martes, 15 de febrero de 2011

Sopla la Borrasca del Odio Racial en Nuevo México

De Acá de Este Lado

Albuquerque, Nuevo México.- Revisando parte de las efemérides de la primer semana de febrero, leo la del día 2:

“En esta fecha en 1848, fue firmado el Tratado de Guadalupe Hidalgo, terminando la guerra Mexico-Americana”.

Ustedes saben, son fragmentos de Historia. La que se enseña en las escuelas de acá de este lado. Y en este caso que, “termina ‘la guerra’ México-Americana”. México en primer término en la oración prolongada, como si hubiera sido el agresor.

Se oculta el hecho que NO FUE UNA GUERRA. Se encubre que fueUNA INVASION que fundó lo que se conoce como “Época de Oro del Filibusterismo Norteamericano”.

Mucho menos se explica que el sinónimo de “filibustero” en cualquier idioma es, “pirata o forajido”.

Es cierto entonces que, “la historia la escriben los que vencen”. Y los que obligaron con las armas a un convenio, se quedaron con las tierras donde ahora se nos persigue, ataca, hostiga y culpa inclementemente. Este es un tema extraordinario, que si ustedes me permiten, tocaré en otro envío.

Y lo menciono en esta ocasión, porque acá en Nuevo México, bajo el argumento de “seguridad nacional”, la gobernadora Susana Martínez, firmó un documento FILIBUSTERO, -para empezar el mes del amor y la amistad-, con una llamada “orden ejecutiva”, anulando la disposición también ejecutiva del anterior gobernador Bill Richardson, que prohibía a agentes de la Policía Estatal, (y no los policías de ciudades y pueblos del estado que es distinto), preguntar a detenidos con rasgos latinoamericanos, su situación migratoria en este país.

Tengo en mis manos, copia de los escritos de anulación y de reactivación de la Policía Estatal en sus tareas, cuando detengan a un individuo de piel café, aunque la mencionada orden se pondría en acción en casos de arresto de un extranjero que haya cometido un crimen.

Sin embargo, a un simpatizante del racismo con uniforme de policía, de acuerdo a su cerebro desequilibrado, esa “orden” lo transforma en su entendimiento y cualquier individuo con piel morena, es un “sospechoso de un crimen”. Se le detiene, cuestiona y se le habla a la migra.

Permítanme destacar algunas consideraciones relacionadas con la orden de Martínez:

1.- Las agencias de noticias en inglés, han confundido a quienes reproducen sus escritos, pues de la forma en que está redactada la información, implica que LA POLICIA DE NUEVO MEXICO, PERSEGUIRA A MIGRANTES INDOCUMENTADOS. Y eso es falso.

Si usted leyó El Imparcial en Hermosillo, o El Diario de Juárez, o El Imparcial de Oaxaca, Excélsior o El Universal en la Ciudad de México, o a través de internet, El País de España, El Clarín de Buenos Aires, El Mercurio de Chile y docenas de publicaciones que incluyeron la decisión de la gobernadora Martínez de Nuevo México, cometieron el grave error de “irse con la finta”, de la desinformación de agencias como AP, UPI, EFE, REUTERS en sus servicios de traducción al castellano, y otras que más bien son dependencias burocráticas como NOTIMEX, que se equivocaron una vez más.

2.- El boletín de prensa anunciando la decisión de la gobernadora Martínez, se refiere a la “State Police” que las agencias en su traducción al español destacaron como POLICIA DEL ESTADO, implicando que TODOS los policías en Nuevo México, perseguirían indocumentados.

No se dieron cuenta (y hasta la fecha persisten en eso), que la “orden ejecutiva” es para los agentes al servicio directo de la autoridad estatal, y aun se considera la interrogante si se incluye a inspectores de caza y pesca o parques estatales. O sea, TODA LA POLICIA no está incluida en la orden de la gobernadora Martínez. La policía de las ciudades en Nuevo México, operan bajo la administración municipal de regidores, alcalde y jefe de policía de cada lugar. En ese orden.

El gobierno del estado, no tiene jurisdicción con las policías locales o del alguacil o sheriff. La orden de Martínez, está dirigida a los policías estatales. O sea, La Policía del Estado. La Judicial, como le llamamos en lugares de México.

Además la gobernadora, no se manda sola. Hay que ver cómo reaccionará la legislatura estatal.

3.- A estos agentes se les otorga una extensión en sus tareas, que es diabólicamente comentada por la misma gobernadora Martínez al decir en forma por demás irresponsable, -como si hubiera sido la disposición de Richardson, una acción encubierta para maniatar a los policías estatales- (y la transcribo fielmente de su declaración), que, “Esta orden le quita las esposas de las manos a los oficiales de aplicación de la ley en Nuevo México en su misión de mantener nuestras comunidades seguras”.

Y continúa la gobernadora: “El sistema de justicia criminal tiene que tener la autoridad de determinar la situación migratoria de todos los criminales, sin tener en cuenta la raza y reportar inmigrantes ilegales que cometieron crímenes, a las autoridades federales”.

4.- Se mira en el propósito de la “orden ejecutiva”, la mala fe y el manejo de la retórica política, para seguir con la tarea que empezó desde su primer día en el gobierno estatal, de arremeter contra todo lo que se relacione con la administración Richardson, a quien trata de colocar en una posición de solapador de criminales, ante la opinión pública de los Estados Unidos.

Y el que corta el pasto, lava los trastos, pinta autos y casas, pone bloques y ladrillos, les sirven en restaurantes, lava autos, les toca música, les cuida caballos y perros... y otras tareas, NO SON CRIMINALES.

ILEGALES son los que nacieron en Boston, Nueva York u otras ciudades de EEUU, Y NO QUIEREN TRABAJAR. Los que se aprovechan de las viviendas del gobierno casi de “gorrión”, pero que tienen un Cadillac estacionado enfrente. Los que reciben cupones gratis para abarrotes, y los venden a medio precio para comprar alcohol o drogas. Esos son los verdaderos ilegales, entre otros.

5.- En todo el país, (EEUU), cuando se detiene a una persona acusada de cometer un crimen o en flagrancia de un acto delictivo, es rutina preguntar la situación migratoria, a no ser que el presunto responsable sea ojos azules, cabellos rubios y rostro pálido, así es que la “orden ejecutiva” de Martínez, está por demás, es algo pueril e irresponsable.

¿Qué es lo que hay detrás de todo esto? Sencillo:

La Gobernadora Martínez, se alinea a la derecha con Arizona. Es decir, con el odio. Con los Arpaios y Pierces envenados en sus almas y sus acciones. Con los miembros del “Tea Party” y otros grupos simpatizantes de ideologías Neo Nazis.

A principios de abril del 2005, Bill Richardson, vetó una propuesta legislativa llamada “Sin Miedo” (NO FEAR) en inglés, que prohibía a policías estatales y locales que trabajaran en concierto con las agentes federales de ICE, popularmente llamada “migra”, deteniendo individuos sin documentos migratorios en el país.

Esa decisión fue una controversia nacional. Días después, el 7 de abril del mismo año, Richardson emitió la orden ejecutiva 2005-019 bajo el título“Clarificando Protección de Víctimas y Testigos en Nuevo México”, ordenando que, “Oficiales policíacos no deberán preguntar acerca de la situación inmigratoria de una persona con el único propósito de determinar si esa persona está en los Estados Unidos en violación de leyes civiles de inmigración.”

Como se lee, Richardson nunca oficializó un “estado santuario”, como lo manifiesta la nueva gobernadora.

Aún más:

En el párrafo central de Martínez en su consideración número 2 al final de su orden, se lee que, “POR LO TANTO, OFICIALES DE APLICACION DE LA LEY EN EL ESTADO, NO DEBERAN PREGUNTAR ACERCA DE LA SITUACION INMIGRATORIA DE VICTIMAS DE CRIMENES, TESTIGOS, Y OTROS BUSCANDO ASISTENCIA O PARA REPORTAR UN CRIMEN”.

O sea lo mismo que decidió Richardson hace casi 6 años, con la diferencia que Martínez le puso en el título CANCELANDO EL ESTADO SANTUARIO y subrayando que “ésta orden quita las esposas de las manos a oficiales policiacos en Nuevo México”, con mayúsculas, asegurando a los patrocinadores del odio racial que donaron dinero para su campaña con la que llegó a gobernadora, que simpatiza con ellos.

Por último:

Susana Martínez, -según otra vez las agencias mencionadas líneas arriba-, “escribió historia”, al ser la primer mujer electa gobernadora en Nuevo México y la primera mujer hispana electa gobernadora en los Estados Unidos.

Lo que no dijeron, es que es la primer mujer hispana en ser electa, cuya base central de retórica política fue el tema anti migrante, patrocinada por grupos de odio racial que donaron a su campaña, muchos cientos de miles de dólares.

¿Y el gobierno de México y sus representantes dónde están? ¿De qué forma se manifiesta ante esta borrasca de odio que amenaza en Nuevo México convertirse en huracán anti mexicano como en Arizona? ¿Dónde están los “representantes” consulares?

Permítanme preguntar, ¿dónde están los cobardes que se supone defienden los derechos civiles de mexicanos de buen vivir y otros latinoamericanos?

Quizá estén en banquetes en lugares con buena calefacción hablando del “Programa Paisano”, o en Las Vegas analizando el problema del calentamiento global, en Harvard posibilitando la “cátedra” que dará el señor presidente cuando deje de serlo, en reuniones con expertos en feng shui sobre cómo debe quedar ubicada la Gran Biblioteca FeCal, (y me refiero al tropo o sinédocque de su nombre y apellido y no a la consonancia, aunque sea válida)... o alguna otra tarea de “responsabilidad federal”.

Mientras, la borrasca en Nuevo México como reflejo del Proyecto Arizona, toma fuerza...

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