral de alarma
, con lo que propició un gran negocio privado.
Wodarg dijo a L’ Humanité (una versión en español está enhttp://bit.ly/89Wzi1 y, en inglés, enhttp://bit.ly/7dS0Dy) respecto a los diagnósticos oficiales que adjudicaron gravedad a la A/H1N1: Sí, es una gripe lo que hay, de lo más normal. No causa más que una décima parte de las muertes causadas por la gripe estacional clásica. Lo único que importaba, y todo lo que llevó a la gran campaña de pánico a la que hemos asistido, es que constituía una oportunidad de oro para los representantes de los laboratorios que sabían que sería el premio gordo en caso de declaración de pandemia
. Bruno Odent preguntó: ¿Cómo ha sido posible un proceso de este tipo en el seno de la OMS?
, y Wodarg respondió: Un grupo de personas de la OMS está estrechamente asociado con la industria farmacéutica
. El médico alemán cita ejemplos de nexos de laboratorios como Novartis, Glaxo y Baxter con directivos del organismo mundial y denuncia que “estas grandes empresas tienen ‘su gente’ en los aparatos y se mueven rápidamente para que se tomen las buenas decisiones políticas. Es decir, aquellas que les permiten bombear el dinero de los contribuyentes al máximo”. La investigación considera la posibilidad de que los gobiernos sean presionados por sus ciudadanos para que rindan cuentas sobre estos grandes negocios: Los estados podrían de hecho cogerse a esto para revisar los contratos firmados en condiciones, digamos que no muy limpias. Si se puede demostrar que es la influencia de las empresas lo que dio lugar a la iniciación del proceso, entonces habrá que presionarlas para que pidan que se les rembolse
.
El proceso de indagaciones europeas tiene especial significación en México, donde Felipe Calderón aprobó –el 9 de marzo de 2009– un acuerdo con Sanofi Aventis (mientras los mexicanos se distraían con Carla Bruni) para que invirtiera 100 millones de euros en construir instalaciones para producir vacunas contra la influenza; luego, el apresurado Calderón recibió en abril la visita del estadunidense Barack Obama, y enseguida colocó a México en situación de alarma extrema, con el tapabocas como instrumento gráfico de confirmación de presuntos riesgos mortales y una población sometida a técnicas de control social mediante el miedo. El proceso de explicaciones
de la administración felipista fue hecho por un político habilitado como secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos (ex diputado federal panista y ex presidente del consejo electoral de Guanajuato, ahora buscador de la candidatura a gobernador de esa entidad). El burdo montaje, las exageraciones evidentes, los enredos ante cámaras y micrófonos (el médico Córdova se volvió una estrella de Televisa jamás cuestionada a fondo) y el contraste diario del tamaño del problema frente a las dimensiones apocalípticas anunciadas generaron un escepticismo que ahora ha desembocado en la resistencia generalizada a inyectarse las vacunas sospechosas, que ya han costado una fortuna del erario y que, de mantenerse los estilos porcentuales de asignación de contratos, habrá generado comisiones enormes para los funcionarios participantes en esos enjuagues sanitarios.
El destape de este escándalo mortal demuestra, por otra parte, que la crítica y el escepticismo son ingredientes necesarios para abordar los actos de un gobierno federal que bajo el estigma del fraude electoral de origen practica otras trampas y saqueos. Los espacios que, como esta columna, advirtieron en cuestión de horas los riesgos del engaño y la magnificación para fines de control social y beneficio pinolero, fueron confrontados con el crucifijo supuestamente santificado de la OMS impoluta e intachable y con la descalificación (de facturado uso sexenal), consistente en adjudicar toda duda o denuncia al uso alucinado de teorías de la conspiración. Calderón y Córdova, en otro México, en otros tiempos, deberían responder política y judicialmente por lo hecho durante esos tiempos sombríos; por los daños profundos hechos a la economía ya en picada y a la salud de los mexicanos convertidos en campo experimental y cuerpo de negocio para beneficio de bandas insanas.
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