Ignacio de los Reyes. BBC Mundo, México
Si el próximo 2 de noviembre California vota a favor de la Proposición 19, a cada lado de la línea fronteriza se trazarán dos realidades muy distintas.
Mientras en el estadounidense, el cultivo, venta y consumo de marihuana será legal; en el mexicano se seguirá librando una feroz lucha entre los carteles por dominar el negocio del tráfico de drogas.
Es por eso que México está pendiente de lo que decidan los votantes vecinos y ya especula sobre las consecuencias que podría traer para este país la despenalización del cannabis a sólo unos metros de Tijuana, una ciudad retratada por músicos como el lugar del "tequila, el sexo… y la marihuana".
"Si se aprueba la legislación en California, al día siguiente muchos le estaremos exigiendo al presidente (Felipe Calderón) que promueva leyes al respecto", sostiene, en conversación con BBC Mundo, Héctor Aguilar Camín, historiador, periodista y uno de los más firmes defensores de la legalización de la marihuana en México.
"Sería aberrante y ridículo el exigir a México que persiga la marihuana como un crimen mientras el estado vecino, el mayor de la unión americana y con el que tenemos más relaciones, la tiene legalizada. No resiste la lógica política ni diplomática", añade el director de la revista Nexos, que dedicó su último número a la legalización de las drogas.
Al otro lado del espectro se encuentra el ejecutivo mexicano. Calderón aseguró en una entrevista concedida recientemente a la agencia Associated Press que la votación de noviembre "refleja una terrible inconsistencia en las políticas gubernamentales de Estados Unidos".
Su vocero sobre seguridad pública, Alejandro Poiré, dijo por su parte ante medios locales que las autoridades mexicanas están analizando "las posibles implicaciones de la legalización de la marihuana en EE.UU.", aunque nada parece indicar por el momento un cambio a la postura tradicional del gobierno de rechazo a la despenalización.
¿Golpe al narcotráfico?
Pero el debate en México no gira sólo alrededor de un cambio de normas. También en torno al que se ha convertido en uno de los principales campos de batalla del gobierno mexicano: la lucha contra el narcotráfico.
Según el Informe Nacional sobre la Amenaza de Drogas de 2010, elaborado por el gobierno de Estados Unidos, México es el origen de la mayor parte de la marihuana que viaja al lado norte de la frontera.
"Las organizaciones criminales mexicanas dominan el transporte de drogas ilícitas a lo largo de la frontera suroeste", reza este informe del Departamento de Justicia, que cifra en 1.500 toneladas la cantidad de marihuana interceptada en 2009 en esta esquina del país.
Estos grupos utilizan normalmente camiones comerciales y vehículos rentados o privados para introducir clandestinamente la marihuana, aunque una parte significativa de la droga -hasta tres toneladas fueron decomisadas en 2009- viaja desde las aguas mexicanas hasta los puertos de San Diego, de acuerdo a las autoridades estadounidenses.
Por la importancia de este mercado, aseguran quienes defienden la propuesta californiana, el sí a la Proposición 19 supondría un duro golpe a las finanzas de los carteles.
"La legalización sería una manera de atacar el bolsillo de los narcotraficantes y quitarles esas rentas que les permiten corromper a las autoridades, armarse y reclutar pandilleros y sicarios", dice Aguilar Camín.
"Serían grupos mucho más débiles", apunta.
"Apenas ayudaría"
Pero, no faltan voces que relativizan el impacto que tendría sobre los carteles o la violencia en México la legalización en California.
Por un lado, el gobierno estadounidense aclara que los destinos finales de la marihuana mexicana no son Hollywood o San Francisco, sino más bien ciudades como Houston, Chicago o Atlanta.
Y según un estudio publicado este mes por la Corporación Rand, un centro de investigación no gubernamental con sede en Virginia (EE.UU.), la aprobación de la propuesta no conllevaría necesariamente un freno dramático a los ingresos de los narcotraficantes.
"Legalizar la marihuana en California no tendría una influencia apreciable en las organizaciones criminales mexicanas ni en la violencia relacionada (con el narcotráfico), a no ser que se empezara a exportar droga desde California a otros estados de EE.UU., lo que sí sacaría del mercado a la marihuana mexicana", explica Beau Kilmer, líder del estudio, titulado "¿Ayudaría la legalización de la marihuana en California?".
Para los autores del informe, incluso aunque California se transformara en el nuevo "coffee shop" nacional, la legalización "apenas ayudaría a reducir la violencia en México, al menos a corto plazo".
"Nuestras estimaciones sugieren que la caída de ingresos (para los carteles) podría provocar que la violencia creciera en los primeros años", opina Peter Reuter, otro de los responsables del documento.
Dudas
Muchos de quienes defienden esta idea argumentan que los carteles buscarían ingresos en actividades criminales como el secuestro o la extorsión, aunque una vez más, ni siquiera en este punto hay consenso.
"El tema de la legalización de la marihuana puede tener impacto y estamos abiertos a discutirlo y analizarlo, pero tenemos que tener mucha mejor evidencia, mucho mejor análisis", advierte el vocero gubernamental Alejandro Poiré.
"Una cosa es que un académico muy serio nos diga que esa es una hipótesis y otra cosa es que exista un consenso lo suficientemente sólido, con alguna base empírica sensata, como para que el gobierno de la República" se plantee "incorporar" la legalización, añade.
A falta de días para saber qué decidirán al otro lado del puesto fronterizo, el debate sobre las consecuencias sigue moviéndose entre suposiciones. Mientras California apuesta por sembrar sus primeras plantas legales de marihuana, en México sólo crecen las dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario