jueves, 30 de abril de 2009

Carta sobre la influenza

Por Federico Arreola
30 de Abril, 2009 - 07:25

Gabriela Elvira Morales me ha escrito lo siguiente acerca de la influenza. Lo reproduzco por interesante.

Durante más de 30 años me la pasé trabajando en los servicios de urgencias de pediatría de diferentes hospitales del IMSS.

Te podría decir que he visto miles de niños con catarros de todo tipo. Y el común denominador es que solo se mueren los niños muy pequeñitos con un sistema inmunológico muy inmaduro y los niños desnutridos cuyo sistema inmunológico es deficiente.

Te diré algo más: los virus que afectan las vías respiratorias en los seres humanos son poco agresivos, incluyendo el de la influenza porcina. Hay virus que efectivamente son agresivos en pacientes "inmunocomprometidos"; como te decía, bebes muy pequeños, niños desnutridos, niños con cáncer o que reciben algún tipo de tratamiento para modular sus defensas, como es el caso de las personas a las que se les hace un trasplante (riñón, corazón, médula ósea etcétera), o bien con un daño respiratorio previo que de alguna manera es terreno fértil para que este tejido se infecte.

Finalmente el bicho que mata no es el virus sino las infecciones agregadas por bacterias, que esas sí son muy bravas.

Un número reducido de virus matan porque inflaman el tejido respiratorio e impiden que haya un adecuado intercambio de oxígeno, no parece ser el caso de este.

No es mi intención darte una cátedra de virus e infecciones respiratorias ni nada de eso, simplemente te doy mi opinión. Y creo que deberían conocerse estas cosas como parte de una cultura médica.

La época de las epidemias en donde Europa era diezmada por diferentes bichos ha quedado en la historia,  jugaron un papel importante en las guerras, en las conquistas de los pueblos, en las novelas, por cierto que hay algunas buenísimas. Tal parece que los políticos mexicanos quieren poner de moda las epidemias, ahora veremos qué pueden hacer nuestros novelistas.

Si observas el comportamiento de los políticos al inicio de esta pseudoepidemia, incluyendo a Ebrard, que te diré que a mí me cae bien, es por lo menos alarmista, y ahora conforme transcurren los días es de silencio.

Por cierto estoy de acuerdo en que AMLO debió decir algo. Debe de tener buenos amigos epidemiólogos. Pero nada. Tuvo miedo a decir: En México, con los millones de mexicanos que hay tan jodidos, cualquier catarro se vuelve pulmonía, y hay que trabajar para que estos millones de mexicanos mejoren sus condiciones de vida. Porque ahora es la influenza porcina, mañana será la canina y, carajo, el reino animal es inmenso aún.

¿Por que éste silencio de los políticos? Porque todo el mundo lo está diciendo: El catarro porcino puede matar a miles o millones de mexicanos.

¿Quiénes son esas posibles víctimas?

Los más de 20 millones de compatriotas que viven en pobreza extrema y no tan extrema, que han de ser otros 20.

Por todos lados sale a relucir nuestra miseria.

¿Que recomiendan la OMS y todos los organismos sanitarios internacionales? Condiciones de vivienda adecuadas con todos los servicios sanitarios, buena nutrición, reposo y si acaso un medicamento sintomático.

Las vacunas ayudan, pero no son tan eficientes como han sido en otras enfermedades ya también del pasado.

Ahora te diré que éstas gentes también se contradicen, primero dicen que solo afecta a los pobres y luego recomiendan que no viajen a México, como si la pobreza fuese contagiosa. Yo creo que se refieren a que no viajen a México los pobres de esos países. Ya que los ricos no tienen a qué venir.

La industria turística, los restaurantes, las aerolíneas la deben estar pasando muy mal.

Ahora te diré que no es nada sencillo la realización de exámenes de laboratorio que permitan confirmar la infección. Se requiere de una tecnología que la gran mayoría de unidades médicas del sector salud y privadas no tienen. Imagínate un centro de salud en un rincón de Oaxaca o de Chiapas, incluso de Jalisco con un laboratorio para identificación de virus. Probablemente dentro de 40 años, cuando según Calderón seamos las tercera o la cuarta potencia mundial.

En concreto, ¿qué está haciendo la Secretaría de Salud?

El secretario de salud dice: Hemos confirmado la muerte de 7 personas por la influenza porcina, pero no decimos sus nombres por respeto al dolor de sus deudos.

Saber los nombres poco o nada ayuda. Pero sí las edades, sus condiciones socioeconómicas, su ubicación geográfica, algún tipo de relación entre éstas víctimas (del mismo pueblo, la misma familia etcétera).

La tenebra les sigue dando resultado.

Ahora, un antiviral específico no lo hay, y los que pudiesen utilizarse son muy costosos y si van a ser millones de mexicanos los infectados, ¿con qué dinero se compran?

Cortina de humo, virus, chupacabras o lo que sea, ya no es posible ocultar la pobreza de México. Ya nadie cree en lo que dice o hace el gobierno. Ya nadie tiene duda de la incapacidad de los políticos para resolver el problema que sea, llámese catarro, desempleo, narco, violencia, corrupción etcétera.

¿Qué sigue después de un estado fallido?

Esperemos que el dicho de nuestros abuelos "No hay mal que por bien no venga", siga vigente. O bien, no hay mal que dure cien años.

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