Post original en http://www.megafono.lunasexta.org/node/518
El
periodista comercial busca primicias, las de los medios libres buscan
que la información sea compartida oportunamente por la mayor cantidad de
medios libres de tal forma que llegue a la mayor cantidad de gente
posible.
El periodista comercial se dá de codazos con otros durante las entrevistas, se sabe técnicas para pisar, desplazar y sacar el aire, los de los medios libres colaboran, incluso cuando no se conocen, y se saben técnicas de coordinación, colaboración, consenso y de cómo sumar a otros y otras que quieren sacar la información, para empezar los de las nuevas generaciones.
El periodista comercial considera que debe ser tratado con privilegios, la mediolibrista considera que es un privilegio compartir con otros y otras que luchan, que más gente debe poder sumarse a la lucha y que la comunicación debe dirigirse ante todo a los no convencidos.
El periodista comercial busca premios y distinciones, el mediolibrista sabe que el premio es colectivo, y es poder ver en ésta organización, en aquella mirada, en esas palabras y en aquella comunidad que el mundo nuevo ya está, y que por ese mundo nuevo vale la pena luchar.
El periodista comercial circula la versión de quien paga los contratos publicitarios de su medio, la mediolibrista difunde la versión de quienes son agredidos por quien paga el contrato publicitario de los medios comerciales y que ya se decidieron a resistir y a construir otro mundo.
El periodista comercial difunde información por un pago, el mediolibrista difunde la información por convicción, por que considera que es un deber dar los pasos para que el mundo cambie.
El periodista comercial hace trampas para obtener las respuestas que quiere, la mediolibrista es una facilitadora de que se difunda la versión de la gente.
El periodista comercial se disfraza de corbata y traje, el mediolibrista es un chavo banda, una campesina, un indígena, una punk, y los hay darketas y emos.
El periodista comercial se forma en las universidades, la mediolibrista se forma en los procesos de lucha, en los colectivos y las organizaciones populares, y cuando bien le va en los talleres de medios libres y en las escuelitas de comunicación popular, que ya por ahí andan.
El periodista comercial cree en el copyright, los mediolibristas en el cópialo y rólalo, en el corre-la-voz y en el copyplis.
El periodista comercial jamás comparte un contacto o una fuente, las mediolibristas se comparten toda la agenda.
El periodista comercial no comparte su material, los mediolibristas se comparten hasta los crudos y sus archivos históricos completos.
El periodista comercial jamás cuenta cómo resolvió técnicamente tal trabajo, las mediolibristas no sólo se lo cuentan, sino que dan talleres (gratuitos), incluso cuando no se los piden, pero sobre todo cuando la gente organizada se los pide, pensando que toda la gente debe poder tomar los medios de comunicación y tomar la palabra, no sólo algunos cuantos privilegiados egresados de las universidades que expropian las voces de las colectividades.
El periodista comercial no siente empatía con la gente que entrevista, los mediolibristas sienten solidaridad, ánimo de lucha y ansias de justicia y se les vá la vida en ello: construyendo desde su campo de acción la solidaridad, la lucha y la justicia.
El periodista comercial llega comúnmente a cubrir una lucha cuando ya hay heridos, detenidos, muertos y desaparecidos, reportando para la nota roja. Las de los medios libres por el contrario estuvieron desde el principio, cuando apenas se gestaba esta o aquella lucha ó resistencia, y se quedan hasta que todos y todas quedan libres, aparecen, salen de los hospitales y aún mientras se sigue demandando justicia por los muertos, y no reportan la nota roja de izquierda, sino sobre los avances y retrocesos de la construcción del mundo nuevo. Las de los medios libres de por sí no son algo aparte o afuera de las luchas, nacen desde adentro de las luchas y forman parte de los procesos de lucha.
El periodista comercial se escandaliza cuando la gente bloquea una calle, se toma una plaza o una oficina de gobierno, cuando la gente “afectando a terceros”, se opone al despojo de sus tierras ó casas, a tal megaproyecto o a la denegación de derechos, los mediolibristas celebran el bloqueo, la toma de la plaza o la oficina y saben que los de arriba ya no lo van a tener tan fácil ni llegarán muy lejos.
Cuando hay una verbena popular convocada por la gente de lucha, con baile y música, el periodista comercial se queda en la redacción, en su casa viendo el fut, o se vá de colado a la fiesta de un político, las de los medios libres no sólo van a la verbena, sino que bailan hasta que se acaba, a veces hasta ayudan a recoger el equipo, para luego irse y subir la nota.
El periodista comercial cree que los monstruos de las corporaciones con sus gigantescos rascacielos y sus trailers llenos de equipos no pueden ser derrotados, los de los medios libres de a tiro por viaje derrotan los cercos informativos que gobiernos y corporaciones les ponen enfrente. Las de los medios libres pasan con su grabadora vieja junto a un gigantesco trailer de la televisora del momento y se ríen, sabiendo que con esa grabadora vieja y con mucha comunicación de base será derrotado el cerco informativo erigido por esa televisora. Y saben que la tarea es construir medios libres autogestionarios de abajo: radios libres y comunitarias, teles comunitarias, periódicos y revistas independientes, páginas web, periódicos murales, mantas y murales, radiobocinas, marchas informativas, asambleas informativas, teatro popular, gráfica de lucha, volantes y folletos, etc.
El periodista comercial escribe con aburrimiento mientras intenta que se acabe la jornada burocrática de hoy, las de los medios libres escriben con pasión, ríen, se enojan, conversan accidentadamente, incluyen algunas líneas poéticas en medio de una redacción muy creativa, para rematar llamando a la acción. El trabajo de los medios libres no cesa, es diario.
Las de los medios libres sueñan con el mundo nuevo cuyas raíces, tallos y ramas ya se van viendo por la lucha de muchas generaciones anteriores y de las generaciones presentes, el periodista comercial sueña una pesadilla donde despierta y el mundo viejo no está más.
Nota al pié: No dejamos de notar que hay periodistas comerciales, que trabajando adentro de las corporaciones de la comunicación se les despertó la consciencia, y van colando la información de la construcción de otra cosa: de la solidaridad, la lucha y la justicia, que luego no duran mucho ahí y los corren, pero el texto era para referirse en general a la diferencia entre el periodista comercial y las y los de los medios libres, no para las excepciones, les saludamos ahí donde estén ellos y ellas a quienes se les despertó la consciencia, luchando cada día a contracorriente de la formación que les dio ésta o aquella universidad.
El periodista comercial se dá de codazos con otros durante las entrevistas, se sabe técnicas para pisar, desplazar y sacar el aire, los de los medios libres colaboran, incluso cuando no se conocen, y se saben técnicas de coordinación, colaboración, consenso y de cómo sumar a otros y otras que quieren sacar la información, para empezar los de las nuevas generaciones.
El periodista comercial considera que debe ser tratado con privilegios, la mediolibrista considera que es un privilegio compartir con otros y otras que luchan, que más gente debe poder sumarse a la lucha y que la comunicación debe dirigirse ante todo a los no convencidos.
El periodista comercial busca premios y distinciones, el mediolibrista sabe que el premio es colectivo, y es poder ver en ésta organización, en aquella mirada, en esas palabras y en aquella comunidad que el mundo nuevo ya está, y que por ese mundo nuevo vale la pena luchar.
El periodista comercial circula la versión de quien paga los contratos publicitarios de su medio, la mediolibrista difunde la versión de quienes son agredidos por quien paga el contrato publicitario de los medios comerciales y que ya se decidieron a resistir y a construir otro mundo.
El periodista comercial difunde información por un pago, el mediolibrista difunde la información por convicción, por que considera que es un deber dar los pasos para que el mundo cambie.
El periodista comercial hace trampas para obtener las respuestas que quiere, la mediolibrista es una facilitadora de que se difunda la versión de la gente.
El periodista comercial se disfraza de corbata y traje, el mediolibrista es un chavo banda, una campesina, un indígena, una punk, y los hay darketas y emos.
El periodista comercial se forma en las universidades, la mediolibrista se forma en los procesos de lucha, en los colectivos y las organizaciones populares, y cuando bien le va en los talleres de medios libres y en las escuelitas de comunicación popular, que ya por ahí andan.
El periodista comercial cree en el copyright, los mediolibristas en el cópialo y rólalo, en el corre-la-voz y en el copyplis.
El periodista comercial jamás comparte un contacto o una fuente, las mediolibristas se comparten toda la agenda.
El periodista comercial no comparte su material, los mediolibristas se comparten hasta los crudos y sus archivos históricos completos.
El periodista comercial jamás cuenta cómo resolvió técnicamente tal trabajo, las mediolibristas no sólo se lo cuentan, sino que dan talleres (gratuitos), incluso cuando no se los piden, pero sobre todo cuando la gente organizada se los pide, pensando que toda la gente debe poder tomar los medios de comunicación y tomar la palabra, no sólo algunos cuantos privilegiados egresados de las universidades que expropian las voces de las colectividades.
El periodista comercial no siente empatía con la gente que entrevista, los mediolibristas sienten solidaridad, ánimo de lucha y ansias de justicia y se les vá la vida en ello: construyendo desde su campo de acción la solidaridad, la lucha y la justicia.
El periodista comercial llega comúnmente a cubrir una lucha cuando ya hay heridos, detenidos, muertos y desaparecidos, reportando para la nota roja. Las de los medios libres por el contrario estuvieron desde el principio, cuando apenas se gestaba esta o aquella lucha ó resistencia, y se quedan hasta que todos y todas quedan libres, aparecen, salen de los hospitales y aún mientras se sigue demandando justicia por los muertos, y no reportan la nota roja de izquierda, sino sobre los avances y retrocesos de la construcción del mundo nuevo. Las de los medios libres de por sí no son algo aparte o afuera de las luchas, nacen desde adentro de las luchas y forman parte de los procesos de lucha.
El periodista comercial se escandaliza cuando la gente bloquea una calle, se toma una plaza o una oficina de gobierno, cuando la gente “afectando a terceros”, se opone al despojo de sus tierras ó casas, a tal megaproyecto o a la denegación de derechos, los mediolibristas celebran el bloqueo, la toma de la plaza o la oficina y saben que los de arriba ya no lo van a tener tan fácil ni llegarán muy lejos.
Cuando hay una verbena popular convocada por la gente de lucha, con baile y música, el periodista comercial se queda en la redacción, en su casa viendo el fut, o se vá de colado a la fiesta de un político, las de los medios libres no sólo van a la verbena, sino que bailan hasta que se acaba, a veces hasta ayudan a recoger el equipo, para luego irse y subir la nota.
El periodista comercial cree que los monstruos de las corporaciones con sus gigantescos rascacielos y sus trailers llenos de equipos no pueden ser derrotados, los de los medios libres de a tiro por viaje derrotan los cercos informativos que gobiernos y corporaciones les ponen enfrente. Las de los medios libres pasan con su grabadora vieja junto a un gigantesco trailer de la televisora del momento y se ríen, sabiendo que con esa grabadora vieja y con mucha comunicación de base será derrotado el cerco informativo erigido por esa televisora. Y saben que la tarea es construir medios libres autogestionarios de abajo: radios libres y comunitarias, teles comunitarias, periódicos y revistas independientes, páginas web, periódicos murales, mantas y murales, radiobocinas, marchas informativas, asambleas informativas, teatro popular, gráfica de lucha, volantes y folletos, etc.
El periodista comercial escribe con aburrimiento mientras intenta que se acabe la jornada burocrática de hoy, las de los medios libres escriben con pasión, ríen, se enojan, conversan accidentadamente, incluyen algunas líneas poéticas en medio de una redacción muy creativa, para rematar llamando a la acción. El trabajo de los medios libres no cesa, es diario.
Las de los medios libres sueñan con el mundo nuevo cuyas raíces, tallos y ramas ya se van viendo por la lucha de muchas generaciones anteriores y de las generaciones presentes, el periodista comercial sueña una pesadilla donde despierta y el mundo viejo no está más.
Nota al pié: No dejamos de notar que hay periodistas comerciales, que trabajando adentro de las corporaciones de la comunicación se les despertó la consciencia, y van colando la información de la construcción de otra cosa: de la solidaridad, la lucha y la justicia, que luego no duran mucho ahí y los corren, pero el texto era para referirse en general a la diferencia entre el periodista comercial y las y los de los medios libres, no para las excepciones, les saludamos ahí donde estén ellos y ellas a quienes se les despertó la consciencia, luchando cada día a contracorriente de la formación que les dio ésta o aquella universidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario