Laura Gómez Flores
Periódico La Jornada
Viernes 24 de diciembre de 2010, p. 31
Los tradicionales romeritos pasaron a la historia en la cena de Navidad para muchos capitalino. La baja producción obtenida después de las heladas que azotaron la zona rural del Distrito Federal disparó su precio en más de 500 por ciento, al venderse en mercados públicos y tiendas de autoservicio entre 60 y 70 pesos el kilogramo, aunque no de muy buena calidad
, según consumidores.
Sus tallos amarillos y rojos hacen que se pierda más de la mitad de lo comprado y se necesiten, por lo menos, tres kilos para dar de comer a una familia de seis. Y, eso sin contar que se requiere un kilo de mole, cuyo precio va de 150 a 200 pesos, según su calidad, además de nopales y camarones, que están por las nubes
, comentaron amas de casa que acudieron ayer al mercado de San Juan.
El año pasado, recordaron, los montoncitos de siete nopales estaban en 10 pesos. Hoy son tres por 10 ypequeñitos, que no rinden
; mientras el kilo de polvo de camarón está en 150 pesos y los camarones grandes secos van de 180 a 250 pesos, según el local o supermercado donde se compren. En éstos, lo bueno es que te aceptan los vales de despensa y eso nos ayuda, pero no resuelve nuestra raquítica situación
, coincidieron en señalar las señoras Consuelo López, Silvia Sánchez y Heidi Torres.
Una situación similar se observó en los mercados Río Blanco, Rastro Viejo y Casas Alemán, donde la posibilidad de preparar el tradicional ponche se esfumaba ante lo caro de los kilos de tejocote, entre13 y 25 pesos; canela, 60; guayaba, de 20 a 28; caña, 15 a 20; pasitas, 80; ciruela con hueso 85 y sin hueso, 100, y piloncillo 30 pesos el kilogramo.
Locatarios de esos mercados explicaron que el incremento de los productos se debe a que gran parte del romero se perdió con las heladas, el que se vende está muy feo y poca gente lo compra, y traerlo de La Merced significa pagar el doble de lo que cobran los taxis, si queremos que nos lleven. Así que no tenemos de otra, más que repercutir estos gastos y con ello nuestra ganancia merma también, porque las ventas están por los suelos
, dijeron.
Ante esta situación, algunas amas de casa comentaron que los tradicionales romeritos, el pavo, la pierna o el bacalaono estarán en nuestras mesas. No por falta de ganas, sino porque no hay dinero. Así que ahora los sustituiremos por pollo rostizado, enchiladas verdes o pizzas acompañadas de refresco, café y, si alcanza, ponche, pero sin fruta, pues no hay para más. Y si bien nos va, medio vasito de sidra
.
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