domingo, 7 de junio de 2009

Pelea electoral y estúpidez criminal

Nadie, en su sano juicio, puede permanecer indiferente a la tragedia que arrebató la vida a 35 niños en la capital de Sonora —y menos regatearle importancia—, sobre todo porque el doloroso hecho se produjo en medio de la más feroz batalla electoral local y federal, y porque exhibe con crudeza e indignación la contradicción entre promesas de campaña y una terca realidad que ofende; la seguridad de los ciudadanos no le importa a nadie.

Por la tragedia no sólo exhibe la estupidez criminal de los tres órdenes de gobierno, sino el engaño colectivo de que son víctimas los ciudadanos en tiempos electorales. Es decir, cuando los aspirantes a los gobiernos municipal y estatal de Sonora —además del Congreso federal—, ofrecen su mejor rostro para ganar el voto ciudadano, la tragedia los muestra de cuerpo completo; como irresponsables a los que les importó un comino el altísimo riesgo en que operaba la guardería ABC.

Si el IMSS —que subrogaba la guardería—, si el gobierno de Eduardo Buors y la alcaldía de Ernesto Gándara —los dos del PRI—, hubiesen cumplido el mandato popular que los llevó al cargo —gobernar de manera responsable y por los ciudadanos—, habrían cerrado esa y acaso muchas otras guarderías y escuelas que son verdaderas trampas mortales para los niños. La tragedia no habría causado esas muertes.

¿Por qué nadie hizo nada?

¿Por qué no lo hicieron? La razón es elemental; no gobiernan, sino que depredan el estado y el municipio capital. ¿Por qué ni el municipio, ni el gobierno estatal, y menos el IMSS, hicieron lo indispensable para que esa guardería no fuera trampa mortal? La razón es idéntica a lo ocurrido con la tragedia del New´s Divine en la ciudad de México. Se impuso la estupidez criminal. Y claro, no pasó nada. Todos los gobernantes siguieron “tan campantes”.

En un país democrático, de gobernantes con vergüenza y sentido de responsabilidad, los señores Bours, Gándara y el director del IMSS habrían renunciado. Y claro, se les habría fincado responsabilidad. ¡Pero estamos en México, en donde la impunidad oficial manda!

¿Y que van a decir a los padres de los niños fallecidos, de los que quedarán marcados de por vida, a los sonorenses todos, el alcalde Gándara, el gobernador Bours, el director del IMSS? ¿Quién asumirá un gramo de la altísima responsabilidad al permitir que una guardería sin los mínimos de seguridad y en zona de alto riesgo operara como si nada? ¿Qué nueva promesa mentirosa y demagógica harán los candidatos del PRI, PAN y PRD a la alcaldía de Hermosillo y al gobierno estatal? ¿Con que engaño retórico justificarán los aspirantes a diputados federales su reclamo del voto?

Nadie vio y nadie supo

No va a pasar nada. Como siempre se buscará un “chivo expiatorio” o la cuerda se romperá “por lo más delgado”. O “al perro más flaco se le cargarán las pulgas”. Eso sí, superado el trance, ¡que siga la piñata! que lo importante es la lucha por el poder municipal, estatal y las siempre rentables diputaciones federales!

Nadie, ninguna autoridad pagará por una irresponsabilidad criminal que costó la vida a 35 niños. Pero una cosa es segura, el troglodita Bours, el cacique de horca y cuchillo que mal gobierna Sonora, se encargará de censurar la información, de aplastar a los medios locales, de cerrar la puerta a los foráneos, y de simular como si nada pasara. ¡A quien se le ocurre..! ¿Qué nadie se ha dado cuenta que el reino de Sonora la pertenece a los Bours? Y es que contra lo que muchos suponen en el resto del país y del mundo, Sonora vive uno de sus peores gobiernos, en uno de los momentos más críticos para el ejercicio de las libertades básicas de la democracia, como la de expresión y prensa.

Mientras que la familia Bours se ha encargado de depredar el dinero público —como lo demuestra en su más reciente libro el periodista Álvaro Cepeda; “El expediente Bours”, a quien hace dos semanas los esbirros del gobernador amenazaron para que no presentara el libro en la capital, Hermosillo—, el jefe del clan, Eduardo, a la sazón gobernador, se ha convertido en verdadero virreysuelo; cacique de horca y cuchillo que persigue periodistas y editores y que gobierna mediante el terror.

Responsabilidad colectiva

Pero nos guste o no la responsabilidad no es sólo de los malos políticos y de los peores gobernantes; los ciudadanos tenemos buena parte de esa responsabilidad. ¿Quién llevó a Bours al gobierno? ¿Quién puede llevar al gobierno al sucesor de Bours, por el PRI? En efecto, la tragedia de la guardería, la muerte de los 31 niños, puede ser el fin de uno de los peores gobiernos que ha vivido Sonora; el de Eduardo Bours. Y puede marcar la llegada de los gobiernos del PAN. Sí, bueno para los políticos y los partidos, para las ambiciones de poder de los azules.

Pero en el fondo la tragedia de Sonora confirma, para bien o para mal, que no es gratuito el debate por el “no” en las elecciones del próximo cinco de julio. Es decir, que muy malos gobernantes como Bours, malos aspirantes al gobierno como el priísta Alfonso Elías y el panista Guillermo Padrés, y pésimos partidos como PRI, PAN y PRD, no pueden generar otro sentimiento que rechazo, hartazgo y repudio popular. Sí, es posible que detrás del debate por la anulación del voto estén las fuerzas más obscuras. Pero también es cierto que en los partidos, los gobiernos, la clase política toda están los peores políticos y los más cuestionables gobernantes. Al tiempo.


aleman2@prodigy.net.mx
http://www.tabascohoy.com/editoriales.php?id_nota=4756

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