Cervecería Cuauhtémoc perdió valor en 110 años y dejó de ser mexicana

Federico Arreola

Este texto es una convocatoria: Pido a economistas, ingenieros industriales y financieros que me ayuden a resolver una duda.  Es la siguiente: Creo, pero no estoy seguro, que la Cervecería Cuauhtémoc, empresa nacida en 1890, valía más hace 110 años que hoy en día. ¿Alguien me auxilia para comprobar o a refutar lo que afirmo?

Lo que planteo es pertinente por las siguientes razones:

1 La Cervecería Cuauhtémoc acaba de dejar de ser una empresa regiomontana al haberla vendido sus propietarios a un grupo europeo.

2 La Cervecería Cuauhtémoc fue la primera gran fábrica que hubo en México y aun en América latina. Desde hace días ya no es ni mexicana ni latinoamericana, sino europea.

3 El orgullo empresarial regiomontano está ahora seriamente lastimado por esa operación.

4 Mucha gente no entiende por qué los actuales directivos de Femsa, con José Antonio Fernández a la cabeza, han preferido ser colas de león y no cabezas de ratón (eran jefes en la Cervecería regiomontana y ahora serán simples consejeros en la Cervecería europea).

5 No estoy seguro que los herederos de los grandes empresarios que hicieron la Cervecería Cuauhtémoc  hayan estado a la altura de las circunstancias. Es decir, pienso que la Cervecería ha perdido valor en 110 años.

¿Por qué hablo de 110 años y no de 120, que es la edad de la Cervecería Cuauhtémoc? Porque una década después de su nacimiento la Cervecería ya no era un proyecto, sino una empresa consolidada.

La comparación es pertinente en términos de entender si los actuales directivos de la Cervecería hicieron crecer el negocio que enorgullecía a Monterrey o si, de plano, nomás ya no podían con el paquete que les heredaron.

Aparentemente los actuales propietarios y directivos de la Cervecería hicieron un gran negocio al haberla vendido en una importante cantidad en dólares. Tal vez a ellos les fue bien. Pero si la Cervecería Cuauhtémoc de hoy vale menos que la de hace 110 años, pues con la pena, pero la sociedad regiomontana ha salido perdiendo. Y esto es lo feo de la operación global que tanto celebra el famoso “Diablo” Fernández.