Por Victor Hernández
Publicado en El Blog de Izquierda el 18 de julio de 2012
Ayer por la noche se dio a conocer que Enrique Peña Nieto asistió a una reunión con Felipe Calderón en Los Pinos.
En
 violación de la Constitución, desde luego, ya que no ha finalizado el 
proceso electoral y no hay ganador. Pero al PAN lo que menos le importa 
es respetar la ley o la democracia.
Pero el punto de interés aquí no es ese, sino esto que publicó El Universal cuando Peña Nieto salió de Los Pinos:
"El mexiquense salió con un gesto serio de la casa presidencial.""Mañana nos vemos", dijo Enrique Peña Nieto, tras bajar casi la mitad del cristal blindado de la suburban negra."
¿Gesto serio? ¿Al que entrenaron para sonreir a la cámara ante la falta de inteligencia?
Quiere decir entonces que no está molesto y que no quiso decir de qué se habló en la reunión.
¿Qué
 podría haberle molestado de una reunión con Calderón? Sólo una cosa: 
que Calderón le hiciera la advertencia de que o el PRI aprueba las 
reformas estructurales ANTES del cambio de gobierno, o no le entrega la 
banda presidencial y saca todo lo que sabe del fraude.
Y es que 
para que sea legalmente válida la toma de protesta, es el titular del 
ejecutivo federal en turno quien tiene que entregar la banda. Si 
Calderón no quiere, no hay nuevo presidente.
Calderón ya tiene 
varios días lanzándole indirectas al PRI de que apruebe las reformas. 
¿Por qué? Porque es lo único que podría presumir Calderón. Sin eso, se 
va de Los Pinos en la mediocridad y sin cumplirle a los que apoyaron que
 usurpara la presidencia.
Oficialmente, Los Pinos dijo en un 
boletín que se acordó una transición ordenada. A juzgar por la expresión
 de Peña Nieto, lo que se acordó fue una transición al gusto y acomodo 
de Calderón.
Y el costo político de las reformas, desde luego, lo tendría que cargar el PRI por el resto del sexenio.
Ah, pero querían hacer fraude...
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