martes, 10 de mayo de 2011

Alcoholismo por vía anal y vaginal

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En el Blog ¿Y tu salud mental? del 15 de febrero de 2011, titulado “Alcoholismo en la adolescencia: una nueva realidad”, hacíamos referencia a los altos niveles de consumo de alcohol entre la población juvenil; las chavas y los chavos, por ejemplo, actualmente consumen más alcohol que hace una década, convirtiéndose esto en un problema de salud pública, ya que los jóvenes empiezan a ingerir alcohol desde los 10 años.

El alcoholismo por la vía anal y vaginal, existe como un medio que emplean los jóvenes para tener literalmente metido el alcohol en sus entrañas, a través del uso de tampones vaginales empapados en diferentes tipos de alcohol. Se dice que esta modalidad de embriagarse y minimizar el aliento alcohólico, tiene la finalidad de evitar las reprimendas familiares o, inclusive, de evadir el control del alcoholímetro que existe en localidades como la ciudad de México.

Tal práctica se conoce por el término en inglés “slimming”, el cual aparentemente procede del término slim, que significa delgado, o slimmed, que quiere decir adelgazar. Sería como “afinar” el alcohol. Las consecuencias son altamente riesgosas para la salud del usuario, dada la alta capacidad irritante del alcohol en zonas como vagina y recto. Diferentes especialistas afirman que el alcohol puede alterar el PH vaginal, lo que genera infecciones y lesiones locales.

No obstante estos riesgos, la utilización por estas vías genera un estado de intoxicación muy alto, por ejemplo, la mucosa vaginal absorbe con facilidad el alcohol que pasa pronto a la sangre, sin que necesariamente se metabolice, al eludir el primordial filtro que es el hígado; de tal manera que la intoxicación es muy rápida.

El “slimming” forma parte de una práctica entre niños y adolescentes que se inician o continúan en el alcoholismo mediante la introducción del licor en sus cuerpos; sin embargo, tal experiencia encierra un simbolismo de compensar falsamente ciertos vacíos emocionales que los jóvenes están viviendo.

El propósito de tal consumo, convertido según algunos en una moda, pasajera o no, en el fondo es un problema que merece toda nuestra atención: los consumidores de las más diferentes edades, realmente están encontrando formas y opciones de consumo que superan por mucho lo que programas de prevención y contención plantean sobre el uso de productos adictivos. Mientras los consumidores han encontrado formas de ingesta altamente riesgosas, las autoridades solícitamente insisten en que no hay que beber porque es un peligro, en que hay que evitar per se el consumo de drogas, etc.

El “slimming” forma parte de una práctica entre niños y adolescentes que se inician o continúan en el alcoholismo mediante la introducción del licor en sus cuerpos. Pareciera un juego el tema, sin embargo, muestra que los grupos de jóvenes tienen la imperiosa necesidad de tener alcohol en la sangre, como para evitar y evadir situaciones que generan dolor y que ellos, no logran comprender y que intentan compensar falsamente.

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