Monterrey, Nuevo León a 4 de julio de 2012
Mi nombre es Carlos Gabriel Quiroz Sánchez. Soy consejero electoral ciudadano del Distrito 6 del Instituto Federal Electoral en Nuevo León.
Decido tomar la palabra para externar mi inquietud sobre las acusaciones de fraude electoral en la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos que han sido denunciadas públicamente en nuestra entidad federativa y en la república. Pienso hacer llegar este texto a los distintos niveles del Instituto Federal Electoral y hacerlo público.
Hablo en mi calidad de consejero electoral, puesto que supone que como ciudadano a su vez sirvo a los ciudadanos que desearían vigilar y expresarse sobre el proceso electoral, pero que por cuestiones de tiempo por responsabilidades laborales, familiares, estudiantiles, de salud o alguna otra índole no lo pueden hacer. O que por simple lógica de números sería inefectivo tener a cientos, miles o millones de ciudadanos con los derechos que tiene un consejero. Por lo tanto los consejeros deberíamos ser el micrófono, los ojos y los oídos de los ciudadanos.
Así que haré el mejor esfuerzo por reproducir la información y las opiniones que están comunicando un número altamente significativo de ciudadanos por medios sociales, protestas, marchas, declaraciones ante medios de comunicación, publicaciones y directamente a mí. Me disculpo y hago la observación que por falta de tiempo no he podido documentar todo esto de forma metodológica.
Las acusaciones por sí solas no son pruebas de delitos o fallas del sistema. Pero la percepción que se ha generado sobre el IFE y del proceso electoral amerita atención y acción decisiva de las instituciones electorales. Sin importar si sea poca o mucha la validez de las acusaciones, su volumen y la gravedad son en sí mismas una crisis política que cuestiona la legitimidad de nuestro sistema político entero.
Me permitiré repetir este punto. Está en cuestionamiento la legitimidad de nuestro sistema político entero. Esa es causa suficiente para iniciar una evaluación completa y urgente de la efectividad e integridad de nuestro sistema electoral.
En otras palabras, tenemos que responder concienzudamente “¿Está nuestro sistema electoral cumpliendo con su misión de organizar y dar validez a la elección de representantes elegidos democráticamente?”.
Y de no ser así, ¿entonces qué ES lo que está haciendo?
De cierta forma los ciudadanos deberían ser los clientes para los que trabaje el sistema electoral y los que deberían quedar satisfechos. Si no está sirviendo a los ciudadanos, ¿a quién le está sirviendo? ¿A quién está dejando satisfecho?
Repasemos las señales de alerta y descontento.
1. Compra de votos. Abundan reportes por observadores electorales y ciudadanos sobre la compra de votos en domicilios particulares, instalaciones de partidos y afuera o cerca de casillas. No son reportes esporádicos sino por todo el país. Circula un video titulado “Señoras Priistas Enojadas por No Recibir Pago por Parte del PRI en Azcapotzalco” en la Delegación Azcapotzalco en el Distrito Federal. Reportes alrededor del país de pagos de 500, 750, 1000, 1200, 1500 y 4mil pesos.
2. Regalos por votos. Reportes de regalos de todo tipo. Resaltan las tarjetas de distintos tipos, incluyendo las tarjetas de Soriana regaladas por el Partido Revolucionario Institucional que detonaron compras de pánico por rumor de su cancelación. De la página Sin embargo.mx leí del caso de la tienda Soriana en la colina Juan Escutia en el Distrito Federal en el que cientos de personas intentaron pagar mercancía con estas tarjetas en las cuales supuestamente iban a tener un saldo de mil 500 o mil pesos, pero al revisar el saldo no tenían esa cantidad. También recibí un reporte de regalo de celulares.
3. Accarreo. Numerosos reportes, incluyendo el de Alianza Cívica de los resultados de su observación electoral a nivel nacional publicado el 3 de Julio en el que indican “los reportes señalan que hubo acarreo en el 14% de las casillas observadas en todos los estados.” Los estados que observaron fueron Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
4. Coerción del voto. Reportes de coerción del voto por medio de intimidación, amenazas de consecuencias laborales o amenazas de violencia física afuera de las casillas. Un reporte de hombres armados con palos afuera de una casilla, donde se amenazaba a electores que si no votaban por cierto partido ya sabían lo que les sucedería.
