lunes, 15 de junio de 2009

¡A la buena, o la mala!...

Martín Romo

Partiendo de la indignación manifestada en la marcha realizada el sábado para exigir justicia por los 46 niños muertos hasta ayer, por lo de la tragedia de la “Guardería ABC”, debido a que aún no hay culpables, más les valdría a las autoridades el actuar en consecuencia, por ya escucharse voces de que algunos quieren hacerse justicia por su propia mano. De ese tamaño.

De ahí que a como está el sentir general, según se exhibió en es esa segunda manifestación en la que participaron más de 7 mil dolidos ciudadanos; y sumado a las evidencias ya reunidas por la “Procu” estatal, que encabeza Abel Murrieta; todo apunta a que quedarán rebasadas las barrabasadas adelantadas por el de la PGR, Eduardo Medina, quien a priori consideraba a ese mortal incendio como delito no grave.

Lo que explica el humor negro de la agraviada ciudadanía, pero sobre de los deudos del casi medio centenar de infantes fallecidos, como se denotó en una de las cartulinas mostradas durante el recorrido de protesta, en la que más menos se leía: “Niños muertos 46; responsables 0”, lo que es igual a la impunidad que ha caracterizado a ese sentido caso, por la forma en que todo mundo se ha estado echando la bolita.

Es por eso de la duda y el riesgo que hay, respecto a qué tanto más va aguantar “Juan Pueblo”, de que le estén viendo la cara, porque a casi diez días de ocurrido el siniestro en la quemada estancia infantil, es hora de que nadie acepta el grado de culpa que le corresponde, no obstante que el único que ya ha dicho, que de que los hay, los hay, es el “Gober” Bours.

Y precisamente el gobernador Eduardo Bours éste día estará dando una rueda de prensa, de la que se espera que por fin salgan algunas novedades que den luz sobre la posibilidad de que se le aplique todo el peso de la Ley, así sea por el delito de omisión, a quienes provocaron esa repudiada catástrofe mundial, porque podrá no haber sido intencional, pero sí producto de una serie de negligencias a todos los niveles.

A ese grado está el resentimiento y coraje de los deudos, que no demandan dinero, sino que se siente un precedente al aplicarles el castigo que se merecen a todos aquellos que no cumplieron con su responsabilidad, sean los dueños de “La ABC”; o funcionarios de cualquier nivel, empezando por los del IMSS, que eran los primeros obligados en supervisar la seguridad por ser los que la subrogaban.

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