domingo, 17 de mayo de 2009

El nefasto Miguel de la Madrid

Antonio Hernández

En muchos de mis artículos he señalado la necesidad de mirar al pasado porque entre otras cosas se puede ver que muchos de los apellidos que hoy destacan en política vienen desde el Porfiriato, ya que generación tras generación se han ido insertando los descendientes de los opresores de entonces eternizando la omertá, el mafioso código del silencio, practicado desde aquella época por los científicos y todas las variantes de lo que ha sido el PRI hasta llega al PRIAN, como ejemplarizan los hijos de Miguel de la Madrid, quienes como funcionarios públicos temiendo que les pisen la cola, optaron por hacer que su padre se desmintiera, quien conociendo a Salinas y temiendo su venganza sin poder aguantarse dijo: “Es un enemigo muy peligroso”. http://experiencia.indigobrainmedia.com/web/reporte/edicion130/#1/1

No fue el único que avizoró el riesgo, pues Julio Hernández López en su columna del mismo viernes escribió: “El clima de desasosiego y confusión en que nuevamente Salinas es personaje central hace recordar los días aciagos en que de la violencia verbal se pasó a la física, cuando el sistema de complicidades gobernantes arregló con violencia sus cuentas internas. No está de más, pues, expresar desde aquí solidaridad a la periodista Aristegui y rechazo a las secreciones de peligroso enojo del antes mencionado jefe de jefes”, en referencia a 1994, cuando fueron asesinados el Cardenal Posadas, Colosio y Ruíz Massieu.

Sample Image

El mismo día, en Bajo reserva de El Universal se publicó: “Está bien: Miguel de la Madrid no tiene la salud mental que se necesita para darle una entrevista a Carmen Aristegui, y lanzarse contra Carlos Salinas y su hermano Raúl. Aceptando esta lógica, la carta en la que se desdice no pudo ser redactada por él. O, bueno: el ex mandatario sí estaba consciente de lo que decía y era una especie de testamento que esperaba fuera publicado en un libro. Al salir al aire su dicho, recibió presiones del poderoso grupo aludido; le obligaron a firmar esa carta que conocemos los mexicanos. En cualquiera de los dos casos, no fue Miguel de la Madrid el que escribió ese documento —aunque lo haya firmado— con tonos que rayan en la humillación. ¿Cómo hacerse algo de ese tamaño a sí mismo? La carta lo mata políticamente; lo inhabilita, diríase, para siempre. Lo despoja de personalidad y de voz. Sólo podemos especular sobre el tamaño de los intereses o de los temores que abriga su círculo familiar para preferir “enterrarlo en vida”.

A riesgo de que se me acuse de moralino, vaya golpe que le propinan estos hijitos a su padre, como tantos hacen con los viejos luego de servirse de ellos, quien cercano a su final hace buenas las sentencias aquellas de “cría cuervos… etc.”, y “genio y figura hasta la sepultura”, dada la grisura que siempre demostró y exhibe al desmentirse, pues si bien alcanzó el máximo sitial al que aspiraban en otros tiempos los mexicanos decentes, esto se debió como cada vez se acentúa, a las complicidades que ahora se revelan, por lo que convendría a Calderón mirarse en los espejos de éste y de Salinas, para que pusiera sus barbas a remojar, más que nada porque de la Madrid se comportaba al amparo del poder tan “machito” y soberbio como él, tanto que el pie de una antigua fotografía donde aparecía rodeado de militares se tituló “la seguridad que no se ve”.

Como en todo el actuar de los poderosos hay corresponsables, hago un paréntesis para señalar que en Reporte Índigo hay dos videos de una entrevista de Jorge Ramos de Univisión a Salinas, en los que se puede comparar un profesionalismo que lo llevó a cancelar otra con Fox que quería preguntas a modo, con el de periodistas mexicanos como Ciro Gómez Leyva, que se tienden como tapetes ante los políticos, como hizo con Germán Martínez, presidente del PAN, en Radiofórmula, en lo que pareció más una plática de amigotes que una entrevista a quien debe rendir cuentas a la sociedad, porque el periodista en afán de solazarse por su cercanía al poder, faltó a la obligación que tiene como intermediario entre ésta y aquel, para preguntar lo que debiera, lo que finalmente lo llevará a disminuir aún más su credibilidad, ya de por si desgastada.

