Enric Gonzalez
Aún no sabemos apenas nada de las comunicaciones diplomáticas estadounidenses. Se nos ha anunciado que iremos conociéndolas poco a poco.
Bien. ¿Qué sabemos por ahora respecto a Oriente Próximo y Oriente Medio?
Ya sabíamos, por ejemplo, que Irán financiaba con bolsas de dinero al presidente Karzai, aliado de Washington. El Gobierno iraní admitió enseguida la entrega de las bolsas. Estados Unidos decía también queIrán armaba a los talibán. Resulta, sin embargo, que no: según uno de los documentos revelados, Robert Gates, secretario de Defensa de EEUU, le cuenta en febrero pasado al ministro italiano Franco Frattinique no hay tráfico de armas a través de la frontera afgano-iraní. ¿Quién arma a la fuerza talibán?
Sabemos que Israel coordinó con Egipto y con la Autoridad Palestinael ataque a Gaza que llamó Operación Plomo Fundido. Sabemos que todos hablan con todos y todos hablan mal de todos. Sabemos que los propios diplomáticos utilizan la jerga engañosa por la que una dictadura sin escrúpulos se convierte mágicamente en “régimen moderado” cuando coopera con Estados Unidos.
También sabemos que el ejemplar régimen saudí siente pánico ante el programa nuclear iraní. Como los egipcios. Como los jordanos. Como los israelíes, claro. Sabemos que los saudíes acusan de traición a los iraníes por acoger en su país a “enemigos” del régimen saudí, y al mismo tiempo piden a Estados Unidos que carguen contra Irán por cualquier medio. ¿Cuál es la traición fundamental aquí?
De momento, ninguna revelación sustancial.
Falta muchísimo por saber. Como quién está matando a científicos iraníes. Hoy, dos nuevos atentados. ¿Descubrirá Wikileaks a los culpables? Es de temer que la factura presentada por los sicarios no se remita por valija diplomática.
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