martes, 25 de agosto de 2009

LAS GOTAS DE AQUELLAS PERLAS

Esteban Martínez Díaz

Y nuevamente se abre el telón para la segunda parte de la obra “Corrupción sin límite”, ahora teniendo como principales actores a los Senadores de la República, que también tienen su historia. Gastan 208 millones de pesos en asesorías destinada a honorarios legislativos de los asistentes especializados en trabajos parlamentarios, además de su dieta individual de 126 mil pesos netos, lo que arroja un gasto anual de 568 millones de pesos. Es mucho dinero que debe ser ajustado a su mínima expresión en esta época de crisis económica. Sin embargo, el gallardete se lo llevan los huéspedes de San Lázaro, que se demuestran con las 500 curules que ocupan, de los que deben de irse a su casa el 50% cuando menos, atendiendo la petición popular de ahorrar el dinero del presupuesto, aplicándolo a otros objetivos prioritarios.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, cuestionó a la secretaría de Hacienda para que diga por qué la educación tiene que asumir un recorte de siete mil 800 millones de pesos a las universidades públicas –la Unison entre ellas—y no se aplica a los partidos políticos y al IFE, que tienen presupuestado más de 16 mil millones de pesos entre ambos, gastos que no han sido probados y mucho menos clarificado los procesos electorales, tergiversando la práctica democrática de estos eventos.

Además que, de salarios a salarios, los señores del IFE, del Trife y demás enjuagues, tienen los salarios más altos de la República, junto con los ministros de la Suprema Corte, que rebasan los 350 mil pesos mensuales, los que pueden llegar a casi duplicarse, según las canonjías y prebendas con que se arropen, con decisiones propias e inapelables. ¿De qué privilegio gozan?

El IFE pretende un presupuesto de nueve mil 241.3 millones de pesos para su operación ordinaria, en una época en que no hay elecciones federales y que, por tanto, debe disminuir, considerando los problemas que tiene el país por falta de efectivo, la baja recaudación de impuestos y la disminución en el precio del petróleo, además del agotamiento de los yacimientos más importantes, sin que se vean luces de probables descubrimientos en tierra firme o en el mar.

El voto particular de cada ciudadano, emitido en las elecciones de julio, tuvo un costo de 504 pesos, si consideramos 32 millones 224 mil 722 votos válidos, según un examen practicado por el periodista Sergio Sarmiento de Reforma.

No haremos el milagro de la recuperación, a menos que nos sacrifiquemos…

Correo electrónico: esteban.emartinez@gmail.com

México, D. F., Agosto 21 del 2009.

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