Sample Image

Volviendo al tema, en uno de los pasajes de la entrevista con Carmen Aristegui, de la Madrid, seguramente creyendo que siendo para un libro que tardaría en publicarse y dado lo enfermo que está, pensó que no tendría que justificarlo, por lo que dijo respecto a la decisión de heredarle la presidencia a Salinas: “Me equivoque, pero en ese momento no tenía elementos de juicio sobre la familia Salinas, me di cuenta después que es conveniente que los presidentes estén mejor informados de la moralidad de sus colaboradores”.

Que curioso que López Portillo dijera lo mismo que él aunque de manera más elegante en entrevista con Irma Ortiz, de la revista Siempre, cuando a sus 80 años, en noviembre de 2000, a la pregunta: -Se dice que con usted terminaron los sexenios políticos y luego viene el arribo de la tecnocracia con de la Madrid, Salinas, respondió: “Posiblemente sea así y, cuando lo reconozco, tengo que admitir que el responsable soy yo, pero no sé qué cualidad me faltó para percatarme de lo que iba a suceder, porque la circunstancia fundamental que privaba en la época era financiera y el candidato que encontraba que tenía más experiencia en la materia era el que designé”.

Y es que en aquel momento era imperativo dar alguna estabilidad a la economía dejando en el poder a un experto en el tema, pues ésta se desfondaba por el saqueo tanto políticos como banqueros, y cuanto individuo pudo aprovechando el río de dinero que corrió por los prestamos obtenidos para desarrollar a Pemex y explotar yacimientos como el de Cantarell, que hicieron a Jolopo anticipar una época de abundancia por administrar, pero resulta que quienes prestaron el dinero, eran y siguen siendo los especuladores de siempre, que llevaron el precio a las alturas, como hace poco, y cuando estuvo lista la explotación lo bajaron hasta el suelo, convirtiéndose el augurio en un fracaso que motivó burlas de quienes quiso meter en cintura nacionalizando el sistema bancario, fíjese bien, el sistema, no sólo los bancos, como posteriormente anotaré, que en vez de servir al país utilizaron para medrar.

Aunado a eso Jolopo había cometido otro error, pero mejor dejo que se lo cuente Miguel Ángel Granados Chapa, quien el 22 de febrero de 2004 escribió en Plaza Pública: “La rudeza, la frialdad del comportamiento de De la Madrid con su antecesor, el que lo hizo presidente, contrastaba con la adulación que le había prodigado para conseguir ser el escogido en la sucesión presidencial. López Portillo confesó después que contaba con dos posibilidades para nombrar a su reemplazante, según la naturaleza del entorno al final de su gobierno. Si el país vivía un riesgo de inestabilidad política, haría Presidente a Javier García Paniagua, a quien en un breve lapso había hecho director de la policía política, subsecretario encargado de la seguridad, miembro del gabinete y jefe del PRI. Si el riesgo era financiero, económico, el escogido sería, como lo fue, De la Madrid. Este, ya con el auxilio de Carlos Salinas, adulteró y aun ocultó al Presidente cifras sobre el funcionamiento de la economía, a fin de hacerse necesario. Y dio además en el blanco de la frágil emocionalidad presidencial, al nombrar a José Ramón López Portillo subsecretario y al dar énfasis a las funciones de Rosa Luz Alegría al frente del sistema nacional de evaluación”.

Sample Image

Porque en cuanto ascendió al poder, con un encono inusitado persiguió a López Portillo y sus colaboradores. Hay por ahí una frase que según dijo que en lo personal no le haría nada pero en lo político lo exterminaría, lo que habla de su calidad moral, siendo curioso que este sujeto no haya sido señalado por lo que le hizo al país, como anota René Avilés Fabila en Siempre de marzo 21 de 2004: “The New York Times acaba de publicar una severa crítica a Miguel de la Madrid. Lo acusa principalmente del fraude electoral de 1988, donde Cuauhtémoc Cárdenas fue despojado y Carlos Salinas de Gortari triunfó para dañar brutalmente la imagen de México, Fue el punto de quiebre. Si antes la tecnocracia y la reacción incrustada dentro del PRI miraban esperanzados hacia Estados Unidos, con Miguel de la Madrid la entrega a la derecha fue completa”.

Sin embargo, De la Madrid había quedado entre nosotros como un hombre gris, mediocre, pero sin mayores manchas políticas. Podía aparecer en público sin recibir el abucheo popular. Toda la aversión se concentró en la figura de su heredero, Carlos Salinas.

A Miguel de la Madrid le debemos el México que hoy vemos. Fue el artífice, el padre de la aberración y que yo recuerde muy pocos lo han dicho desde el principio (entre quienes me encuentro, A.H.M.), quizá sólo Rafael Ruiz Harrell, en un lúcido libro. Al poco tiempo, la familia Salinas quedó al descubierto, sus pillerías fueron visibles como también lo fue la entrega de México a Estados Unidos y al capitalismo local. Muchos hicieron negocios fantásticos al amparo del clan Salinas. El PAN creció y se formó el PRD y en 2000 Fox saca de Los Pinos al PRI y en el DF se instalan Cárdenas, Robles y López Obrador con un caudal inaudito de renovada corrupción.

http://www.articlearchives.com/686444-1.html

Agregando quien escribe que el sistema se prolongó por la actitud de Fox y Calderón de negarse a desmantelarlo, sino al contrario, aliarse con él.

Por hoy hasta aquí, pues aunque debo apresurarme para sacar provecho a lo que recuerdo y a la gran cantidad de material que tengo antes de que surja el siguiente escándalo que le quite los reflectores a Miguel de la Madrid y siga tan campante como hasta ahora, es necesario organizar dicho material, invitándolo por lo pronto a que lea lo que Manu Dornbierer escribió sobre él en Frontera el 18 de agosto de 2001.

Hermosillo, Son., mayo 16 de 2009.


La pequeña historia

Por Manú Dornbierer

Tijuana, B.C.

En afectuoso recuerdo de Carlos Hank González, a pesar de todo, un gran hombre

"La petite histoire" llaman los franceses al conjunto de hechos y circunstancias que no salen a la luz, pero que producen la historia misma y la de los personajes históricos. Ya que el pasado 11 de agosto Carlos Hank González cerró tras de sí la puerta de las historias, la grande y la chica, en Santiago Tianguistenco —su pueblo lo lloró en cielo y tierra—, es oportuno relatar un episodio de la historia que vi de cerca y que determinó los sexenios de José López Portillo y de Miguel de La Madrid Hurtado, el más (exitosamente ) hipócrita de los ex presidentes de México.

Hank González fue nombrado por JLP Regente del Distrito Federal, un inteligente regente para el periodo 1976-1982, por haber sido un gran Gobernador del Estado de México, al que llevó al primer lugar en materia de ingreso per cápita, como obvia consecuencia de muchos otros logros.

Quizás también por su poder y ya importante fortuna, Hank sería el protector económico de la desaforada familia presidencial que, sin embargo, dado el nepotismo de don Pepe, no desdeñó aprovechar el poder para meterse en grandes negocios ni tampoco servirse con ganas de la olla del erario, adoptando a la par inaceptables poses y odiosas conductas cesáreas. Hank, para el que dar era un vicio (que muchos le consecuentaban, pero otros no), casi al final de la administración llegó a regalar a los avorazados López, obviamente sin interés alguno, nada menos que la Colina del Perro.

