El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
La “mala leche” de Manlio
Luego de que el senador Manlio Fabio Beltrones decidiera anunciar su declinación a la candidatura presidencial del PRI, una andanada de críticas, la mayoría provenientes del “Peñanietismo” se ha desatado en contra del ex Gobernador de Sonora.
El más continuo de los señalamientos es que eligió un muy mal momento para declinar; es decir que decidir abandonar en este momento la contienda interna del PRI lo único que logró fue alejar de los medios de comunicación a Enrique Peña Nieto.
Pero cosa curiosa, en la carta donde Beltrones Rivera anuncia públicamente su declinación deja constancia de que diversos actores lo urgieron para que hiciera pública su intención de no contender en este proceso; esa expresión, que asegura, la escuchó en varias ocasiones era bajo la consigna de “garantizar la unidad”.
Ahora resulta, según las versiones periodísticas del “peñanietismo”, que el anuncio de Manlio Beltrones estuvo plagado de “mala leche” y en lugar de contribuir a esa unidad que tanto clama el PRI, exhibe diferencias en los grupos de cada uno de los precandidatos del PRI.
Pero contra Manlio no solamente se enfocan las baterías de la artillería de Peña Nieto, también Humberto Moreira, el dirigente del PRI Nacional, lo ubica como su posible sucesor y en ese sentido deja correr la versión que las impugnaciones presentadas en contra de las alianzas que pactó el PRI con el Partido Verde y el Panal –que resultan muy caras para el Tricolor— son manipuladas por Beltrones y los suyos.
Moreira pretende defender una posición muy endeble como dirigente del PRI, considera que Beltrones puede ser su sucesor y es su intención evitar que el Líder de los Senadores del PRI pueda acceder a esa posición.
Al propio Peña Nieto le resulta conveniente evitar a Manlio en la dirigencia del PRI; a final de cuentas quien está en esa posición tiene la capacidad del veto en las convocatorias para los procesos electorales internos y tiene el poder de la firma al momento del registro oficial de candidatos.
Manlio como dirigente del PRI no estaría bajo las órdenes de Peña Nieto, tampoco sería un títere al que pudieran manejar, de ahí que lo más conveniente en estos momentos es evitar la percepción de estadista que creo en los círculos políticos y exhibirlo como un mal intencionado que no da paso sin huarache y todo lo hace pensando solamente en sus intereses.
Si bien su declinación fue elegante y con clase, ahora pretenden que aparezca como un acto plagado de “mala leche”, algo que no creo se la verdad.
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