Los últimos acontecimientos en el caso de la confrontación que está sosteniendo el gobierno federal con Eduardo Bours Castelo, Gobernador de Sonora me han convencido en mi deber, como ciudadano, de apoyar, con todo y sobre todo, al mandatario sonorense, y si es necesario “¡lo firmo ante notario público!”, en fe de que cumplo mi palabra.
Ha llegado el momento de marchar, hombro con hombro, con el hombre que ha tenido la valentía de desafiar al poder que se considera indesafiable, por considerar que la voluntad ciudadana sonorense se ha levantado y se ha puesto de pie, para pedir justicia pronta y expedita, aunque esto signifique una rebeldía fuera de tono que no se merece el primer mandatario de la nación, diría su cancerbero, el Secretario de Gobernación.
Usando a su mozo de espadas del PAN, Germán Martínez, ha gritado desde Guanajuato que el sonorense es un ignorante que no sabe tratar –ni mucho menos adular-- a las autoridades del centro, que han luchado con valor y con denuedo en el combate al narco tráfico, apoyados por elementos enriquecidos en la plataforma del mando que no tienen otro fin que mantener su influencia y su poderosa relación con el presidente para crear un blindaje acerado a su alrededor.
No es broma. Los sonorenses poco acostumbrados a que se les humille por individuos sin fe, sin Dios y sin destino, como es el caso de los líderes panistas y de los nuevos colaboradores de Calderón, ya están hasta la coronilla de que se les pretenda doblegar con el argumento de que Sonora es un nido de asesinos de niños, y que la dependencia federal, de la que es jefe el propio presidente de la República, es un blanca paloma de aquellas que cruzan el pantano y no se manchan, a las que se refería el inmenso poeta Díaz Mirón.
Sin miramientos y sin espíritu de justicia, meten a la cárcel, negándole la fianza correspondiente, por ser un delito de amplia repercusión social, a una dama que se concretaba a tener a su cargo la supervisión del funcionamiento operativo en cuanto a alimentación y cuidado maternal de los niños de las guarderías, sin que nada de estas labores tuviera relación con el estado del local ABC, en lo que toca a seguridad de los bebés y el buen estado físico del edificio, cuya responsabilidad correspondía y corresponde a funcionarios de más alto nivel en el IMSS, que gozan de plena libertad y de inaceptable impunidad, ante los hechos que conmovieron a la sociedad sonorense, al resto de la nación y al mundo entero.
Es claro y así lo ha aceptado el gobierno de Calderón que la responsabilidad es del Seguro Social, que, por ley, opera a las instituciones de salud y de cuidado de la niñez mexicana, y que éste es un delito federal que debe ser investigado por las autoridades centrales del país, y no refugiarse en razones sin fundamento, para salvar honras y el prestigio de personas y grupos poderosos, descargando la culpa en honestos, limpios y buenos trabajadores de base, que cumplen funciones y labores básicas como empleados administrativos, las que desempeñan con un alto sentido de responsabilidad.
Es, entonces, ahí donde está el meollo de la cuestión. Nada convencerá a los sonorenses y menos a los padres de familia, que los responsables de la muerte de sus hijos y de su incapacidad permanente, son los trabajadores de la estancia infantil y de la secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado y de que ellos fueron los criminales al no revisar las instalaciones y los materiales de que estaba hecho este centro de protección infantil, deber insoslayable e insubstituible del Seguro Social y de aquellos que firmaron y concedieron los contratos de subrogación, pasando por alto las condiciones peligrosas de la edificación.
¿Cuál es la razón de que, con espíritu de matarife de infantes, el líder de una gavilla de transgresores de los derechos humanos elementales, como el liderzuelo Germán Martínez, nos quiera imponer a un gobernante de su partido en la tierra en que somos poco dejados y menos pusilánimes ante la injusticia?
¿Es cierto que sobre los cadáveres de los niños de la guardería ABC, los panistas dirigidos por el santo y puro Germán, que lanza anatemas en contra de los infieles desde la tierra del fanatismo, desde donde pretende “guanajuatizar” a los mexicanos para hacerlos dignos alumnos del padre Maciel y reos de la conciencia mercenaria y acomodaticia de Vicente Fox, con la idea de que Padrés sea jefe del gobierno de Sonora, pone en la línea de fuego a los inocentes y santos creyentes con la enseñanza y el apotegma de que “los malos se detendrán, porque Dios está contigo y estás limpio de pecado”, como los niños que ya reciben las bendiciones del Creador?
¿Es cierto que Germán no viene a Sonora ni por la feria y menos a enfrentarse a los deudos de los niños que han perecido o se encuentran gravemente heridos por la negligencia de las altas autoridades del Seguro Social, de los funcionarios públicos panistas y de la tolerancia increíble de un Ejecutivo Federal hacia sus amigos, parientes y cómplices?
Sonora ya está de pie. Listo para cobrar la ofensa de un asesinato colectivo, exigir la aplicación de la ley irrestricta y evitar la lesión de la soberanía del Estado. La primera piedra de este edificio de la dignidad, se colocará en las urnas el próximo 5 de julio, como primer aviso de que la arbitrariedad y el despotismo no son aceptados en esta tierra de hombres del norte, y el hombre providencial que encabezará esta defensa y el contra ataque valeroso y decidido, ya está aquí.
Estoy con él y reitero mi compromiso de firmarlo ante notario público. No lo dejemos solo…
Correo electrónico: esteban.emartinez@gmail.com
México, D. F., 28 de Junio del 2009.
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