Federico Arreola
Este jueves, a las ocho de la noche, estuve en las oficinas del gobierno legítimo en una reunión con Andrés Manuel López Obrador, quien me dio detalles de una encuesta según la cual, si hoy se celebraran elecciones presidenciales, él obtendría 15 millones de votos, más de los que consiguió en 2006 cuando venció en los comicios a Felipe Calderón (recordemos que este último llegó a Los Pinos gracias al fraude).
Como dije en tuiter desde las dos de la tarde del jueves que iba a entrevistarme con AMLO, recibí cientos y hasta miles de comentarios de personas interesadas en las actividades del presidente legítimo de México. Casi todos a favor de Andrés Manuel, desde luego, pero no faltaron los críticos de buena fe ni los porros tuiteros a quienes el PAN les paga para ofender y calumniar en todos los espacios de internet a López Obrador y a sus seguidores.
Después de mi reunión con López Obrador, mientras me dirigía al sur de la Ciudad de México a encontrarme con el cineasta Luis Mandoki y con el secretario de Turismo del Distrito Federal, Alejandro Rojas Díaz Durán, los comentarios seguían en tuiter, aunque los porros tuiteros se habían puesto más agresivos, sobre todo porque di a conocer el dato de la encuesta favorable a AMLO.
Por esos comentarios me enteré que el dirigente delSME, Martín Esparza, a quien no tengo el gusto de conocer, estuvo con Carlos Marín, el pobre diablo que conduce un programa nocturno en Milenio Televisión.
Ahí, Esparza quiso entregarle a Marín “una carta” que yo había escrito al director editorial de Milenio. Según supe a través de tuiter, eso molestó mucho a Marín. Supe también que, por la razón que sea, Esparza le dijo a su anfitrión que yo lo calumniaba.
A la gente que se confundió pensando que yo escribí una carta dirigida a Marín y la entregué a Esparza para que este la entregara en Milenio, explico lo siguiente:
Nunca en mi vida he charlado con Esparza. Escribí una carta, sí, dirigida a Carlos Marín y a Ciro Gómez Leyva y la publiqué hace unas dos semanas enwww.sdpnoticias.com y en la revista El Chamuco.
Dije en esa carta lo siguiente:
“Carta a Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín: ya no se hagan pendejos. Ustedes saben que son un par de periodistas chafas. Cuando los contraté para trabajar en Milenio lo hice porque se suponía que eran dos reporteros habituados a enfrentarse al poder. Lo fueron en algún momento, pero ya no lo son. Ahora son un par de lambiscones que no merecen respeto”.
Ignoro por qué Esparza dijo que yo calumnié a Marín. Pero lo entiendo: en su desesperación por las agresiones del gobierno al SME el líder de este sindicato debe estar dispuesto a buscar cualquier alianza.
De seguro Esparza piensa que le conviene estar en buenos términos con Milenio. Que le aproveche. El próximo domingo, ha dicho Carlos Marín este viernes en su columna, Martín Esparza será entrevistado de nuevo en Milenio Televisión.
No critico al líder del SME porque, insisto, comprendo su angustia: luchar contra los poderosos es muy difícil.
Pero le voy a sugerir prudencia al líder del SME. Ya que, lamentablemente, él empieza a andar la ruta de “Juanito”.
Ojalá que no ocurra que, al rato, Milenio lo lleve a Televisa y que después estas dos televisoras le asignen a Esparza el papel principal en un teatro de carpa.
Si eso ocurre, lo entenderé. Ya que la lucha es muy compleja y no cualquiera aguanta. El señor Martin Esparza debe estar, sin duda, tan desesperado como angustiado. Ni hablar.
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