Descubre Mouriño el agua tibia

Dr. Shivago
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Resulta que el secretario de Gobernación, el galleguito Juan Camilo Mouriño Terrazo hizo ayer una declaración impactante, que digamos impactante, extraordinariamente impactante al reconocer el riesgo de que el narco pueda financiar campañas electorales.

Adió?, hay que avisarle también que mataron a Colosio y que no es cierto que las nubes sean de algodón de azúcar.

Es de suponer que luego de tal revelación, este chorejón funcionario cayó en un estado de profundo sopor y cansancio neuronal ocasionado por llegar a tal conclusión luego de tan sesudo análisis.

Y lo más vacilón, que ante tal descubrimiento de su parte, lo que primero que se le ocurre es proponer llegar a un acuerdo con todos los actores políticos para que a la menor sospecha de que algún mafioso se les quiera acercar para proponerle un chorro de lana para sus respectivas campañas políticas, de inmediato, de volada pues, se alejen de los malandrines y se lo cuenten a quien más confianza le tengan.

Tómala chorejón, pues con razón andamos como andamos con el País patas pa’rriba por causa de este tipo de funcionarios de primerísimo nivel que parecen pecar de ingenuos; con razón pues, siniestros personajes como el morenazo de coqueta mirada y su fiel compinche de roedora estampa se sienten los dueños del País y ya se preparan para asaltar nuevo la residencia oficial de Los Pinos.

Ahora sí que como dicen por mi tierra, “estamos odidos”.

Aaaahh, esto lo dijo Mouriño Terrazo durante su comparecencia en la glosa del Segundo Informe de Gobierno del presidente, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa en la Cámara de Diputados, y siendo acompañado por esos dos ases de la lucha contra el crimen organizado (es irónico eso de “ases”), don Eduardo Medina Mora Icaza y Genaro García Luna, procurador General de la República y secretario de Seguridad Pública Nacional, respectivamente, quienes vehemente asintieron con la cabeza para respaldar la afirmación del españolito-mexicano. Si les digo, hagan de cuenta los tres chiflados.