martes, 25 de octubre de 2011

El PRI, asegurando el futuro

Beltrones y Peña Nieto, gallos rivales, pero no enemigos

Por Yazmín Alessandrini

Hace 11 años, el panista Vicente Fox les ganó la partida y de manera inédita se convirtió en el primer presidente de la República no emanado de las filas del PRI; hace cinco años, otro político de filiación blanquiazul, Felipe Calderón, también “se los comió” en la recta final rumbo a Los Pinos. Es por eso que en estos momentos de golpeteo debajo de la mesa en que cada uno de los protagonistas políticos procura llevar a agua para su molino, resulta sorpresivo que dos pesos pesados del universo priísta, como son Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones Rivera, enfrentados de manera natural porque ambos anhelan coronar su carrera política con un sexenio presidencial en sus currículos, estén anteponiendo los intereses del tricolor a sus intereses individuales.

Todo empezó hace un par de semanas cuando la Fundación Colosio, encabezada por Marco Antonio Bernal, se los llevó a Chihuahua, donde tuvieron su primer cara a cara y en su discurso ambos tuvieron varios puntos de coincidencia, lo que denota que la línea en el PRI está más que definida: sea quien sea su candidato para el próximo proceso electoral federal, la consigna es simple: no permitir que por tercer sexenio consecutivo el PAN se hospede en Los Pinos.

En el interior del PRI hay un total convencimiento de que en los dos sexenios más recientes no fue el panismo el que se impuso, sino que fue el priísmo quien se dejó vencer por una inusitada debilidad en sus cuadros y en sus candidatos. Divisionismo, diferencias, envidias, turbiedades y antagonismos los postraron en una derrota que el adversario aprovechó para extirparlos del poder.

Por eso, ahora es de suma trascendencia que toda la militancia priísta desde la península de Baja California hasta la península de Yucatán tenga la certidumbre de que sus dos principales gallos hoy por hoy son rivales, pero no son enemigos.
Y en Campeche, hace unos días durante el foro de aspirantes a la Presidencia de la República que organizó el gobierno de aquella entidad, Manlio ni siquiera se inmutó cuando Enrique robó cámara y en más de seis ocasiones fue interrumpido por los aplausos durante su disertación.

Por su parte, el ahora ex gobernador del Estado de México (que pronto lanzará su autobiografía) tampoco amagó con atacar a su correligionario y ni siquiera enseñó dientes y garras ante las desatinadas declaraciones que hizo el presidente Felipe Calderón en Nueva York referentes a que “ciertos miembros del PRI buscan pactar con el narco”.

Y el viernes pasado, el entorno fue similar en Querétaro, donde ante cualquier intento por amarrar navajas entre ambos aspirantes del tricolor, Braulio Guerra Urbiola, líder del PRI queretano, salió al paso asegurando que lo que se vio en el Teatro de la República no fue un debate o una confrontación entre el ex gobernador y el senador, sino un foro en el que ambos militantes ofrecieron su visión de Estado respecto al tema de la gobernabilidad.

Lo dicho, esta vez el PRI no quiere darse el lujo de llegar debilitado a las elecciones.

yazminalessandrini@yahoo.com.mx
Twitter: @yalessandrini1

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