Por el Profr. y Lic. MIGUEL TREVIÑO RÁBAGO
El señor López es un político madrugador. Se levanta temprano, enciende el televisor con volumen bajito para no molestar a su familia, se prepara un café, en la puerta de su casa dejan varios periódicos de circulación nacional, sale por ellos y empieza a hojearlos para enterarse de las noticias que a él le interesan más: precisamente las que hablan de él. Vive en una casa modesta, tiene un auto de marca popular y económico y millones de personas lo consideran -o al menos eso creen- que es un líder de auténtica oposición al gobierno en turno, aunque a veces da la impresión de que sus acciones favorecen a los que dice combatir.
En otra parte de la inmensa ciudad capital, un grupo de hombres notables de dos partidos políticos han decidido reunirse en una lujosa residencia rodeada de altas murallas de las cuales destacan solamente las copas de hermosos pinos. Son las élites de los dos partidos más preocupados por la sucesión presidencial que se avecina. Ya con anterioridad, se habían coordinado muy bien para secuestrar a un político de altos vuelos que se les andaba saliendo del huacal impulsado por el grupo político de un ex-presidente del país. Los dos grupos decidieron darle un escarmiento y según cuentan, lo metieron literalmente en un hoyo, hasta que les prometió cerrar su bocota y "congelarse" en sus aspiraciones.
El problema de los dos grupos que eran identificados como los "copetones" y los "chaparros" era que el político que había organizado una tercera fuerza política, los había exhibido por su voracidad para enriquecerse y saquear al país, entregándose descaradamente en brazos de los norteamericanos a los cuáles lo único que les interesaba era apoderarse de las inmensas reservas de petróleo. Este político que presumía su honradez a toda prueba, pero que no ocultaba su proclividad al autoritarismo salvaje, todos los días y en todos los eventos a los que concurría, solicitaba a los electores no votar ni por los "chaparros" ni por los "copetones". Y eso ya los había puesto muy nerviosos, porque miles de personas lo seguían ciegamente sin cuestionar sus decisiones, muchas de las cuales eran ilógicas por no decir fantasiosas, como la de acabar con la delincuencia organizada como por arte de magia.
En la habitación de un céntrico hotel, un hombre de aspecto atlético, pelo corto, moreno, de mediana estatura, se prepara para salir a la calle a cumplir con un trabajo que le ha encomendado un hombre muy importante. Se viste de forma ordinaria, pero se cerciora que en la mochila que lleva, esté muy a la mano un cuchillo tipo militar, con una hermosa empuñadura. Lo toma en sus manos como si fuera un ritual, lo observa, siente su filosa hoja, respladece al moverlo frente al sol que brilla por la ventana y se persigna para que le vaya bien en la misión que tiene por delante; según él: salvar al país.
El político de apellido López, se prepara ya para salir a la calle. Recibe y hace algunas llamadas telefónicas, da órdenes, pregunta por la agenda del día y sale dispuesto a presentarse en varios eventos, donde una vez más, desnudará a la "mafia" que se ha apoderado del país -dice él- y a la cual pertenecen los "chaparros" y los "copetones". Como siempre, no acostumbra traer "guaruras" porque siempre argumenta que el mismo pueblo se encarga de cuidarlo. Con él, siempre van el mismo chofer y dos o tres ayudantes que le abren paso en las multitudinarias reuniones a las que se presenta. Nadie de su gente, dicen, trae un arma.
Mientras tanto, en la residencia palaciega, la discución sube de tono. Los "copetones" reclaman a los "chaparros" su falta de palabra, pues prometieron entregarles la presidencia del país, postulando a un candidato ó candidata "gris" sin posibilidades de triunfo en las urnas. Ahora los "chaparros" argumentan -según lo publicó la prensa- que prefieren entregar la Presidencia a los militares, antes que a los "copetones". Y lo que los tiene más enchilados a éstos últimos, es que los "chaparros" andan armando alianzas con tribus seudo-izquierdistas que ya se ven dentro del Palacio Nacional. Ese no era el acuerdo que firmamos, grita y reclama el jefe de los "copetones".