Miguel de la Madrid, su muy vil enemigo, fue el primero en llegar el domingo 12 al velorio del Profesor en el rancho de San Catarino. ¿Para borrar así el odio que le tenía y el exilio político de seis años que le aplicó cuando JLP le regaló el cetro? Familiares y amigos se molestaron con la presencia del hombre gris al que México le debe, entre mucho más, la imposición de Salinas, la entrada al neoliberalismo, la patente de corzo al “narco” y la destrucción del sistema financiero, como lo muestran estudios comparativos de cifras del Banco de México y del Inegi: Cuando JLP llega al poder en 1976 el tipo de cambio es de 15.36 pesos por dólar. Al irse en 1982, los mexicanos necesitamos casi seis veces más dinero para comprar la moneda estadounidense. JLP dejó a su sucesor MMH un cambio de $87.62 por dólar. Pero cuando De la Madrid se fue en 1988 nos dejó mucho peor, con el cambio más escandaloso hasta ese momento de la historia: $2 mil 291.24 por dólar. Necesitamos 27 veces más dinero que seis años antes para adquirir un billete verde.

Hoy creemos pagar poco por el dólar, sólo 9 pesos (más o menos), pero si le devolvemos a la moneda los tres ceros que le tumbó de un plumazo Salinas en 1994 al viejo peso arruinado por MMH, vemos que en realidad pagamos 9 mil pesos reales por dólar. Y si además recordamos que la inflación durante el sexenio de MMH alcanzó un increíble 4 mil 771% y que su criminal jugueteo con la Bolsa en 1987 arruinó a muchos, es irrebatible que De la Madrid fue el destructor del sistema financiero del país. Sin embargo supo engañar a los desmemoriados y poco analíticos mexicanos del siglo pasado y es el único muy opulento (inició las privatizaciones y se quedó por ejemplo con las líneas aéreas) y aún poderoso ex presidente que se pasea fresco como lechuga.

Los mediocres vs los útiles pudo llamarse la lucha por la sucesión de López Portillo que culminó con la anulación política de seis años de Hank González y la destrucción de Díaz Serrano (JDS), para que MMH pudiera subir al poder. La falsa izquierda priista estaba aún de moda y el derechista De la Madrid se rodeó de típicos priistas para organizar una guerra sorda y sagaz contra los atípicos, el Regente y el director de Pemex, amigos del Presidente, que le hacían sombra por desempeñar un buen trabajo en sus puestos: Hank destrabó la ciudad que Echeverría y su regente-camionero Sentíes dejaron paralizada por la suspensión seis años de la construcción del metro. Díaz Serrano en sus tres años al frente de Pemex convirtió al país en el cuarto productor de petróleo del mundo y lo salvó de momento de la crisis legada por el mismo Echeverría.

No fue su culpa si, después, la frivolidad de López Portillo y los malos consejeros aglutinados alrededor de MMH llevaron el país al caos. Muy diferentes entre sí, los dos hombres fueron amigos. Díaz Serrano, acaudalado contratista de Pemex antes de ser su director, tenía ganas y posibilidades de llegar a la Presidencia por su conocimiento del petróleo y su añeja amistad con JLP. Hank, impedido por su padre alemán, con JDS en el poder podía esperar que se aboliera el artículo 82, como sucedió más tarde para beneficio de Fox, proveniente de la IP y con padre extranjero. Pero aquellos dos se adelantaron a su tiempo y fueron objeto de persecución hasta 1989. Hank volvió a la política con Salinas tras los seis años de castigo de MMH. Díaz Serrano salió de los cinco años de prisión que le recetó por haber osado asustarlo. Salvo de asesinato MMH lo hizo víctima de todas las canalladas antes y después de ser Presidente. Lo que logró básicamente por alcahuete. En efecto...

De la Madrid fue el padro...cinador de Rosa Luz Alegría, su subsecretaria de Programación y luego secretaria de Turismo. José Ramón López (Portillo) y Romano, el otro sub, su principalísima arma, porque "México no puede perderse, señor Presidente, un genio sólo porque es su hijo", sería el factor determinante.

"El orgullo de mi nepotismo", como lo llamó papi, llevó a MMH al trono. Ese mismo que se exhibió como un asco de hijo y de hombre en sórdido pleito reciente por propiedades que el anciano JLP quiso heredar a los hijos que tuvo con su segunda esposa, Sasha Montenegro, según fidedigna información, mejor ser humano que todas las demás mujeres usufructuarias de su nepotismo que tantas vergüenzas y recursos costaron al país. Tal es "la pequeña historia" del principio del fin del priismo.

*La autora es periodista y comentarista editorial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario