domingo, 9 de diciembre de 2012

Laura Bozzo: ¡háganlas llorar!


“En este programa siempre hay víctimas y victimarios, pero la víctima no puede ser una putita”: Laura Bozzo.
La orden que Laura Bozzo dicta a sus “investigadores” es contundente: ¡háganlas llorar! La participación de los panelistas durante el programa debe ser “convincente”, ni exagerada ni parca.
El programa funciona con una estructura ordenada. Primero, el equipo más cercano a la conductora peruana define el tema; después, manda a sus “investigadores” a colonias populares del Distrito Federal y zonas aledañas. Ellos viajan en una camioneta sin rotular y propiedad de la empresa Televisa. En las colonias marginales se encuentran con los “buscapanelistas”, trabajadores del show que se dedican a encontrar casos trágicos.
En las paupérrimas zonas de la Ciudad de México no son extrañas las historias de abuso y desesperanza, más bien son la regla. Siempre hay una mujer que sufrió violación o aborto, la que es golpeada por un esposo borracho o fue abusada por su padre. Los testimonios desoladores están listos para ser potenciados en la pantalla del “Canal de las Estrellas”.
 “Estoy en México para ayudar, para sacar a mis mujeres adelante”: Laura Bozzo.

“Los investigadores” platican con los candidatos a participar en el show “Laura”, que se transmite todas las tardes por el canal estelar de Televisa. Les explican que hablarán de su vida real, pero con “algunas modificaciones”. Por ejemplo, si el programa tratará de un fraude, los posibles participantes deben inventar que sufrieron la estafa y posteriormente, cuando la conductora les pregunte por su vida, ahí ya hablarán de su sufrimiento real.
A la par, los “buscapanelistas” seleccionan a “los desgraciados”, hombres que ejecutan el papel ficticio del abusador. Invariablemente, estos casos son falsos, pues en la vida real no hay quien quiera exponer en público los probables delitos y vejaciones que habría cometido contra sus supuestas víctimas.

“Si esto es armado se van, porque en este programa la que pregunta soy yo”: Laura Bozzo.

“Uno tiene que pensar cómo hacerlo, cómo irlo armando” me explica una persona cercana al equipo de Laura Bozzo, quien me pide conservar su testimonio bajo el anonimato para evitar problemas con la peruana.
“Si la persona se desenvuelve bien o llora, si su testimonio es creíble, Laura te felicita, si no te cree te despide al aire”, me describe.

“¿A usted la investigadora le ha hecho aprender un texto?”: Laura Bozzo.

Si el panelista se muestra frío, Laura Bozzo habla con “los investigadores” y les pide recordarle los hechos dolorosos de su pasado. Entonces, las víctimas lloran y ya están listas para salir al aire.
Por cada participación la paga es de 700 pesos. Si el desempeño del panelista agradó a Laura, entonces les regala un extra, como algún electrodoméstico menor. No obstante, si el testimonio no fue creíble, entonces el dinero no llega e incluso sancionan al “investigador”.

“La voy a destrozar, maldita, perra, saquen a este monstruo de acá”: Laura Bozzo.

Los protagonistas del programa generalmente salen gustosos en la televisión, se emocionan ante la idea de ser proyectados en el canal de las Estrellas. Hay casos en los que, mediante la Fundación Televisa, Laura incluso les ofrece pagar alguna intervención quirúrgica si el testimonio lo amerita.
En el trato del día a día, Laura es déspota con sus empleados. Los ofende y denigra, incluso al aire. Lo mismo ha hecho con algunos panelistas, al grado tal de amenazar de muerte a una o tildar de “putita” a otra, lo que le valió un pronunciamiento del Consejo Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios de Comunicación para exigir que su programa sea retirado del aire.

“A mí me pueden decir cualquier cosa, cualquier cosa me pueden decir, hasta teibolera te lo acepto, hasta prostituta te lo acepto, pero descerebrada a mí no me va a decir nadie”: Laura Bozzo.

El programa de Laura Bozzo es uno de los más vistos en la televisión mexicana, con 10.7 unidades de raiting según el portal Raitings México. Esta conductora peruana, que fuera aliada del corrupto régimen de  Alberto Fujimori, ha sido señalada en su país de fabricar montajes y lucrar con la pobreza.
Desde que en 2011 apareció en las pantallas de Televisa, después de romper con Televisión Azteca, ha encabezado incidentes en los que públicamente acorrala, humilla y ofende a sus panelistas, amén de lavarle la cara a la empresa de Azcárra Jean mediante las “buenas obras” que durante el show promete la Fundación Televisa.
¿Cómo trata Laura a los empleados del show? Le pregunto a la fuente cercana al equipo. Me responde sin ápice de duda: “Está loca, es casi esquizofrenia, te grita, te dice que eres una mierda, una basura, llama a los abogados de la empresa para levantarte actas. Hace llorar a la gente”.
Twitter: @juanpabloproal

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