Los "chaparros" no tienen palabra, reclaman los jefes "copetones". Y les espetan a boca de jarrro su falta de hombría y de aditamentos viriles. Y es que el acuerdo que tenían "negociado" era que si los "copetones" habían sido cómplices en el fraude electoral de las elecciones presidenciales, ahora les debían regresar el favor, permitiéndoles ocupar de nuevo la residencia oficial donde ahora discutían violenta y agresivamente. Por andar con sus fregaderas dijo un mafioso copetón, ahora nuestros partidos están en riesgo de perder todo. Y agregó, las tribus esas no son más que vividores oportunistas sin ideología ni principios, el verdero problema es López que ya nos encueró ante los electores... Unidos, dijo, nos pela los dientes, pero separados, ahora si nos la va a partir.....¿ Que no piensan tarados ?...les escupió a los "chaparros"....el peligro es que todos terminemos en la cárcel por culpa de ese loco egocéntrico.
El hombre del hotel ha salido ya la calle. Enciende un cigarro apenas pone un pié en la banqueta, voltea hacia todos lados, y saca de su chamarra un teléfono celular para comprobar que está encendido. Las instrucciones las recibirá por ese medio. Alguien que él conoce, le llamará y le indicará dónde será el evento en el que él, un asesino profesional, especialmente entrenado en el extranjero, deberá cumplir con un encargo muy sencillo: Matar al señor López con el arma blanca que lleva en su mochila. Será cuestión de segundos, acercarse y hundir dos o tres veces el filoso cuchillo de tipo militar que compró en una tienda de artículos de cacería. Luego -rápidamente- se escabullirá entre las multitudes que adoran como dios a López. La paga será generosa y bien vale el riesgo. Y es que el tipo es un veterano de una guerra denominada "tormenta del desierto" una de las muchas que llevan perdidas los gringos.
Los "chaparros" y "copetones" se presionan para tomar decisiones. El "copetón" mayor argumenta que las encuestas lo favorecen; que hasta se casó con una artistita de telenovela; que los dueños del las televisoras lo apoyan abiertamente, que los hombres más ricos de México han invertido millones en su campaña abierta y descarada, que cuenta con el voto del magisterio nacional que le ha prometido la líder más cínica que ha tenido ese gremio, etc; etc. Y sobre todo, levantando la voz, señala que casi todos los gobernadores de los estados, los tiene controlados, sumisos y comiendo en su mano. Todos lo deben favores, o los tiene asegurados a través de todo tipo de espinonaje y sabe hasta de que color les gusta el encaje de sus calzones. Por eso todos están sometidos.
El celular del "chaparro" mayor suena en ese momento. Se hace el silencio. El hombre palidece y solo acierta de contestar varias veces, Yes, Míster President en un inglés chabacano que pronuncia como lo lee. Los "copetones" se ven entre sí y sonríen. La llamada de Washington ha llegado. La llamada prometida. Los "chaparros" se hacen más chiquitos. Y es que tuvieron más de 10 años el Poder y el país es un desastre. En el norte están furiosos, pero no sólo con los "chaparros", sino también con los "copetones". Cuando corta la primera llamada, un minuto después, suena el celular del jefe "copetón" y se le va la sangre a los pies. Parece asustado y al mismo tiempo furioso. También tiene que repetir el Yes, Míster President. Y cuelga.
Bueno dice el "copetón" mayor, ahora estamos parejos. Y pregunta a los "chaparros" en forma grosera: ¿ Van a cumplir lo que nos prometieron cabrones o no ?.....Todos mueven la cabeza afirmativamente. Entonces viene la orden: Llamen al hombre que ustedes contrataron. Y con voz apenas audible, el jefe "chaparro" dijo: Asumo la responsabilidad: Les entregaremos la presidencia, pero no respondo por lo que pase después de matar al señor López. Será la única manera de que puedan regresar al sillón presidencial.
Un "copetón" saca un elegante blackberry. marca varios números y da la orden: Será en la gran explanada, pero que sea limpio, rápido y certero como descabellar un toro. Si te agarran no te conocemos. Si la libras, mañana tendrás lo prometido. Al cortar la llamada, el hombre sonriente, exclamó: Será cosa de sentarnos a esperar porque López no llegará....nosotros ¡¡Ya chingamos !!..... FIN...de sexenio.
Una borbollada: El Presidente de Guatemala Alvaro Colom y su esposa Sandra Torres de Colom, se están divorciando para que ella pueda ser candidata presencial en septiembre. La Constitución de ese país prohibe que parientes consanguíneos o por afinidad se postulen a la Presidencia. ¿ Qué tal si Doña Margarita Zavala hoy de Calderón, fuera la candidata del PAN en 2012 ? Sería la primera mujer Presidenta de México. ¿ Cree usted que derrotaría al muy "destapado" del PRI Enrique Peña Nieto ?.....
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Cd. Reynosa, Tamaulipas; Marzo 24 de 2011.
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