Por Victor Hernández
El IFE ordenó un recuento del 54.5% de las casillas electorales en el país. Esto quiere decir que técnicamente sólo se podrán reportar, antes del recuento, 45.5% de los paquetes electorales.
De acuerdo con el sitio del sistema de reporte de avance de conteos distritales, ya se contabilizaron 81.17% de las casillas. Es decir, se contaron las que se podían contar y se separaron para recuento las que se tenían que separar.
Pero hay un problema: en el último corte antes de publicar esta columna, los números son los siguientes:
Peña Nieto: 8,337,663 votos (38.95%)
AMLO: 6,635,535 votos (31.00%)
Josefina: 5,431,943 (25.37%)
Es decir, números muy similares a los que arrojó el PREP.
Pero eso estadísticamente no es posible debido a que supondría que todos los paquetes electorales tienen una proporción similar, co 38% para Peña Nieto, 31% para AMLO y 25% para Josefina. Es imposible porque hubo estados donde ganó Josefina, otros donde ganó AMLO, otros donde ganó Peña Nieto y por consiguiente un resultado con apenas el 45.5% de los votos no puede tener un resultado igual al resultado final.
Vaya, ni en el PREP pasó eso. En el PREP la ventaja de Peña Nieto se mantuvo siempre en alrededor de 3% y fue hasta entrado el siguiente día que empezó a subir a 6%.
Por otro lado, la ventaja de Peña Nieto hasta el momento es de casi 2 millones de votos. Es decir, la ventaja que supuestamente tendría con dos terceras partes del voto (puesto que se supone que tuvo 3 millones de votos de ventaja).
¿Cómo va a ser eso posible? ¿O sea que en el resto de las casillas (¡más de la mitad!) Peña Nieto sólo tiene una ventaja de un millón de votos?
Suena más bien a que se eligieron paquetes electorales alterados para darle un colchón de ventaja a Peña Nieto en caso de que se tuvieran que anular casillas o AMLO tuviera una ventaja mayor.
Con razón se niega el PRI a que se abran todas las casillas. Pero la realidad es que hay inconsistencias en 113 mil casillas. Casi todas, pues. Sólo en 30 mil casillas todo cuadra.
Así de burdo fue el fraude que hizo el PRI.
El IFE ordenó un recuento del 54.5% de las casillas electorales en el país. Esto quiere decir que técnicamente sólo se podrán reportar, antes del recuento, 45.5% de los paquetes electorales.
De acuerdo con el sitio del sistema de reporte de avance de conteos distritales, ya se contabilizaron 81.17% de las casillas. Es decir, se contaron las que se podían contar y se separaron para recuento las que se tenían que separar.
Pero hay un problema: en el último corte antes de publicar esta columna, los números son los siguientes:
Peña Nieto: 8,337,663 votos (38.95%)
AMLO: 6,635,535 votos (31.00%)
Josefina: 5,431,943 (25.37%)
Es decir, números muy similares a los que arrojó el PREP.
Pero eso estadísticamente no es posible debido a que supondría que todos los paquetes electorales tienen una proporción similar, co 38% para Peña Nieto, 31% para AMLO y 25% para Josefina. Es imposible porque hubo estados donde ganó Josefina, otros donde ganó AMLO, otros donde ganó Peña Nieto y por consiguiente un resultado con apenas el 45.5% de los votos no puede tener un resultado igual al resultado final.
Vaya, ni en el PREP pasó eso. En el PREP la ventaja de Peña Nieto se mantuvo siempre en alrededor de 3% y fue hasta entrado el siguiente día que empezó a subir a 6%.
Por otro lado, la ventaja de Peña Nieto hasta el momento es de casi 2 millones de votos. Es decir, la ventaja que supuestamente tendría con dos terceras partes del voto (puesto que se supone que tuvo 3 millones de votos de ventaja).
¿Cómo va a ser eso posible? ¿O sea que en el resto de las casillas (¡más de la mitad!) Peña Nieto sólo tiene una ventaja de un millón de votos?
Suena más bien a que se eligieron paquetes electorales alterados para darle un colchón de ventaja a Peña Nieto en caso de que se tuvieran que anular casillas o AMLO tuviera una ventaja mayor.
Con razón se niega el PRI a que se abran todas las casillas. Pero la realidad es que hay inconsistencias en 113 mil casillas. Casi todas, pues. Sólo en 30 mil casillas todo cuadra.
Así de burdo fue el fraude que hizo el PRI.
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