lunes, 3 de agosto de 2009

Empresarios Frondistas

Por el Lic. Mefistófeles Satanás 
Durante la infancia de Luis XIV, el gobierno de Francia estuvo a cargo de la regencia de su madre, Ana de Austria (vieja conocida a través de la novelas de Dumas).  Aprovechándose de la indefensión de la viuda, de que el sucesor de Richeliueu, Mazarino, era un hijoeputa, y de la infancia del futuro rey sol, un grupo de nobles, los frondistas, intentaron sublevarse.  Fue solo por un verdadero milagro que Luis llegó al trono.  Los frondistas o frondeurs eran nobles disidentes y ambiciosos.  El suyo fue un intento de golpe de estado desde las mismas cúpulas del poder.
En México, en 1808, don Gabriel Yermo encabezaba a un grupo de peninsulares hacendados, comerciantes, y clérigos que controlaban económicamente a la Nueva España.  Yermo encabezaba lo que el vulgo conocía entonces como “el partido de los gachupines”.  Contra estos se había formado un grupo de proto-renegados, criollos liberales, masones, que se agrupaban alrededor del Lic. Francisco Primo Verdad, síndico procurador del Ayuntamiento de la capital, de don Andrés Quintana Roo, y del corregidor Miguel Domínguez.
Ese año de 1808 llegaron noticias alarmantes a la Nueva España.  Napoleón había destronado al rey, Fernando VII, lo tenía preso, y había impuesto a su borrachín hermano, José o Pepe Botella en el trono de España. Ante tal noticia, el lic. Verdad sugirió en ayuntamiento de la capital que no habiendo un rey español entonces Nueva España ya no le pertenecía a España pues el tratado de Tordesillas de Alejandro VI le daba estas tierras mexicanas a la corona española, no a España.  Así pues, la ciudad principal de la Nueva España, la gran Tenochtitlán, volvía a ser la soberana del Anáhuac.  Verdad sugirió que se formara la Junta de México, encabezada por el virrey y que el gobierno de la Nueva España se hiciera de medios para proteger al reino de una posible invasión francesa.
Yermo y el partido de los gachupines  de inmediato pusieron el grito en el cielo.  Después de todo, ¿Quiénes eran los soberanos de esta gran Tenochtitlán sino unos señores indígenas?  Y tocó que no se había mandado oro y plata a España por varios meses debido a la guerra con Francia.  Las aduanas de Tampico y Veracruz estaban a reventar con lingotes de metales preciosos.  ¿Acaso estaba sugiriendo Verdad que los señores indígenas reasumían la propiedad de esas riquezas?
No hubiera pasado nada si las palabras del Lic. Verdad no hubieran hecho mella en el virrey Iturrigaray.  Era este un viejo militar español, muy leal al rey.  Iturrigaray expresó que iba a considerar las sugerencias de Verdad y tal vez formaría un gobierno independiente ahí en la Nueva España.  Después de todo, ¿no sería esa la mejor manera de servir al rey, imponiendo un gobierno militar que asegurase de que se repeliera cualquier intento de invasión de Francia?
Yermo y sus “gachupines” estaban cagados de miedo.  Perderían sus privilegios seguramente.  Yermo y sus gentes, entre los que se contaban Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, arzobispo de México, empezaron a conspirar de lo lindo.  Encontraron  y compraron armas y gente que les sería adicta.   La noche del 15 de septiembre de 1808 “los gachupines” dieron un golpe de estado.  Arrestaron al virrey y al Lic. Verdad.  El primero fue acusado de desfalcos y regresado en grilletes a la península.  El lic. Verdad murió en las mazmorras de San Juan de Ulua.  
Para reemplazar a Iturrigaray, Yermo y los gachupines impusieron a un pelele, un anciano ochenton, el mariscal Pedro de Garibay.  Este viejito no duró mucho en el hueso y los gachupines lo reemplazaron con el arzobispo, Lizana y Beaumont, el cual había bendecido las bayonetas de los sublevados.  Eventualmente el arzobispo le entrego el mando al virrey Apodaca, el cual gobernaba cuando don Miguel Hidalgo se sublevó.
Don Miguel Hidalgo, creo yo, escogió a propósito la noche del quince de septiembre para sublevarse.  Lo que conocemos de que a la corregidora la descubrieron es algo que cuenta Guillermo Prieto setenta años después en su escrito “La Noche del Quince de Septiembre de 1810”.  Prieto era un anciano y se encontraba de cónsul de Mexico en Madrid cuando escribió ese relato.  Acuérdense que don Memo era poeta y novelista y le gustaba dorar la píldora.  Si no, ¿Cómo se explica que don Miguel Hidalgo, un criollo, exclamara, ceceando las zetas, “¡vamoz a matar gachupinez!”?  Para mí que don Miguel se refería a los “gachupines” de Yermo que habían puesto un pelele en la silla virreinal un quince de septiembre dos años antes.
¿Y cual es la razón por la que he escrito esta lección de historia?  Como ustedes bien saben, la clase empresarial mexicana es egresada de unas escuelas patito donde pueden comprar sus títulos.  Son, en suma, puros pendejos que no conocen la historia patria y esa es la razón por la que no saben gobernar a México.  En este escrito quería demostrarle a don Laurencio Ceviche, a don Miguel Tornuco Charqués, a don Fraudio X. Gonzales, y demás magnates que sí: ya sus antecesores, específicamente Gabriel Yermo, han depuesto gobiernos en México.  Es más, a excepción del golpe de estado de Guerrero cuando le robaron la presidencia, todos los otros golpes de estado en México los ha hecho la derecha o la puta de Babilonia o una combinación de ambos.  Es más, el último golpe de estado tomó lugar en julio del 2006, con la cooperación de los empresarios, y se impuso a un pelele en la presidencia, igual que en 1808.  ¡Que no se hagan don Laurencio Ceviche o Tornuco Charqués, ellos se hicieron de la vista gorda en un golpe de estado que ha violentado el orden constitucional!  
Lo que don Laurencio y los otros frondistas tienen que asegurarse, sin embargo, es la cooperación de la puta de Babilonia, ansina como lo hizo Yermo con Lizana y Beaumont.  Suéltenle una feria a Perverto, don Laurencio, asegúrenle que si los empresarios hacen un golpe de estado y derrocan a fecal entonces los curas podrán tener huesos en el gobierno. Ofrézcanles también que los curas podrán entrar a las escuelas del gobierno a dar “clases de religión” y manosear chamacos.  Hagan eso, señores frondistas del CCE, y les aseguro que desde mil púlpitos los cuervos estarán aplaudiendo cualquier golpe de estado que ejecuten.  Eso es exactamente lo que hicieron Gorileti y sus frondistas empresariales en Honduras, consiguieron que la puta de Babilonia los apoyara.  (Mal que bien, Gorileti y los suyos todavía tienen posesión del gobierno hondureño.)  
Yo sugiero entonces que la noche del 15 de septiembre que viene podría ser muy, pero muy, interesante y tal vez ya haya un nuevo pelele, probablemente don Beltrone o Perverto, en la silla al amanecer.  Este chamuco, respetuoso de las instituciones que nos han dado fraude, no puede sino denunciar desde esta tribuna a los empresarios frondistas que ya hacen declaraciones sediciosas en contra del santo niño de Morelia, el etilente prostitucional Jelipe del Infartado Corazón de Jesús de las Almorranas de San Judas Tadeo Calderón Hinojosa.  (El chamuco se hinca y se da golpes de pecho hasta toser.)
Laurencio Ceviche ha declarado que Jelipe ya no gobierna, que su mandato ha terminado.  Pero esa no ha sido la única declaración sediciosa emanada de los magnates.  Las últimas declaraciones, parte de una carta francamente sediciosa, aparecieron apenas el sábado 11 de los corrientes, escrita por Tornuco Charqués, y en ella se le acusa al salvador de la humanidad de ser un pendejo.  ¡Se equivoca Tornuco Charqués!  ¡El capitán de la chalupa de gran calado que es el estado mexicano no se le debe de criticar aunque se encuentre durmiendo la mona borracho en el puente de mando!  ¡Hacerlo es frondismo o sedición!
Así pues, yo le sugiero a don Pedro Picapiedra, secretario de gorilación, que se proceda al arresto inmediato de Ceviche, Tornuco Marqués, Fraudio X. Gonzalez, don Beltrone, Perverto, Azcoarraga, y demás golpistas.  Hay momentos, don Pedro, en que hay que actuar para cortar de tajo este tipo de conspiraciones.  Lo mismo hizo Hitler la noche de los cuchillos largos cuando arrestó a Rhoem.  Igual actuó Robespierre contra los dantonistas.  Actué con mano firme, don Pedro, antes de que lo hagan los empresarios frondistas y sus pretorianos.  
Por otra parte, hay que ser pragmáticos, don Pedro.  Tal vez las fuerzas que se oponen a FECAL son demasiado fuertes.  ¿Para qué derramar sangre a lo pendejo?  En tal caso, le aconsejo don Pedro que se aproxime usted a los frondistas y llegue usted a un acuerdo con ellos.  Después de todo, de renunciar FECAL, usted subiría a la silla y el orden prostitucional no se violentaría (más).  Sopese lo que tiene que hacer, don Pedro, usted controla los servicios de inteligencia mexicanos y podría hacer que Los Pinos no se enteren de nada hasta que sea ya demasiado tarde (¿quid ipso custode custodes?).  Y ya que mencione a Danton, acuérdese don Pedro: “¡La audace, tojours la audace!”

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