Irene Selser
Pese a las similitudes que se podría hallar entre la situación del narcotráfico en Río de Janeiro y en México, a partir del vasto operativo policial-militar de la última semana en la cidade maravilhosa contra la pandilla Comando Vermelho (Comando Rojo), expertos cariocas sólo ven entre ambas realidades un punto en común: en los dos países hay grupos de narcotraficantes que usan métodos terroristas contra la población civil para presionar a las autoridades a dejarlos seguir con sus actividades criminales, pero más allá de eso, los contextos son muy distintos”. Es la opinión del historiador Francisco Teixeira, autor del libro Terrorismo en la óptica brasileña y académico del Instituto de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en entrevista con el diario La Nación (Buenos Aires, 27-11, http://rigofa2010.blogdiario.com.).
Coincide con Teixeira el también entrevistado João Trajano, coordinador del Laboratorio de Análisis de Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, quien recuerda que en México “el tráfico de drogas es una actividad altamente lucrativa por la proximidad del mercado de consumidores en Estados Unidos y, por lo tanto, controlado por poderosas mafias que operan en varias zonas del país. (…) Ahí los narcos son intermediarios de cocaína que se han vuelto jugadores de peso en el mercado y han ganado terreno con el tráfico de mariguana local que introducen también a lo largo de la frontera estadunidense”.
Pero en Río, añade Trajano, los narcos están poco organizados, tienen estructuras primitivas, comercian las drogas dentro de la ciudad o a lo sumo en el estado de Río de Janeiro y, por lo mismo, su actividad les produce un volumen mucho menor de riquezas.
Otra especialista, Julita Lemgruber, coordinadora del Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadanía de la Universidad Cándido Mendes, puntualiza que “en Brasil el problema mayor del narcotráfico se concentra en Río, una zona urbana, y es un negocio minorista que manejan tres grandes pandillas: el Comando Vermelho (CV), Amigos dos Amigos (ADA) y el Terceiro Comando”.
Los tres especialistas coinciden en que el poder territorial del narco en Río se ha podido desarrollar más que en otras áreas del país por sus morros muy poblados por gente pobre y a los que la policía no puede acceder fácilmente, muy cerca de los barrios de clase media y alta, que son los principales consumidores de drogas, en especial cocaína, frente a la mariguana y el crack que sería el consumo predominante en las favelas.
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