Gaspar Navarro Ruiz / g_navarro_ruiz@hotmail.com
Sólo la presión ciudadana reflejada en diversas manifestaciones y los cuestionamientos en diversos Medios de Comunicación, hizo posible que la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejara su apatía y desinterés por la tragedia de la Guardería ABC y aceptara atraer el caso del incendio donde murieron 49 niños.
Ya el ministro de la Suprema Corte Sergio Aguirre Anguiano, había propuesto a sus colegas que esa máxima instancia judicial no ejerciera la facultad para investigar violaciones graves a las garantías en la tragedia del 5 de junio en Hermosillo, según lo “ventaneó” el ministro Genaro Góngora Pimentel, a través de su página de Facebook.
Por supuesto que Góngora Pimentel fue cuestionado severamente por la prensa nacional por ser tan frívolo al tener una página personal en la red social de Internet, donde además revela a sus amigos virtuales información interna y reservada sólo para la Suprema Corte de Justicia.
Luego del escándalo, Góngora Pimentel se despidió de sus amigos virtuales al suspender su participación en Facebook, prometiendo volver al cyberespacio con sus frivolidades en diciembre.
El ministro Sergio Aguirre Anguiano quedó como ponente o encargado del proyecto del Caso ABC luego de que su colega Sergio Valls aceptara interceder por los padres de familia de las víctimas de la tragedia de la Guardería ABC.
Los ministros nunca estuvieron de acuerdo en atraer el Caso ABC por considerar que la investigación estaba siendo atendida por las diversas instancias judiciales, que deberían de ser respetuosos de las formas procesales y que además la SCJN no podía convertirse en una Agencia del Ministerio Público.
Y del dicho al hecho, los ministros hicieron maletas en julio y se fueron de vacaciones para retornar en los primeros días de agosto, aunque ellos no lo llaman asueto sino “el receso previsto en la ley que aplica a todo el Poder Judicial Federal”.
Así las cosas, al fin la SCJN atrajo el caso y creará una comisión investigadora que analizará a fondo la tragedia en la Guardería ABC, como lo demandan los familiares de las víctimas, quienes consideran que no ha habido una correcta aplicación de la justicia, pues los culpables siguen impunes.
De hecho, ayer en el juzgado de Hermosillo se debió resolver si les otorgaban los amparos definitivos a los propietarios de la Guardería ABC o se los negaban.
Hace días los socios de la Guardería ABC se presentaron en la delegación estatal de la PGR en Hermosillo para entregar su declaración de la tragedia por escrito. Los dueños de la ABC no fueron detenidos porque iban amparados o con una suspensión provisional.
Y si andaban amparados, entonces por qué la PGR informó que la Interpol buscaba a los socios en 187 países y en días recientes hasta declaró que ya los tenían localizados en Estados Unidos. Ahora sabemos que no andaban huyendo y que andaban campantes en Hermosillo con sus amparos en las bolsas otorgados por un juez que consideró que el delito no era tan grave. De hecho, más tardarán en detener a los socios, que en salir libres bajo fianza.
En fin, veremos ahora qué arroja la investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque no hay que esperar nada nuevo bajo el sol, porque al igual que las investigaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sus resolutivos en esos casos no tienen ninguna fuerza legal, sino sólo moral.
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