Por Carlos Moncada Ochoa publicada el día 2011-02-18
¿Cómo está eso de que el gobierno del Estado dispondrá de los terrenos que la Universidad de Sonora tiene en Peñasco para construir un balneario?
Lo dijo el gobernador en su visita de esta semana a aquel municipio. Agradeció a la Universidad “y al Consejo”, según las notas de prensa, lo que no sabemos si es una venta o un comodato y en qué condiciones. Si se dieron en comodato (en préstamo) para que haya ahí una playa, de una vez le diré al Lector cuándo recuperará esos terrenos la Universidad: ¡nunca!
Es evidente que el gobernador desconoce la estructura de nuestra Casa de Estudios. Hace mucho que no hay Consejo Universitario, que es el órgano a que se refiere, ni modo que al Consejo Académico que por sí solo carece de facultades para enajenar.
El Artículo 7 de la Ley Orgánica de la Universidad faculta a ésta, en la fracción XIII para “administrar con eficiencia, eficacia y honradez la totalidad de los bienes y recursos que constituyan su patrimonio y destinarlos exclusivamente a los fines que les sean propios”.
Subrayo el verbo ADMINISTRAR, que no significa enajenar, y que los bienes deben ser destinados EXCLUSIVAMENTE A LOS FINES QUE LES SEAN PROPIOS.
En todo caso, ¿qué órganos están autorizados para enajenar los bienes universitarios? El Artículo 9 de la Ley, luego de asentar que los bienes inmuebles de la Universidad “son inalienables, inembargables e imprescriptibles”, da paso a una salvedad:
“Los bienes inmuebles podrán desincorporarse del servicio a que se encuentran destinados mediante declaraciones de la Junta Universitaria y del Colegio Académico aprobadas por las dos terceras partes, cuando menos, de la totalidad de los miembros de cada organismo, caso en el cual los bienes desincorporados quedarán sujetos a las disposiciones del derecho común”.
Si se cumplieron esas formalidades, ni hablar, la Universidad es autónoma y no está para oír lamentaciones de un modesto periodista. Pero la realidad estaría enseñando que en lugar de que la relación con el gobernador Padrés ayude a la institución, ésta es utilizada por el político panista en beneficio de su imagen personal.
Ayer, en el programa Visión Informativa, un radioyente se comunicó con el conductor, Jesús Ruiz, y le indicó su desacuerdo con el gobierno porque se propone invertir más de cien millones de pesos (¿no serán dólares?) en un balneario, mientras los proveedores hacen cola esperando que les paguen facturas añejas. En cuanto el ciudadano colgó, Jesús Ruiz dictaminó: “El gobernador tiene razón. Hacen falta balnearios”.
Y también hace falta pagar las facturas que se adeudan, y si se hacen los balnearios buscar quiénes aporten los fondos. No hay que olvidar que desde hace años los terrenos de Peñasco son tesoro molido para los desarrolladores de proyectos y miel que atrae a las abejas africanas de la corrupción. ¡Cuidado, pues: hay serios riesgos a la vista!
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