5. Violación del voto secreto. Situaciones en las que se le cuestionaba a los electores por quién iban a votar o por quién votaron. Llamo a la atención lo que se incluye en el mismo reporte de Alianza Cívica mencionado anteriormente en el que reportan que 21% de las casillas observadas se reportó que los ciudadanos no pudieron votar en secreto y del que cito: “observamos que la principal irregularidad fue la utilización de niños acompañando a votar a diferentes ciudadanos, en diferentes ocasiones –los llamados halconcitos- en el Estado de México, Chihuahua, Sinaloa y Jalisco. Había personas con listas de votantes, que iban palomeando (diferentes a la lista nominal de electores); o bien había personas hablando en la fila o antes de que llegaran con los ciudadanos, haciendo alguna forma de presión.” El mismo reporte indica “La presión fue a favor del PRI-PVEM en un 71%, 17% a favor del PAN, 9% a favor del PRD, y 3% a favor del Panal.”
6. Gasto en las campañas. La percepción de un gasto excesivo y hasta ilegal de campañas, junto con la impresión de que el Instituto Federal Electoral no actuó asertivamente para investigar ni frenarlo. Muchos ciudadanos también tienen la percepción de que muchas campañas reciben financiamiento de dinero del narcotráfico. La creencia generalizada del desvió de recursos públicos.
7. Favoritismo y manipulación de la información en medios. Acusaciones de que los medios de comunicación, particularmente en televisión y periódicos, favorecieron a la campaña de Enrique Peña Nieto de la coalición Compromiso por México.
8. Manipulación de las encuestas / las encuestas como propaganda. Descontento desde semanas antes de la jornada electoral en la que los ciudadanos percibían que encuestas populares, como por ejemplo la promovida por el grupo Milenio y Consulta Mitofsky estaban erradas o simplemente eran deshonestas.
9. Violencia electoral. Agresiones contra protestantes durante las campañas, agresiones contra observadores electorales y asesinatos, incluyendo el asesinato de Tomás Betancur Gaytán, coordinador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en el municipio de Juárez aquí en Nuevo León.
10. Robo de urnas. Incidentes en distintos estados de robo por la fuerza de urnas durante el transcurso de la jornada electoral. Como fue el caso en la sección 1513 de este mismo distrito.
11. Pago a representantes de casilla. Reportes de una alta inversión en contratar a representantes de casilla y representantes generales para tener representantes en casi todas las casillas del país.
12. Pasividad del Instituto Federal Electoral y la FEPADE. Sentimiento de que el IFE no tiene la iniciativa de poner la lupa ni de hacer valer la ley. De evasión de confrontamiento con los partidos o de complicidad. De que la Fiscalía Especializada no tiene el interés en detectar ni investigar delitos electorales.
13. Boletas que sobraron y duplicación de folios. Desconfianza sobre las boletas que sobraron enviadas a los distritos para armar los paquetes electorales. Detección de folios duplicados.
14. Paquetes electorales en manos de simpatizantes de partidos políticos. Videos, fotos y testimonios de paquetes electorales en las manos de miembros o simpatizantes de partidos políticos.
15. Lápices especiales para votar. Desconfianza de los lápices por su posible facilidad de ser borrados. Desconfianza de que simplemente sea un lápiz.
16. El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Desconfianza del PREP y sospecha de manipulación de los datos presentados como lo son las diferencias entre las actas, las mantas de resultados y los datos en el PREP. Críticas de casillas donde se muestran porcentajes de participación ciudadana arriba del 100% y a veces hasta el 300% por ciento o más. Lo que debiera ser un instrumento para generar confianza de los resultados es ahora una enorme fuente de incertidumbre.
17. Coordinación del mensaje del consejero presidente Leonardo Valdés Zurita con el mensaje de felicitación del Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Sospecha y descontento sobre el mensaje de los resultados del conteo rápido seguido de la felicitación del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos al candidato Enrique Peña Nieto. Considerada una implícita declaración de victoria de las elecciones, cuando esto le corresponde al Tribunal Electoral. Sospechas de negociación entre el Presidente de México o el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional.
De ser ciertas suficientes de estas acusaciones, las implicaciones son que el Instituto Federal Electoral es un sistema de lavado de votos. En la cual lo que entra al sistema, dígase votos comprados, manipulación de la percepción pública, coerción, acarreo, etc. es maquillado con un proceso intermedio validado por el trabajo de los funcionarios de casillas y los consejos distritales y locales para darle legitimidad y brillo.
Esto convertiría a los funcionarios de casilla y a todos los ciudadanos que laboran en buena fe en el IFE tanto en víctimas como facilitadores de un gran engaño en el cual el ciudadano inconscientemente ayuda a servidores públicos corruptos para llegar a puestos de poder. En otras palabras, entonces estaríamos organizando una simulación de la democracia para tener un pase directo a nuestros bolsillos con nuestros impuestos, cuando seríamos nosotros mismos quienes les pavimentemos el camino para que abusen más de nosotros. En el que se usan nuestros impuestos para llegar a puestos para quedarse con aún más de nuestros impuestos.
Que sería entonces un fraude aún mayor, ya que ser funcionario de casilla es una obligación cívica y sin remuneración, fuera del pequeño apoyo que reciben para alimentos durante la jornada electoral.
Lo cual sería increíblemente triste. Ya que como mis labores como observador electoral en el proceso del 2009 tuve la oportunidad de conocer a muchos funcionarios felices de su participación a pesar del calor en Nuevo León. Y porque los últimos meses he podido conocer a capacitadores, supervisores, técnicos, asistentes y vocales que creen en la democracia, creen en los ciudadanos y dedican horas bajo el sol, horas en la calle yendo de casa en casa, comprando comida para los funcionarios, desvelándose, despertándose temprano, teniendo problemas en su casa por el tiempo que le dedican a su trabajo, descuidando a sus familias y en muchas ocasiones descuidando su propia salud.
El costo también se paga de otra forma personal. Quienes laboran en el IFE o tienen algún vínculo con el instituto desde antes de estas elecciones ya recibíamos comentarios de otras personas de que el IFE es corrupto, a veces incluso preguntándonos si nosotros también lo somos. La imagen del IFE es tan mala, que personalmente le empecé a pensar dos veces los últimos meses antes de contarles a otras personas que yo era consejero electoral, cansado de recibir ese tipo de comentarios descalificativos. Lo que debiera ser razón de orgullo, es cada vez más razón de vergüenza.
Pero si gran parte de estas acusaciones están equivocadas, entonces las instituciones electorales deben hacer un mejor trabajo en comunicar por qué y cómo funciona lo que se está haciendo. Explicar y demostrar por ejemplo cómo es que el PREP y el conteo rápido son de confiar a pesar los errores que se detecten. Lo que se esté haciendo bien no es suficiente que algunos lo sepan, hay que demostrarlo.
La suma de todo esto es que percibo dos realidades probables. O alguien conspiró para hacerle algo terrible a México o el país está viviendo un estado de histeria colectiva en la que alucina que sucedió un fraude electoral masivo. Lo cual debe darle suficiente trabajo tanto del IFE, ciudadanos y psicólogos para descubrir a cuál grado cada uno es cierto.
Si la realidad es que hubo una conspiración para engañar a los ciudadanos, repito, habrá que tomar las acciones correspondientes.
Personalmente me molesto y me disculpo. Como consejero electoral debí haber sido más proactivo, debí pasar más tiempo en campo, debí buscar incidentes.
La humildad no es un pecado. La humildad nos puede causar vergüenza pero al saber que algo se hizo mal por accidente u omisión tenemos la oportunidad de cambiar aunque nos duela, aunque tengamos que confesar que no somos las personas que pensamos que éramos. Porque es la única forma en la que nos convertiremos en las personas que queremos ser. Y en la institución que queremos ser. Y en el país que queremos ser.
Llamo a que cualquier ciudadano que sepa algo, que tenga cualquier pedazo de la verdad en sus manos o en la punta de la lengua, que lo haga público. Llamo a que cualquier miembro del Servicio Profesional del IFE, consejeros, supervisores, capacitadores o cualquier empleado dentro del instituto que haya detectado irregularidades internas las denuncie públicamente. Les suplico. También les ruego que hagan todo lo que tengan en sus manos por iniciar un proceso sincero de evaluación del instituto para que no se repita lo que está sucediendo.
Le solicito a los partidos políticos y a nuestros legisladores electos que hagan todo lo posible por implementar reformas en las instituciones y la ley electoral. También les suplico que si están enterados de delitos electorales que sucedieron dentro de sus propios partidos que lo denuncien en público y hagan todo lo posible por transformar sus propios partidos. Quiero creer que ninguna persona que desea que exista la justicia permitiría a sí misma ser cómplice de un partido que comete delitos electorales. Que lo reportaría o denunciaría. O que renunciaría a su partido por incompatibilidad de valores.
No esperen el permiso para hacer lo correcto. Dense el permiso ustedes mismos.
Agradezco su tiempo y atención.
Carlos Gabriel Quiroz Sánchez
Consejero Electoral, Distrito 06 Federal de Nuevo León
Mi nombre es Carlos Gabriel Quiroz Sánchez. Soy consejero electoral ciudadano del Distrito 6 del Instituto Federal Electoral en Nuevo León.
Decido tomar la palabra para externar mi inquietud sobre las acusaciones de fraude electoral en la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos que han sido denunciadas públicamente en nuestra entidad federativa y en la república. Pienso hacer llegar este texto a los distintos niveles del Instituto Federal Electoral y hacerlo público.
Hablo en mi calidad de consejero electoral, puesto que supone que como ciudadano a su vez sirvo a los ciudadanos que desearían vigilar y expresarse sobre el proceso electoral, pero que por cuestiones de tiempo por responsabilidades laborales, familiares, estudiantiles, de salud o alguna otra índole no lo pueden hacer. O que por simple lógica de números sería inefectivo tener a cientos, miles o millones de ciudadanos con los derechos que tiene un consejero. Por lo tanto los consejeros deberíamos ser el micrófono, los ojos y los oídos de los ciudadanos.
Así que haré el mejor esfuerzo por reproducir la información y las opiniones que están comunicando un número altamente significativo de ciudadanos por medios sociales, protestas, marchas, declaraciones ante medios de comunicación, publicaciones y directamente a mí. Me disculpo y hago la observación que por falta de tiempo no he podido documentar todo esto de forma metodológica.
Las acusaciones por sí solas no son pruebas de delitos o fallas del sistema. Pero la percepción que se ha generado sobre el IFE y del proceso electoral amerita atención y acción decisiva de las instituciones electorales. Sin importar si sea poca o mucha la validez de las acusaciones, su volumen y la gravedad son en sí mismas una crisis política que cuestiona la legitimidad de nuestro sistema político entero.
Me permitiré repetir este punto. Está en cuestionamiento la legitimidad de nuestro sistema político entero. Esa es causa suficiente para iniciar una evaluación completa y urgente de la efectividad e integridad de nuestro sistema electoral.
En otras palabras, tenemos que responder concienzudamente “¿Está nuestro sistema electoral cumpliendo con su misión de organizar y dar validez a la elección de representantes elegidos democráticamente?”.
Y de no ser así, ¿entonces qué ES lo que está haciendo?
De cierta forma los ciudadanos deberían ser los clientes para los que trabaje el sistema electoral y los que deberían quedar satisfechos. Si no está sirviendo a los ciudadanos, ¿a quién le está sirviendo? ¿A quién está dejando satisfecho?
Repasemos las señales de alerta y descontento.
1. Compra de votos. Abundan reportes por observadores electorales y ciudadanos sobre la compra de votos en domicilios particulares, instalaciones de partidos y afuera o cerca de casillas. No son reportes esporádicos sino por todo el país. Circula un video titulado “Señoras Priistas Enojadas por No Recibir Pago por Parte del PRI en Azcapotzalco” en la Delegación Azcapotzalco en el Distrito Federal. Reportes alrededor del país de pagos de 500, 750, 1000, 1200, 1500 y 4mil pesos.
2. Regalos por votos. Reportes de regalos de todo tipo. Resaltan las tarjetas de distintos tipos, incluyendo las tarjetas de Soriana regaladas por el Partido Revolucionario Institucional que detonaron compras de pánico por rumor de su cancelación. De la página Sin embargo.mx leí del caso de la tienda Soriana en la colina Juan Escutia en el Distrito Federal en el que cientos de personas intentaron pagar mercancía con estas tarjetas en las cuales supuestamente iban a tener un saldo de mil 500 o mil pesos, pero al revisar el saldo no tenían esa cantidad. También recibí un reporte de regalo de celulares.
3. Accarreo. Numerosos reportes, incluyendo el de Alianza Cívica de los resultados de su observación electoral a nivel nacional publicado el 3 de Julio en el que indican “los reportes señalan que hubo acarreo en el 14% de las casillas observadas en todos los estados.” Los estados que observaron fueron Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
4. Coerción del voto. Reportes de coerción del voto por medio de intimidación, amenazas de consecuencias laborales o amenazas de violencia física afuera de las casillas. Un reporte de hombres armados con palos afuera de una casilla, donde se amenazaba a electores que si no votaban por cierto partido ya sabían lo que les sucedería.
5. Violación del voto secreto. Situaciones en las que se le cuestionaba a los electores por quién iban a votar o por quién votaron. Llamo a la atención lo que se incluye en el mismo reporte de Alianza Cívica mencionado anteriormente en el que reportan que 21% de las casillas observadas se reportó que los ciudadanos no pudieron votar en secreto y del que cito: “observamos que la principal irregularidad fue la utilización de niños acompañando a votar a diferentes ciudadanos, en diferentes ocasiones –los llamados halconcitos- en el Estado de México, Chihuahua, Sinaloa y Jalisco. Había personas con listas de votantes, que iban palomeando (diferentes a la lista nominal de electores); o bien había personas hablando en la fila o antes de que llegaran con los ciudadanos, haciendo alguna forma de presión.” El mismo reporte indica “La presión fue a favor del PRI-PVEM en un 71%, 17% a favor del PAN, 9% a favor del PRD, y 3% a favor del Panal.”
6. Gasto en las campañas. La percepción de un gasto excesivo y hasta ilegal de campañas, junto con la impresión de que el Instituto Federal Electoral no actuó asertivamente para investigar ni frenarlo. Muchos ciudadanos también tienen la percepción de que muchas campañas reciben financiamiento de dinero del narcotráfico. La creencia generalizada del desvió de recursos públicos.
7. Favoritismo y manipulación de la información en medios. Acusaciones de que los medios de comunicación, particularmente en televisión y periódicos, favorecieron a la campaña de Enrique Peña Nieto de la coalición Compromiso por México.
8. Manipulación de las encuestas / las encuestas como propaganda. Descontento desde semanas antes de la jornada electoral en la que los ciudadanos percibían que encuestas populares, como por ejemplo la promovida por el grupo Milenio y Consulta Mitofsky estaban erradas o simplemente eran deshonestas.
9. Violencia electoral. Agresiones contra protestantes durante las campañas, agresiones contra observadores electorales y asesinatos, incluyendo el asesinato de Tomás Betancur Gaytán, coordinador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en el municipio de Juárez aquí en Nuevo León.
10. Robo de urnas. Incidentes en distintos estados de robo por la fuerza de urnas durante el transcurso de la jornada electoral. Como fue el caso en la sección 1513 de este mismo distrito.
11. Pago a representantes de casilla. Reportes de una alta inversión en contratar a representantes de casilla y representantes generales para tener representantes en casi todas las casillas del país.
12. Pasividad del Instituto Federal Electoral y la FEPADE. Sentimiento de que el IFE no tiene la iniciativa de poner la lupa ni de hacer valer la ley. De evasión de confrontamiento con los partidos o de complicidad. De que la Fiscalía Especializada no tiene el interés en detectar ni investigar delitos electorales.
13. Boletas que sobraron y duplicación de folios. Desconfianza sobre las boletas que sobraron enviadas a los distritos para armar los paquetes electorales. Detección de folios duplicados.
14. Paquetes electorales en manos de simpatizantes de partidos políticos. Videos, fotos y testimonios de paquetes electorales en las manos de miembros o simpatizantes de partidos políticos.
15. Lápices especiales para votar. Desconfianza de los lápices por su posible facilidad de ser borrados. Desconfianza de que simplemente sea un lápiz.
16. El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Desconfianza del PREP y sospecha de manipulación de los datos presentados como lo son las diferencias entre las actas, las mantas de resultados y los datos en el PREP. Críticas de casillas donde se muestran porcentajes de participación ciudadana arriba del 100% y a veces hasta el 300% por ciento o más. Lo que debiera ser un instrumento para generar confianza de los resultados es ahora una enorme fuente de incertidumbre.
17. Coordinación del mensaje del consejero presidente Leonardo Valdés Zurita con el mensaje de felicitación del Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Sospecha y descontento sobre el mensaje de los resultados del conteo rápido seguido de la felicitación del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos al candidato Enrique Peña Nieto. Considerada una implícita declaración de victoria de las elecciones, cuando esto le corresponde al Tribunal Electoral. Sospechas de negociación entre el Presidente de México o el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional.
De ser ciertas suficientes de estas acusaciones, las implicaciones son que el Instituto Federal Electoral es un sistema de lavado de votos. En la cual lo que entra al sistema, dígase votos comprados, manipulación de la percepción pública, coerción, acarreo, etc. es maquillado con un proceso intermedio validado por el trabajo de los funcionarios de casillas y los consejos distritales y locales para darle legitimidad y brillo.
Esto convertiría a los funcionarios de casilla y a todos los ciudadanos que laboran en buena fe en el IFE tanto en víctimas como facilitadores de un gran engaño en el cual el ciudadano inconscientemente ayuda a servidores públicos corruptos para llegar a puestos de poder. En otras palabras, entonces estaríamos organizando una simulación de la democracia para tener un pase directo a nuestros bolsillos con nuestros impuestos, cuando seríamos nosotros mismos quienes les pavimentemos el camino para que abusen más de nosotros. En el que se usan nuestros impuestos para llegar a puestos para quedarse con aún más de nuestros impuestos.
Que sería entonces un fraude aún mayor, ya que ser funcionario de casilla es una obligación cívica y sin remuneración, fuera del pequeño apoyo que reciben para alimentos durante la jornada electoral.
Lo cual sería increíblemente triste. Ya que como mis labores como observador electoral en el proceso del 2009 tuve la oportunidad de conocer a muchos funcionarios felices de su participación a pesar del calor en Nuevo León. Y porque los últimos meses he podido conocer a capacitadores, supervisores, técnicos, asistentes y vocales que creen en la democracia, creen en los ciudadanos y dedican horas bajo el sol, horas en la calle yendo de casa en casa, comprando comida para los funcionarios, desvelándose, despertándose temprano, teniendo problemas en su casa por el tiempo que le dedican a su trabajo, descuidando a sus familias y en muchas ocasiones descuidando su propia salud.
El costo también se paga de otra forma personal. Quienes laboran en el IFE o tienen algún vínculo con el instituto desde antes de estas elecciones ya recibíamos comentarios de otras personas de que el IFE es corrupto, a veces incluso preguntándonos si nosotros también lo somos. La imagen del IFE es tan mala, que personalmente le empecé a pensar dos veces los últimos meses antes de contarles a otras personas que yo era consejero electoral, cansado de recibir ese tipo de comentarios descalificativos. Lo que debiera ser razón de orgullo, es cada vez más razón de vergüenza.
Pero si gran parte de estas acusaciones están equivocadas, entonces las instituciones electorales deben hacer un mejor trabajo en comunicar por qué y cómo funciona lo que se está haciendo. Explicar y demostrar por ejemplo cómo es que el PREP y el conteo rápido son de confiar a pesar los errores que se detecten. Lo que se esté haciendo bien no es suficiente que algunos lo sepan, hay que demostrarlo.
La suma de todo esto es que percibo dos realidades probables. O alguien conspiró para hacerle algo terrible a México o el país está viviendo un estado de histeria colectiva en la que alucina que sucedió un fraude electoral masivo. Lo cual debe darle suficiente trabajo tanto del IFE, ciudadanos y psicólogos para descubrir a cuál grado cada uno es cierto.
Si la realidad es que hubo una conspiración para engañar a los ciudadanos, repito, habrá que tomar las acciones correspondientes.
Personalmente me molesto y me disculpo. Como consejero electoral debí haber sido más proactivo, debí pasar más tiempo en campo, debí buscar incidentes.
La humildad no es un pecado. La humildad nos puede causar vergüenza pero al saber que algo se hizo mal por accidente u omisión tenemos la oportunidad de cambiar aunque nos duela, aunque tengamos que confesar que no somos las personas que pensamos que éramos. Porque es la única forma en la que nos convertiremos en las personas que queremos ser. Y en la institución que queremos ser. Y en el país que queremos ser.
Llamo a que cualquier ciudadano que sepa algo, que tenga cualquier pedazo de la verdad en sus manos o en la punta de la lengua, que lo haga público. Llamo a que cualquier miembro del Servicio Profesional del IFE, consejeros, supervisores, capacitadores o cualquier empleado dentro del instituto que haya detectado irregularidades internas las denuncie públicamente. Les suplico. También les ruego que hagan todo lo que tengan en sus manos por iniciar un proceso sincero de evaluación del instituto para que no se repita lo que está sucediendo.
Le solicito a los partidos políticos y a nuestros legisladores electos que hagan todo lo posible por implementar reformas en las instituciones y la ley electoral. También les suplico que si están enterados de delitos electorales que sucedieron dentro de sus propios partidos que lo denuncien en público y hagan todo lo posible por transformar sus propios partidos. Quiero creer que ninguna persona que desea que exista la justicia permitiría a sí misma ser cómplice de un partido que comete delitos electorales. Que lo reportaría o denunciaría. O que renunciaría a su partido por incompatibilidad de valores.
No esperen el permiso para hacer lo correcto. Dense el permiso ustedes mismos.
Agradezco su tiempo y atención.
Carlos Gabriel Quiroz Sánchez
Consejero Electoral, Distrito 06 Federal de Nuevo León
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