Víctor Hernández
Me dijo una vez una amiga colombiana que la novela “Sin tetas no hay paraíso” era el reflejo de una cruda realidad en Colombia: para muchas mujeres pobres, ser modelo es la única manera de salir de esa pobreza. Eso fue lo primero que pensé cuando supe lo que le pasó a Miss Sinaloa.
Laura Elena Zúñiga Huízar, modelo de la agencia Queta Rojas, del DF, y Miss Sinaloa 2008, fue arrestada el día de ayer junto con 7 hombres luego de que el ejército les encontró armas y miles de dólares en una camioneta en Zapopan, Jalisco. Uno de los 7 hombres detenidos junto con Laura Zúñiga, fue Ángel Orlando García Urquiza, quien es hermano de Ricardo García Urquiza, operador del cártel de Juárez apodado “El Doctor.” De acuerdo con la policía de Jalisco, y con la admisión de la propia Laura Zúñiga, Ángel García Urquiza, señalado como miembro activo del cártel, es su novio.
La foto de Zúñiga, de 23 años, con esposas en las muñecas, en fila junto con los 7 hombres que la acompañaban, y detrás del arsenal que les fue encontrado, contrasta con las diversas fotos en traje de baño, en vestido glamouroso, o en ropa sexy en la que aparece en diversas fotografías que le fueron tomadas por su trabajo de modelo en los últimos 3 años. Con la cabeza baja y mirando al suelo, Zúñiga es la única del grupo de detenidos que no mantiene una mirada desafiante.
Su arresto causó uno de los más grandes escándalos en la historia de los certámenes de belleza en México. Lupita Jones, directora del certamen Nuestra Belleza, inmediatamente se deslindó de Zúñiga, pero fuera de eso el hermetismo de Nuestra Belleza ha sido absoluto. Queda sin respuesta entones la versión que surgió en la prensa en la que se cuestiona por qué los jueces del certamen la hicieron Miss Sinaloa siendo que su participación, alegan algunos, no fue tan convincente como debió haber sido para ganar la corona debido a su vestuario y a su presunta falta de preparación.
Peor: las declaraciones de Laura Elena Zúñiga Huízar sobre qué estaba haciendo con 7 hombres señalados por la policía de Jalisco como narcotraficantes parecen estar en contradicción. De acuerdo con la policía de Jalisco, la también Miss Hispanoamérica 2008—corona que ganó hace apenas 2 meses en Sudamérica—ignoraba las actividades ilícitas en las que presuntamente estaría involucrado su novio, y dice haber sido secuestrada por él. Sinembargo, el padre de Laura Elena, Jesús Esteban Zúñiga Carrillo, declaró a la prensa de Sinaloa que él personalmente había llevado a su hija al aeropuerto para volar a Guadalajara, ya que ella le había dicho que iría a una posada. No fue lo que declaró inicialmente Laura Elena. Tras ser detenida, una de las primeras declaraciones que dio a la policía fue que ella y sus acompañantes iban a Colombia y a Bolivia “de compras.”
“Dinero fácil” dicen, “nos pagan 2 mil pesos” responden
Luego del arresto de Laura Zúñiga, quien nació en Culiacán el 3 de enero de 1985, no faltaron las descalificaciones en su contra. De acuerdo con Reforma, la Secretaria de Seguridad Pública de Sinaloa, Josefina de Jesús García Ruiz, calificó el caso de Zúñiga como “pérdida de valores y un deslumbramiento por el dinero fácil” y añadió que los jóvenes de hoy en día se deslumbran con el dinero del crimen organizado. “Actualmente se están viendo jóvenes entre los 18 y los 23 años, todos o la gran mayoría tiene que ver con la delincuencia, por eso exhorto a la sociedad a que cambie su actitud y su forma de actuar”, dijo García Ruiz.
Pero lo que no dijo la Secretaria de Seguridad Pública de Sinaloa, y que tampoco dice ninguna autoridad federal, es que en 2006, Laura Zúñiga había declarado al diario El Universal que el trabajo de modelo no era tan bien remunerado como se piensa; que por hacer pasarela le pagaban dos mil pesos y que la mejor paga que llegó a tener fue por una campaña que hizo para Pepsi. Le pagaron 40 mil pesos. Esto de una modelo que trabajó en campañas publicitarias para nombres como Liverpool y Revlon.
La nota de El Universal, titulada “En México no hay modelos millonarias”, y publicada el 13 de junio de 2006, habla de las dificultades laborales del medio del modelaje en México, tanto por la poca paga como la discriminación que sufren las modelos mexicanas, ya que la preferencia se le da a las modelos extranjeras. Como parte de las entrevistas a tres modelos distintas, El Universal cita a Zúñiga, quien trabajaba para la agencia de modelos Queta Rojas, con la siguiente declaración: “Lo menos que te pueden pagar (por modelar) son 2 mil pesos y la mayoría de las veces, por 15 minutos de trabajo efectivo, aunque hay temporadas en las que no tienes llamados”.
Pero la declaración de Zúñiga que verdaderamente cuestiona la teoría del “dinero fácil”, es la siguiente: “Es injusto que muchas veces se le de trabajo a una modelo por ser extranjera, mientras que las mexicanas batallamos más para conseguir llamados. Cuando empieza su carrera, una mexicana debe esperar varios meses para su primer trabajo, mientras que las extranjeras a los tres días lo consiguen”.
Es decir, para una modelo la paga es poca y cuando puede cobrar es después de haber sido discriminada para favorecer a modelos extranjeras. Poca paga, poco empleo y discriminación laboral. Mismos problemas a los que se tienen que enfrentar millones de trabajadores en México. No obstante, nadie cuestiona esta realidad. Nadie se pregunta por qué no se ha resuelto la desigualdad económica que genera la vulnerabilidad de la gente para relacionarse con el crimen organizado. Esa verdadera raíz del problema, tantas veces denunciada por Andrés Manuel López Obrador, es el tema que nunca nadie toca en los gobiernos federales y estatales. La culpa, para ellos, no es del sistema; es de una supuesta “pérdida de valores.” ¿Pretende entonces la autoridad que no se pierdan los valores cuando no hay justicia y se tiene que soportar abuso tras abuso contra el trabajador?
La guerra contra el narco, desde luego, no es para corregir las injusticias sociales. Se hizo para tratar de legitimar el fraude electoral cometido por Felipe Calderón el 2 de julio de 2006, casi dos semanas luego de que Laura Zúñiga se quejara de la falta de trabajo, de la poca paga y de la discriminación. Esos reclamos nunca fueron escuchados por nadie. Ni los de Laura Zúñiga, quien además se recibió como maestra de presscolar, ni los de ningún trabajador.
Ahora la pregunta para mucha gente es una solamente: ¿Qué hace una Miss Sinaloa mezclada con narcotraficantes? Tal vez la respuesta sea esta: buscando lo que el país, por la vía legal, no fue capaz de darle ni a ella ni a millones de trabajadores: seguridad laboral y el respeto que se merece.
Siendo esa la realidad de México, no habrá guerra contra el narco que pueda acabar con la verdadera causa del narco: la desigualdad y la injusticia social. Lo que habrá será sólo circo mediático para perpetuar gobiernos a los que el pueblo no importa. Y claro; más novelas como esta, la de Laura Elena Zúñiga Huízar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario