Protestamos en la sede de las Naciones Unidas y nos dijeron que ellos no intervenían en políticas internas de los países, era el colmo del cinismo, pero teníamos los argumentos para decirles que había la necesidad de la intervención de las autoridades estadounidenses puesto que los tóxicos provenían entre otro países de EU. Logramos que se ventilara el caso en Suiza ante la comisión de derechos humanos de la ONU, y eso permitió solamente que el caso fuera hecho público, cualquiera podía pedir información a las autoridades mexicanas, lo menos que ganamos con eso es que nos llamaran traidores a la patria por andar de chismosos ante la opinión internacional.
Una ocasión detuvimos a Jeffrey Davidow (embajador de Estados Unidos, con un historial nada halagador), frente a palacio de gobierno de nuestro estado Sonora, nos dijo que enviáramos la denuncia al consulado, así lo hicimos y la respuesta no se hizo esperar, nos pidió aportáramos todas las pruebas ya que EU no tenía conocimiento de que eso estuviera sucediendo, que las exportaciones de tóxicos a México solo eran de dos empresas nacionales que importaban material para ser reciclado, pero que con gusto revisarían las pruebas que aportáramos, como si ellos no tuvieran a la EPA, la Border Patrol, la CIA y la policía que necesiten para saber que no solo armas pasaban a nuestra patria sino miles de toneladas de tóxicos, a lo que ellos consideran su patio trasero. Obviamente hacer ese trabajo policiaco para nosotros era imposible, pero además resultaría infructuosa cualquier prueba que aportáramos, cuando no quieres enterarte, todo sale sobrando. Esta historia todavía no termina pero para mi fue el inicio de descubrir casi cotidianamente los efectos del TLC tan nefastos para mi país, para mi pueblo.
Diez años después lo más grave ha sido la muerte de 49 niños sonorenses y más de 70 damnificados, más los padres y gran parte de esta sociedad, una herida que no cierra por que solo en México no se encuentran culpables ni responsables de una tragedia tan grande, esto también es fruto de las políticas neoliberales, las indicaciones u órdenes a que someten a nuestras autoridades toda esta serie de acuerdos malditos, que se gestaron a pesar de muchas voces patriotas que se alzaron pero que no fueron escuchadas.
No podemos avanzar porque no se cumple con los mandatos de la Constitución en ninguno de sus artículos para garantizar la paz social, en educación por mencionar uno de los más importantes, ésta cada vez resulta más inaccesible ya no solo a la población más vulnerable, sino a lo que queda de una clase media, y hasta los ricos o que se creen ricos, ya casi solo es accesible a las clases acomodadas, un porcentaje mínimo llegan a las universidades y casi resulta inaccesible ingresar a las preparatorias que supuestamente son gratuitas, las cuotas de admisión aunque para muchos parezca risible son inalcazables o muy sacrificado para un padre o madre que gana un sueldo que mal alcanza para los más elemental, pagar el examen y la inscripción más los útiles y el transporte es criminal, porque bajo las reglas que impone el neoliberalismo nos imponen un modelo que fracasó en Chile y “los mejores” quedan en las “mejores escuelas”, en base a ese examen los mandan lejos de sus hogares , por lo que tienen que usar transporte que no pueden pagar aunque a nuestro gobernador se le llene la boca anunciando la “gratuidad” del servicio de transporte urbano y en ocasiones dos o tres hermanos quedan en diferentes escuelas, el resultado generalmente desertan miles de estudiantes, y bueno se cumple con el objetivo de esas políticas para que nuestros jóvenes no tengan educación y garanticen la mano de obra barata.
La historia de corrupción en nuestro país tal vez no sea menos que la de otros, pero la impunidad reinante es insoportable, la desfachatez de funcionarios desde el presidente de la república hasta el último politiquillo que entra con una mano adelante y otra atrás y sale multimillonario, ha sido la historia de corrupción e impunidad bajo el cobijo de la protección de las más altas autoridades y por supuesto con el aval de el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la omisión o simulación de la ONU que muestra su “preocupación” cuando manda a una de sus visitadores a “investigar” y cuyo reporte solo sirve para justificar que velan por nosotros. (No dudo que algunos de los trabajadores especialmente los jóvenes piensen que su trabajo es en serio).
En salud no se diga, la privatización silenciosa pero dolorosa casi desaparece la medicina social, la medicina pública y se instauró el seguro popular, una mala copia del modelo español, con éste al Sr. Calderón se le hincha el pecho como un pavorreal para presumir su cobertura universal, ¿en verdad creerá lo que dice?, con la misma infraestructura hospitalaria y de médicos registraron a millones de mexicanos que no pueden ser atendidos en los hospitales, por que no cuentan ni con el personal, medicamentos ni la infraestructura necesaria para atender a tanto enfermo, se les cobra por exámenes, radiografías y como “no pagan”, pues ahí se reponen con una serie de estudios que subrogan a los negocios de muchos políticos o de los mismos médicos, sin sonrojo han convertido el espíritu de servicio en un mercado sin principios ni amor al prójimo.
Bueno esto sería interminable, pero ¿tendremos remedio?, ya ven el nuevo fraude electoral ahora con tintes de lavadero, y por supuesto los culpables serán sus villanos favoritos los narcos, sin ponerse a pensar que en este mundo existen los delincuentes y los que deben procurar y administrar la justicia, desgraciadamente ya solo aparece un solo bando el de los primeros, hasta que los hechos demuestren lo contrario.
Rosa María O´Leary
ONG no alineados del Estado de Sonora.
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