La deuda. Peña Nieto heredó una deuda de 61 mil millones de pesos a la entidad que hoy gobierna Eruviel Ávila, según reveló el panista Carlos Madrazo Limón, presidente de la Comisión de Vigilancia del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México.
Aunque es necesario aclarar que la deuda no es toda responsabilidad del ex titular del ejecutivo estatal sino que él mismo recibió una pesada losa de parte de su antecesor, el desprestigiado Arturo Montiel, de quien heredó un pasivo de 28 mil millones de pesos.
El transporte. Ni siquiera es necesario revisar cifras. Sólo basta con viajar en pesero de Indios Verdes a Ecatepec, por ejemplo, para darse cuenta del desastre que es el transporte público en el Estado de México, entidad conurbada al Distrito Federal.
Auténtica chatarra, algunas unidades circulan de milagro y ofrecen un servicio pésimo, de tercer mundo, en donde los pasajeros arriesgan su pellejo rehenes de choferes que frecuentemente provocan accidentes. Sin olvidar al Mexibus, proyecto que no ha tenido buena acogida de los usuarios por defectos en su operación y su alta tarifa.
Economía. No pudo contener la caída del sector industrial en esa entidad, que hoy día sigue cayendo y que tiende a convertirse en una economía terciaria, changarrera, porque la población está dedicándose a abrir pequeños negocios para resarcir la falta de oportunidades de empleo, sobre todo en el oriente del Valle de México.
Feminicidios. Es de dominio público que la violencia en esa entidad ha crecido de forma sostenida en los últimos años. Según el procurador del Estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, durante la primera mitad de 2011 en promedio cada cinco días se registraba un feminicidio.
La mala fama de Moreira. Porque aunque diga lo contrario, a Enrique Peña Nieto le empieza a hacer sombra el Moreirazo porque el ruido mediático cada vez contamina más al mexiquense, a quien por supuesto se le irá asociando cada vez más con conceptos negativos como la irresponsabilidad de contratar empréstitos impagables, que se llevan a cabo en las condiciones más oscuras posibles. Con Humberto Moreira al mando, al PRI cada vez más se relaciona con palabras como “fraude”, “robo” y “endeudamiento”.
Las alianzas antinatura del PRI. Como si no bastara la mala fama del PRI, Peña Nieto tendrá que cargar con la mala fama de partidos que gozan del descrédito público como los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal) cuyos líderes se han visto envueltos en escándalos, como ocurrió con Jorge Emilio González, el niño verde y su departamentogate.
Por supuesto estos son tan sólo algunos de los muertos que carga Peña Nieto y que lo hacen políticamente vulnerable.
Jorge A. Romo.
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