Federico Arreola
El mismo día en que Andrés Manuel López Obrador daba una lección de civilidad dialogando con empresarios de Monterrey, el diputado federal "izquierda" Gerardo Fernández Noroña ofrecía un espectáculo salvaje.
Considero a Noroña un saboteador del Movimiento de resistencia encabezado por López Obrador.
Hace unos meses Noroña se enojó y sus simpatizantes respondieron con agresividad, cuando la señora Natalia Colmenares calificó de "lastre" al diputado Noroña.
Natalia se quedó corta. Y es que, en efecto, Noroña es un lastre, pero es mucho más que eso: en forma deliberada, creo que perfectamente pensada y bien ejecutada el diputado del PT actúa para favorecer al PRI y al PAN y para perjudicar a AMLO.
AMLO en Monterrey con su buena fe, sus argumentos bien fundados, su sinceridad y su buena educación convenció a treinta hombres y mujeres de negocios de Monterrey que lo escucharon con atención, lo cuestionaron con respeto y hasta lo felicitaron por su disposición al diálogo de altura. Recomiendo sobre este tema las columnas de Natalia Colmenares y Javier Livas que se publican hoy mismo en SDPnoticias.com.
Me quiero imaginar, ayer lunes en la noche, los rostros de los empresarios que estuvieron con López Obrador al enterarse del terrible espectáculo dado por Fernández Noroña en la Cámara de diputados. Seguramente pensaba que es por "aliados" como Noroña que prende fácilmente entre las clases medias y altas mexicanas la calumnia de que AMLO es un peligro para México.
Gerardo Fernández Noroña insultó y difamó al Secretario de Comunicaciones y Transportes Juan Molinar Horcasitas. Esto, en sí mismo bastante grave, no fue lo peor. Mucho más lamentable es que Noroña lo presuma, que se sienta orgulloso de su patanería, que confunda la valentía con la falta de modales y que se considere casi un héroe por poseer una única capacidad: la del gritón.
Ya recibí llamadas de algunos empresarios amigos de los que estuvieron ayer lunes con López Obrador. En esencia me dijeron que AMLO les pareció un gran político pero que si no empezaba a tirar el lastre representado por personajes nefastos como Noroña su proyecto no iba a alcanzar la altura que necesita para realmente ser exitoso.
La verdad de las cosas es que con "aliados" como Noroña, López Obrador, de plano, para qué necesita enemigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario