viernes, 19 de julio de 2013

Carta abierta al Procurador de Defensa del Consumidor en Sonora:


Carta abierta al Procurador de Defensa del Consumidor en Sonora:
C. Rolando Gutiérrez Coronado
Presente:
Estimado Sr., leí en el periódico Expreso la información acerca de que la dependencia a su cargo realizó un operativo para evaluar las bombas de gasolina de diversas estaciones que prestan el servicio de distribución de ese vital líquido para nuestros automóviles. 
De entrada permítame felicitarlo por esta acción, ya que no tengo conocimiento de que los antecesores de su cargo hayan realizado acción similar y aparentemente solo se dedicaron a cobrar su sueldo (y quizá otras cosas) sin realizar su trabajo. Lo anterior a pesar de que es del conocimiento popular que los mexicanos somos objeto de robo cada vez que acudimos a alguna gasolinera a llenar los tanques de nuestros vehículos. Sin embargo, el entusiasmo por tal medida disminuye al enterarme de que, a pesar de de haberse detectado anomalías in flagrancia, como es el hecho de que se identificaron bombas adulteradas que vendían cantidades menores a las de un litro, no se haya procedido con acción penal alguna y solo se haya limitado usted a decir “Les pedimos a los dueños y a los gerentes de las gasolineras que por favor arreglen sus bombas, arreglen sus dispositivos, que chequen que efectivamente están en condiciones de operar (...) comprueben que efectivamente los dispositivos que están utilizando están debidamente autorizados y que pueden operar” (Expreso, 17/jul/2,013).
Me pregunto, ¿por qué tanta consideración con aquellas personas que se han estado enriqueciendo robando descaradamente el dinero de nuestros bolsillos? ¿De qué privilegios gozan estos ladrones atrapados en la comisión de un delito por la autoridad pertinente (o sea usted), para no recibir un castigo y solo recibir una atenta petición “por favor arreglen sus bombas” y seguir disfrutando de su libertad? ¿Dónde y en manos de quien quedó todo el dinero que nos han robado y entre quienes se repartió?
Me permito recordarle que el cargo que usted ocupa es de gran importancia para la construcción de una sociedad donde prevalezca la justicia. Tiene usted las facultades para pedir la intervención de autoridades correspondientes para castigar a un delito. En manos de usted se deposita gran parte de nuestro bienestar como individuos y como sociedad, ya que todos somos consumidores. Los mexicanos no estamos de acuerdo con los aumentos periódicos al precio de la gasolina, porque afectan considerablemente nuestra economía familiar. Si le sumamos al aumento periódico al precio de la gasolina, el que todavía nos roben vendiéndonos litros de gasolina que no son litros, nuestra inconformidad aumenta todavía más. Existe en nuestra sociedad una gran desilusión por la enorme corrupción existente en las instituciones pilares de la misma. La dependencia que usted encabeza puede marcar la diferencia para despertar de nuevo la confianza de la población en sus instituciones, en la medida de que exista congruencia entre el discurso y la acción. En el caso que menciono de las gasolineras, los sonorenses en general, y los hermosillenses en particular, esperamos una actitud más firme y decidida en la defensa de nuestros derechos como consumidor, que vaya mucho más allá de pedirle al ladrón que por favor ya no lo haga. De otra manera la percepción popular será de que usted es cómplice de la corrupción y culpable por tanto, de la degradación de la calidad de nuestras vidas. Por lo anterior, le solicito tome medidas apegadas a derecho para restaurar el daño que nos han hecho (y que sin duda siguen haciendo) y que reciban un castigo justo los culpables de engañarnos vendiéndonos gasolina en litros que no son realmente litros.

Oscar Yescas Domínguez
oyescas@psicom.uson.mx

p.d. Solicito a quien lea esta carta, sea tan amable de reproducirla y darle la más amplia difusión. Gracias de antemano

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